lunes, 4 de febrero de 2019

JESÉ RODRÍGUEZ, NUNCA ES TARDE SI LA DICHA ES BUENA.



Jesé, uno de los futbolistas con más potencial que ha pasado por la sub 19 y que parecía que se diluía sin remisión, da la impresión de haber despertado. Parece que a sus 26 años ha entrado por el aro y está decidido a hacer las cosas bien. Tanto su trabajo como sus decisiones hablan de un nuevo futbolista, decidido y determinado a cumplir los objetivos propuestos.


Es cierto que 26 años es una edad muy límite para explotar del todo, pero tampoco podemos hablar de una edad muy elevada. Como ya comentamos hace apenas un mes cuando nos preguntábamos si Jesé volvería, parece haber superado muchos problemas personales para volver a centrarse en lo que mejor sabe hacer: jugar al fútbol. El canario parece haber aprendido de sus cesiones anteriores que nadie ata los perros con longanizas ni dan duros por pesetas, y se ha puesto a trabajar.

Precisamente, en aquel artículo se comentaba lo sereno que parecía un chaval que siempre ha dado la impresión de estar un poco 'zumbao' a pesar de estar apartado y con una indicación clara del entrenador: "conmigo aquí, no pintas nada tú". Pues parece que pintaba más de lo que Tuchel pensaba. Mi opinión sobre Tuchel me la guardo para otro artículo ya que me puedo extender bastante. El entrenador alemán no ha tenido más remedio que tragarse sus palabras y convocar en algún partido de Copa o de importancia menor al canario. Minipunto para Jesé. A base de trabajo y constancia ha conseguido darle la vuelta a una de las situaciones más complicadas en las que se puede encontrar un futbolista, provocando que un entrenador recule en la decisión relativa a los efectivos con los que cuenta su proyecto.

Ojo que no está todo el trabajo hecho. Es cierto que Tuchel también se dio cuenta del cambio de actitud del futbolista, pero de ahí a que pueda jugar lo suficiente cómo para recuperar su fútbol bajo las órdenes del técnico teutón hay mucha diferencia, y en otro acto de madurez y aceptación de su rol, ha aceptado el salir cedido, de nuevo, en busca de los minutos que le pueden hacer ser importante para el PSG o para cualquier otro equipo.

La diferencia es que esta cesión no ha sido a un equipo, digamos, de ribetes menores. Jesé ha llegado al Real Betis Balonpié. Un equipo que juega, o que por lo menos siempre intenta jugar, a un fútbol bonito. No es el Stoke ni la presión del descenso en las Palmas, amén de la juerga que se traían en ese vestuario algunos jugadores a los que Las Palmas ni les importan ni les han importado. El canario llega a un equipo que está a tres partidos de ganar un título en su casa y con compañeros que le pueden hacer crecer mucho tras casi 6 meses entrenando en solitario. No tiene la exigencia de ganar la Liga y la Champions, pero tampoco llega a un equipo agobiado por la sombra del descenso. Tiene partidos para volver a disfrutar del fútbol, partidos de Europa League, puntos que sirven para que el Betis juegue en Europa la próxima campaña y un entrenador que apuesta por el fútbol de toque.

Los ingredientes están ahí y no pueden ser mejores. El canario está poniendo de su parte tras unos años muy complicados pero el trabajo no acaba aquí. El Betis es un magnífico escaparate para dar un golpe encima de la mesa y recordar a la gente que tiene 26 años, no 36, pero tampoco 21. El canario tiene fútbol, Jesé ha levantado a gente del Bernabeu siendo más joven y sabemos que talento tiene. Si, de verdad, haciendo un acto sincero que ha empezado bien, consigue centrarse, no se atisba ni el más mínimo motivo para que la relación Jesé-Betis salga mal. 

Un equipo alegre, una ciudad en la que muchos futbolistas encuentran la estabilidad y la felicidad, un jugador que quiere reencontrarse consigo mismo, un padre que lo ha pasado mal y un niño con talento; la mezcla tiene que salir bien. Si sigue así, todavía queda Jesé. Es cierto que muchas veces hemos visto como estas remontadas se derrumban demasiado rápido, pero tendrá un gran apoyo: Canales. El cántabro, tanto por edad como por sufrimiento y levantarse está muy cerquita de poder guiar a Jesé en una vuelta, que aunque por motivos distintos, él si ha conseguido.

Toquemos madera para que las lesiones respeten y para que Jesé no se vuelva a torcer, porque como decíamos en aquel artículo de hace un mes, estas remontadas, de alguna manera, nos alegran a todos los que nos gusta el fútbol.

Insisto en que no está todo el trabajo hecho, pero los objetivos más inmediatos están satisfechos, la dirección es clara y el camino es por el que va el futbolista canario.


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