miércoles, 25 de septiembre de 2019

CRAIG JOHNSTON, EL PADRE DE LA ADIDAS PREDATOR.





Adi Dassler, fundador de Adidas, fue un personaje fundamental que sentó las bases de lo que es hoy el marketing y la lucha que sostienen las marcas que se dedican a desarrollar material deportivo. Como ya comentamos en el artículo sobre "El milagro de Berna", Adidas tuvo un papel fundamental al inventar el taco intercambiable, sin embargo, Adidas rechazó la idea Predator en un inicio.



Adidas es una de las marcas que más ha innovado en material deportivo, sobre todo en fútbol, de la historia. El taco intercambiable, el balón termosellado, la lengüeta reversible para tapar el cordaje, el taco laminado, la suela modular y la bota textil sin cordones (la Lotto Zero Gravity no acabó de ser funcional por los materiales) son innovaciones que Adidas nos trajo al fútbol. Por esto, no deja de ser curioso que Adidas rechazase la idea de Predator, uno de los productos estrella de la marca y del fútbol a nivel mundial.

Para entender el nacimiento de una de las botas más icónicas de la historia, tenemos que viajar a finales de los años 80. Craig Johnston, un australiano que llevaba en el Liverpool desde 1981, fichado del Middlesbrough, a pesar de su gran palmarés, empieza a ser un eventual en las alineaciones del Liverpool, por lo que cuelga las botas en 1988 y se saca el título de entrenador.

Entrenando a las categorías inferiores del Liverpool, empieza ha recibir quejas de sus futbolistas en torno a que las botas que usaban no tenían agarre en condiciones de mojado. La pelota se escurría demasiado por encima de la carcasa de las botas. En ese momento, Craig vio la luz. Cogió el plástico de las palas de ping pong, que tienen mucho agarre y hacen que sea más sencillo darle efecto a la bola y las pegó sobre la superficie de las botas de diferentes marcas que tenía por casa. Las probó y su satisfacción con el producto fue completa. Tal fue la satisfacción que patentó la idea.

Craig Johnston hizó mas de 100 prototipos, gastó un dineral en patentes con cada uno de los prototipos, y cuando creyó haber dado con la tecla, empezó a peinar el mercado y a buscar potenciales clientes. Le presentó su idea a Adidas, los alemanes se quedaron ojipláticos y le pidieron amablemente que se marchase de allí, al estar en Alemania, le ofreció la idea a Puma, que vino a reírse en su cara, más o menos. Se la ofreció a Nike, que también la descartó y por último le pegó el tiro a Reebok, que tampoco quiso saber nada de la idea del australiano.

No obstante, el bueno de Craig sabía que había dado con la tecla, tenía muy claro que había descubierto la pólvora y no se iba a dar por vencido. Se había gastado un cuarto de millón de libras en patentes y prototipos y no iba a desechar su idea de manera tan fácil a pesar de la negativa de marcas como Adidas, que prácticamente habían enterrado el producto. Craig cogió su prototipo y toda la valentía que le cabía en su cuerpo de 1,73 metros de altura y se marchó a Munich en pleno invierno. 

En esas fechas, se encontraba reunida la junta directiva del Bayern, en la que se encontraban un tal Karl-Heinz Rummenigge, un tal Franz Beckenbauer y otro desconocido llamado Paul Breitner. Entró en la reunión a empujones, casi tira la puerta abajo, y les presentó su idea. El 'descojone' fue generalizado, pero ante la insistencia de Johnston, no les quedó más remedio que bajar al campo de entrenamiento y probarlas.

Tras una sesión de testeo del producto, se acabaron las risas, la expresión de las tres leyendas alemanas cambió por completo ante el producto que habían probado sobre la nieve de la capital bávara. Esto hizo que Johnston les pidiese que grabaran un vídeo dando su opinión y comentando lo que les había parecido la bota, dicho y hecho.

Craig Johnston, vídeo en mano, se volvió a presentar en la sede de Adidas y con una prueba evidente de que Franz Beckenbauer apoyaba su idea y su producto. Les convenció y en 1994 nacería la primera Adidas Predator, con el apellido Johnston en el lateral de la bota. Una bota de piel recubierta del 'Predator Element', goma que fomentaba el agarre y que hacía que el 'grip' entre balón y bota fuese mayor, pudiendo dar más efecto a la pelota.

Es cierto que el futbolista es poco amigo de los cambios y la bota no consiguió el apoyo en campo que se esperaba. Tuvo en 1995 una modificación, pero quitando algunos valientes como Koeman, la bota apenas se veía en los campos. No fue hasta 1996 cuando el producto despegó. Un nuevo modelo, con la lengueta roja que tan característica sería a posteriori, fue el utilizado por un jovencísimo David Beckham para marcar un gol desde el centro del campo al Wimbledon. A partir de ahí, Adidas y Predator fueron la bota de casi todos los grandes jugadores del momento.

No deja de ser curioso que el producto más simbólico de Adidas fútbol fuese rechazado en primera instancia. Un bota que prometía mayor potencia de golpeo, un agarre extraordinario y unos efectos endiablados, nacida a raíz de un pala de ping pong, y que se ha convertido en un icono del deporte que tanto amamos.

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