Si hablamos del Brasil campeón del mundo, dependiendo de la generación, unos se acuerdan de diferentes jugadores, todos maravillosos, pero a raíz de unos 'quiz' que van saliendo durante este momento de confinamiento, salen a la luz nombres de los que, y me incluyo, nadie se acuerda o nadie conoce y fueron mucho más importantes de lo que a posterior han transcendido.
Si pensamos en un gran Brasil, mis congéneres y yo estaremos absolutamente enamorados de aquel Brasil campeón del mundo de 2002. Un Brasil con Ronaldo, el bueno, Rivaldo, Ronaldinho, un muy joven Kaká, Roberto Carlos, Cafú, Gilberto Silva, Edmilson, Dida y el ídolo de este blog, el gran Vampeta; Vampeta campeón del mundo (41 internacionalidades y dos goles jugando de volante con Brasil, ¡¡te amamos Vampeta!!). Del 94 nos acordamos de un joven Ronaldo, insisto, el bueno, Romario, Bebeto, Leonardo, Ricardo Rocha, Jorginho, Taffarel, de Dunga no hace falta acordarse más allá de que levantó la copa, Mazinho y un largo etc., sin embargo me quiero ir al Brasil de los 60, cuando Brasil empezó a ganar.
El Mundial de 1950, primer Mundial tras la II Guerra Mundial, se disputó en Brasil. A muchos les sonará el famoso Maracanazo a cargo del gran Obdulio Varela y sus 'Charrúas'. A raíz de ese batacazo histórico de la 'Canarinha', se empezó a gestar lo que sería un Brasil excepcional cuyo reinado duró desde 1958 a 1970 con tres campeonatos del mundo. El punto álgido de aquel Brasil, como todos sabemos, fue el Brasil del 70 con su mágica delantera conformada por Jairzinho (7), Gerson (8), Tostao (9), Pelé (10) y Rivellino (11), los centrocampistas Everaldo y Clodoaldo y la defensa de tres en la que estaba el capitán Carlos Alberto. Un Brasil que probablemente sea el mejor equipo de la historia, o por lo menos en la disputa con la Hungría de los Magyares mágicos, el Milan de Sacchi, el Barça de Guardiola, la España de 2008 a 2012 o el Real Madrid de las tres Champions, en mi opinión, un pasito por encima de todos estaba esta Brasil del 70. No obstante, como decimos, esta Brasil fue el culmen, la que ganó el tercer Mundial, antes del 70, Brasil ganó el mundial del 58 y el del 62, le faltó Inglaterra 66 donde se pegó un batacazo espectacular al quedarse en ronda de grupos (parece que la maldición del campeón ya campaba a sus anchas allá por el 66), con jugadores que en el 70 ya no estaban.
El mundial 58 fue el primer mundial de Pelé siendo muy joven. Fue uno de los mejores jugadores a pesar de su reciente lesión de rodilla. Aquel Brasil, que fue el primer equipo sudamericano en ganar un Mundial en suelo europeo, fue el fundador del 'Joga Bonito'. El 'Joga Bonito' hoy en día está muy desvirtuado, poco o nada tiene que ver con el 'Tiqui-Taca'. El 'Joga Bonito', de forma muy resumida, trataba de explotar las habilidades individuales de cada jugador y ponerlas al servicio del equipo, la mejor manera de defender era meter 4 antes del descanso. Garrincha, Altafini, Oreco, Djalma Santos, Zizí o Zagallo recuperaron para Brasil y el mundo un estilo que estaba denostado en el país del Amazonas desde la catástrofe del 50 (un poco como pasa hoy, Brasil se ha 'europeizado' desde el 'Mineirazo', y le valdrá para ganar Copas América, pero no un Mundial hasta que recuperen su fútbol). Cuando ganó el Mundial, la copa la levantó el mágico Hideraldo Luiz Bellini, ídolo en Brasil y partícipe del 11 ideal de aquel mundial, pero no muy lejos, desde el banquillo, se encontraba un defensor con el dorsal 16 asignado, que, a pesar de ser campeón de América en el 49, con 19 años, no había jugado un sólo partido en el mundial del 54 y tampoco había podido debutar en el 58 en partido de Mundial, se llamaba Mauro Ramos y es, posiblemente, el brasileño más inglés de la historia.
Nacido en 1930, Mauro Ramos jugó para Caldense siendo un niño, pasó al Sanjoanense, donde el Sao Paulo puso sus ojos en él. Sao Paulo necesitaba un recambio para su ídolo local Armando Renganeschi, que ya iba teniendo sus añitos y vio con buenos ojos incorporar al joven de 18 años del Sanjoanense. El que llegaba para ser un jugador de rotación, no tardó en relegar al veterano Renganeschi a la banca y hacerse con el puesto de titular. Mauro Ramos ganó con Sao Paulo cuatro Paulistas y un torneo Rio-Paulista. Su figura, que iba en aumento, llamó la atención del Santos, un equipo en el que jugaba un tal Pelé. Tras estar desde el 48 al 59 en Sao Paulo, puso rumbo a Santos, ciudad de Sao Paulo, para jugar en el mejor equipo de Brasil. Siete años estuvo en Santos, donde ganó 5 Paulistaos consecutivos, 5 torneos Brasileños consecutivos, 2 Copas Libertadores (62 y 63), y dos Intercontinentales (contra el Benfica de Eusebio y el Milan). En 1967 se iría a Toluca para jugar el último año de su carrera profesional.
Todos los logros mencionados, poca importancia tienen con el hecho de no haber debutado en partido de Mundial hasta la tercera vez que Mauro fue en lista. Fue en 1962, Mundial de Chile. Brasil venía de asombrar al mundo con su fútbol y Mauro cogió el relevo de Bellini, al que sentó en el banquillo y quitó la capitanía. Brasil no defraudó y se hizo con la copa.
Mauro Ramos es considerado el defensor más clásico de Brasil. Fue descrito como el mejor 'tackleador' de la historia por Giovanni Brera (novelista y periodista italiano). Era el mejor yendo al suelo. Cuando barría la pelota siempre se la quedaba. Su estilo limpio y pulcro a la hora de defender le valió el apodo de Martha o Martha Rocha, una miss brasileña muy famosa de la época, tenía un estilo extraordinariamente inglés. Era el típico defensor poco llamativo pero un peaje en el cruce. Si Mauro iba al suelo, posesión para los de Mauro, y lo más importante, la capacidad de leer el juego era tal que casi nunca cometía falta.
Que Mauro, que en paz descanse, perdone nuestra ignorancia. Nunca más olvidaremos lo que fuiste para Sao Paulo, Santos y la 'Canarinha'. Le costó debutar, pero acabó levantando él la Copa del mundo. Un grande Mauro.
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