Muchas son las noticias y entrevistas concedidas por este jugador en las últimas fechas. Sin querer hacer mucho escarnio, lo cierto es que cuando tu equipo te deja sin ficha, tienes tiempo de sobra para todas las entrevistas que quieras. Pero leyéndolas, tengo la sensación de que hay algo que ha cambiado de verdad en la cabeza de uno de los jugadores más prometedores de los últimos ocho años. Y vamos a ver un poco por encima los motivos que me llevan a recordar a este genio cuyo arte se le subió a la cabeza demasiado pronto.
Como todos sabemos, la historia de Jesé empieza en el Castilla, con su negativa a seguir formando parte del equipo "B" del Real Madrid, y la posterior aceptación de sus exigencias por parte del club. Primer error. ¿Qué haces diciéndole al Real Madrid dónde debes jugar? y lo que es peor, ¿Qué hace el Real Madrid aceptando tus condiciones? Esta fue una de esas situaciones en el mundo del fútbol que, por absurda, no tengo claro quién es más culpable. No termino de ver bien al culpable primero porque las tonterías no me dejan ver más allá. Pero bueno, todo esto es pasado. Subió al primer equipo, se lesionó de gravedad en la rodilla, y desde entonces (previo incendio de su casa con él dentro y encamado fruto de la operación) el esperpento alcanzó su zenit, tanto a nivel futbolístico como personal. Se dedicó al reggaetón con la productora musical que él mismo fundó, y a la que denominó "TEAM PRESI MONEY". Huelga decir que dos meses más tarde, Jesé estaba de camino a París como parte del enfado morrocotudo que, lógicamente, se cogió el "presi" del "team". Y fue a París porque fueron los que más dinero ponían encima de la mesa por él, sin más. Con este talante, esas amistades que le recomendaban ese tipo de nombres para su productora como una idea revolucionaria y ese espíritu de no necesitar demostrar nada más, llegó a un PSG plagado de estrellas dónde cayó en el olvido rápidamente al ser etiquetado a las primeras de cambio como un "fichaje Emery". Y es que el entrenador español no atinó con los fichajes en el equipo parisino, siendo Jesé y Krychowiak las puntas de lanza del proyecto, unas puntas de lanza en las que se acabaría clavando la cabeza del técnico. Fichajes fallidos que pesaron mucho sobre un entrenador que, además, no fue capaz de mantener al Barcelona a raya tras endosarle un 4-0 en la ida.
Desde que llegó a París, un cúmulo de cesiones, aderezadas con unos cuantos temas personales (su hijo lo pasó realmente mal en 2017 y desde aquí le mandamos un abrazo al chaval), hicieron que Jesé, que ya tenía la cabeza bastante fuera del deporte de élite, terminara de reventar. Su paso por Las Palmas, por su casa, parecía darle alas para volver e, incluso, nos dejó algún partido de cierto interés y de muestras de su desbordante potencial. Pero aquel vestuario era un ambiente poco propicio para que alguien que no tiene la cabeza centrada en el fútbol se rehabilite como futbolista. Y menos aún si está revoloteando por allí un tal Kevin Prince Boateng. Jesé volvió a París en busca de otra cesión a un equipo que, de verdad, le hiciera volver a ese ecosistema de vestuario de fútbol. El Stoke quiso intentarlo y cerca estuvo de conseguirlo, pero la enfermedad del hijo de Jesé complicó todo. Ahora si que tenía la cabeza fuera de los campos de fútbol, sólo que en este caso el motivo era mucho más noble, lógico y comprensible. Pero, por duro que pueda parecer mencionarlo ahora, justo después de escribir sobre algo verdaderamente serio, el tiempo no espera por nadie. Y menos en un deporte que suele dejar entrever tus costuras cuando rebasas la frontera de los 30. Y cuando Jesé volvió por tercera vez a París, el club le había dejado sin ficha. Siendo conscientes de que el contrato estaba en vigor hasta el año 2021, el PSG prefirió no hacerle ficha este año. Y aunque estaba marcado como jugador transferible, ningún equipo alcanzaba los mínimos que pedía el equipo parisino para llevar a cabo el traspaso. Y es aquí dónde nos encontramos a día de hoy. Un futbolista con contrato en uno de los equipos con más presupuesto del planeta y con una de las plantillas más completas que existen...pero sin jugar al fútbol porque no tiene sitio allí.
