lunes, 11 de mayo de 2020

DENNIS BERGKAMP: EL "NO CENTROCAMPISTA" CON MIEDO A VOLAR



Aprovechando que ayer fue su cumpleaños, os traigo a otra leyenda que, a pesar de su innegable calidad, siempre será recordado por su fobia a coger un avión. Una limitación bastante problemática en el fútbol que le tocó vivir.  No quiero decir con esto que la cosa haya cambiado demasiado, y precisamente por eso, podremos entender perfectamente el efecto negativo que podía tener en las piernas de un futbolista la acumulación de kilómetros en coche, tren o barco...

Pero no nos quedemos en la mera anécdota. Sí, es cierto. Dennis Bergkamp se perdió dos mundiales en los que habría sido una de las estrellas por este motivo (USA 94' y Corea y Japón 2002) pero, a cambio, nos dejó en el munidal de Francia 98' uno de los goles más bonitos que un servidor haya visto jamás en la historia de los mundiales. Fue contra la Argentina de Roa, Ayala, Simeone, Verón, Batistuta, Claudio "el piojo" López...una Argentina que parece haber sido eclipsada entre las generaciones de Maradona y Messi, pero que, posiblemente, sea la última selección albiceleste que hayamos podido ver con cierta redistribución de la calidad entre sus líneas. No con una delantera en la que no sabes a quién sentar en el banco, y que de ahí para atrás, mejor no mirar. Carlos Roa, hasta que dejó prematuramente el fútbol para participar activamente como miembro de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, era un portero muy cotizado mundialmente. Ayala, Zanetti, Sensini...buena defensa. Simeone y Verón, uno a la guadaña y el otro al balón. Y arriba, Batistuta, Claudio López y Ariel "el burrito" Ortega. Vaya equipo. Y, contra ese equipo, nuestro protagonista Dennis Bergkamp, hizo levantarse a la grada del Velodrome de Marsella con una auténtica obra de arte. Pinchó un balón llovido desde 40 metros de Frank de Boer (pase marca de la casa), con un segundo toque que mandó a Roberto Fabián Ayala "a por hielo", y un golpeo con el exterior del pie derecho que puso el balón en la escuadra contraria. Inalcanzable para Roa. Pero eso fue el minuto 89' de un partido que tuvo de todo: dos expulsados, penalti no pitado para Argentina (hoy por hoy, los que recuerdan aquel partido, aún siguen debatiendo si, a pesar de que Ariel Ortega se tirara, que lo hizo, el contacto con Stam fue suficiente o no), y una asistencia de Bargkamp en el 1-0 a Kluivert que, no rivaliza con el gol, pero sí que podríamos decir que, sin aquel gol, de aquel partido recordaríamos la asistencia que dio.

Pero si hay un "gol de Bergkamp" es el que le hizo con el Arsenal al Newcastle en St. James Park. Hay gente que dice que la asistencia fue de Pirès y otros que afirman que se trata de una auto-asistencia de manual. Al controlar el balón con la pierna izquierda (recuerden que Bergkamp era diestro), éste pasó por la derecha del defensa mientras Bergkamp le adelantaba por su izquierda. Aprovechando el efecto hacia dentro que había imprimido al balón, Bergkamp acompañó la trayectoria para, con el interior de su pierna derecha, cruzar la pelota por abajo al portero. Una maravilla de las que se recuerdan toda la vida. 

Dos veces entró en la lucha final por el Balón de Oro. En 1993 quedó 3º, mientras que en 1997, quedó 4º en la lucha por este galardón individual que reconoce al mejor jugador del mundo durante ese año. Si tengo que definir a Bergkamp con una palabra, no tengo ninguna duda: CONTROL. Después de Bergkamp (o contemporaneamente a él), otros jugadores como Zidane o Ronaldinho nos han deleitado con una magnifica capacidad para ser el dueño de la pelota siempre que ésta se encuentre dentro de radio de acción. Pero lo de Bergkamp, sin querer entrar en comparaciones, era digno de admirar. Domaba al balón. El gol al Newcastle es una buena muestra. En la repetición se aprecia como el último bote del esférico le modifica la rotación de la pelota, y Bergkamp se vale de ello para inventar una maravilla. Balones que cualquiera daríamos por imposibles de controlar, Bergkamp los convertía en una ocasión de peligro...o en gol directamente. Sin embargo, como dijimos en el artículo de Roberto Baggio, existían "no centrocampistas" fuera de Italia y Bergkamp (aunque decir esto conlleve algo de trampa dado que su paso por el Inter le marcó en este sentido) era uno de ellos. Bergkamp venía de ser un mediapunta llegador con el Ajax, y en el Inter se asentó en esa posición de segundo delantero que, más tarde, haría las delicias de los aficionados de Highbury, antiguo estadio del Arsenal. Uno de esos jugadores que, para un delantero rematador, es como tener una póliza de seguros en el campo. Además de nutrirte de balones durante todo el partido, si la cosa se pone fea y no terminan de entrar los balones, aparece él para conseguir los tres puntos para tu equipo. Un auténtico fuera de serie al que desde aquí hacemos nuestro especial homenaje de cumpleaños, y al que, a pesar del título, siempre recordaremos más por sus goles, controles y asistencias que por su fobia a los aviones.

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