Y es aquí dónde creo que se ha producido un cambio muy destacable en la mentalidad de Jesé. Cuando el tren ya salió de la estación hace tiempo, ha aparecido él y ha echado a correr por las vías para intentar cogerlo. Lo curioso es que, por bueno que pueda parecer el símil elegido, la noticia está en que tengo la sensación de que lo va a alcanzar. Ha contratado a un entrenador personal y lleva más de tres meses poniéndose en forma para volver a llamar la atención de la élite. En todas esas entrevistas para las que le sobra tiempo ahora mismo, reconoce sus errores, asumiendo la realidad y respondiendo con sensatez ante ella. Cuando le preguntan por el equipo al que llegará en invierno y si tiene alguna preferencia de equipo o liga, su respuesta denota esa sensatez y esa asunción de realidad: "El cartel que haya tenido es cosa del pasado. Lo que quiero es jugar. Currar y currar..." son palabras de Jesé. Lo cual, hace un par de años, era inconcebible escuchar de boca del canario, fruto de la espiral de decadencia en la que se encontraba. Pero el dato que más apoya mi teoría de que va a volver es la noticia que surgió hace un mes de que el propio Thomas Tuchel, entrenador del PSG, había reconocido públicamente el trabajo en solitario y en la sombra que estaba haciendo Jesé y como servía de ejemplo para el resto de miembros de la plantilla que sí tienen ficha. Más allá de la posible intención motivadora de Tuchel para con sus miembros activos de la plantilla, lo cierto es que un entrenador de primer nivel ve cosas. Ve muchas cosas, y muchísimas de ellas serían altamente sorprendentes para cualquiera de nosotros. ¡Como debe estar currando Jesé para que sea digno de mención su trabajo en solitario!.
Por todo esto, creo que Jesé está a punto de marcarse una de esas remontadas que a todos nos alegra presenciar. El renacer de un futbolista que, sinceramente, desde que lo vi por primera vez en el Castilla, siempre creí que acabaría mal, como estaba hace un año. El carácter de un jugador que lo ha hecho todo en el mundo del fútbol, dentro del cuerpo de un niño que no había empatado contra nadie todavía. Jesé no se perdió por las amistades, lesión, reggaetón, etc... todo eso ayudó, pero Jesé venía perdido de antes. E igual que siempre he defendido eso, también quiero ser de los primeros en romper una lanza en su favor cuando el cambio en la actitud es evidente. Así sí, Jesé. ¿Estará a tiempo a sus 25 años de cumplir con las expectativas que generó en su día? Para nada. Y menos aún con la lesión de rodilla que sufrió y que a tantos ha mermado en su juego (eso cuando no los ha acabado por retirar). Pero el que tuvo, retuvo. Y Jesé tiene ahora la actitud del que se quiere ganar la vida con el fútbol y que sólo busca que le dejen hacer su trabajo, y si a eso le sumamos el innegable talento del canario, podemos estar ante un renacer bastante espectacular. Bastante más de lo que muchos se piensan. Me encantaría poder hablar de Jesé como un JUGADOR A SEGUIR o, quizás, un ¿A QUÉ ESPERAS?. Pero, sinceramente, a pesar de la fe que le sigo teniendo al chaval, entiendo que las pruebas objetivas hasta la fecha no muestran más que eso: fe. Y por este motivo, no cabe en otra sección que no sea la de ASÍ LO VEO YO. Veremos si el tiempo me da o me quita la razón...
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