Hoy vengo sin ganas de hacer sangre. Con el ánimo y el saber estar de quién descansa al ver reconocida la evidencia, sin ese espíritu revanchista del: "¡TE LO DIJE!". No, no es momento de bajarse hasta ese "barro". Sin embargo, sí que creo conveniente analizar porqué Benzema está rindiendo, por fin, al nivel que todos esperaban. ¿Qué ha cambiado?
En mi opinión, nada. Nada fuera de lo habitual. Han sido matices los que han hecho que hoy, Benzema, ocupe todas las portadas como el delantero que, según algunos, se lleva esperando en el Bernabéu desde hace 9 años. ¿Qué es lo habitual? Lo habitual es que un jugador pase por varios momentos de forma a lo largo de una temporada e, incluso, puede no ser raro que pase por distintos pesos. Un caso muy impactante en este sentido, por ejemplo, y aunque sea de otro deporte, es el de Shaquille O'Neal. Debido a los momentos de parón, vacaciones, etc...con sus 216 cm de altura y su complexión física, desde que empezaba la temporada hasta que la terminaba, con el entreno, gimnasio, etc...perdía grasa y ganaba músculo en una variación de peso de casi 40 kilos. Empezaba las temporadas entorno a los 120 kilos y las terminaba llegando casi a los 160. Es cierto que se trata de otro deporte, otra fisionomía de deportista y, sobre todo, otro tamaño. En esas cifras, puede parecer que 40 kilos arriba o abajo dan igual. Pero que nadie se engañe, 40 kilos son 40 kilos. Y no te mueves igual con ellos que sin ellos, ni tampoco te mueves igual si no los tienes porque son grasa a si los tienes porque son pura fibra. Y no hay una norma escrita al respecto. En el caso de 'Shaq' su mejor momento del año estaba al rededor de los 140 kilos. En cuanto los pasaba, aunque se le notaba más fuerte, también se le veía mucho más lento. En cuanto a la modificación de sus cualidades, los 140 kilos eran la frontera entre seguir ganando o empezar a salir perdiendo con el cambio. Volviendo al fútbol, el caso de Robinho fue sangrante. Un jugador pequeño, habilidoso, con el alma de ese 'jogo bonito' brasileño...debe ser que alguien en Madrid lo vio, y pensó que a ese chaval había que alimentarlo correctamente. Se le metió en un gimnasio y ganó el peso y la musculatura que nunca debió haber ganado. ¿Seguía regateando? Sí, pero nunca con la misma facilidad y agilidad. Y de cara a las lesiones, fue el origen de las mismas. Cuando uno es de complexión física liviana, si bien es cierto que es más fácil mandarlo al suelo, también lo es que lesionarlo se convierte en una misión casi imposible. Por lo general (jugadores de cristal a parte) un jugador ágil y de poco peso es más difícil de lesionar por elasticidad y velocidad de reacción. Es decir, es más difícil de 'cazar' y, de conseguirlo, es más complicado de partir por elasticidad. Esto no es ley, evidentemente. Y lo que si está claro (motivo por el que se metió a Robinho en un gimnasio) es que el músculo bien desarrollado amortigua mejor los golpes y evita lesiones. Pero, como he dicho, no hay norma que se cumpla siempre este sentido y, cada jugador debe ser analizado de forma individual.
Dicho esto, y volviendo a Benzema, lo cierto es que su estado de forma y peso han alcanzado su punto exacto. En el fútbol de élite, cualquier desviación de ese punto se refleja sobre el campo y, en el caso del francés, es cierto que siempre le cuesta un poco encajarlo todo como un puzle. Hasta la fecha, los problemas con Benzema se reducían a dos cuestiones: 1- Cuando estaba en peso no estaba en forma (y, a veces, como sólo les ocurre a los grandes, al revés). 2 - Cuando todo encajaba, su juego en plenitud se ponía al servicio de Cristiano Ronaldo. Y así durante los 9 años que compartieron vestuario. Si alguien se pregunta sobre quién fue el compañero preferido de C. Ronaldo arriba durante el eterno debate sobre el '9' del Madrid, sólo tiene que fijarse en como salió Higuain de Turín. Las únicas declaraciones al respecto las hizo el propio Higuain cuando dijo que le comunicaron la llegada del C. Ronaldo y la necesidad de vender al 'pipa' porque, al parecer, no querían más '9' que Ronaldo...¿y Mandzukic? No digo más. Sin embargo, la situación de Benzema en el Real Madrid ha cambiado. Criticado duramente durante toda la primera vuelta, es cierto que no terminaba de aparecer en el área todo lo que debiera pero, como el mismo ha reconocido ya, es "un '9' con alma de '10'". A un delantero, de esas características, que viene de estar 9 años buscando siempre al mismo no se le puede pedir una adaptación a un sistema sin ese compañero en menos de 3 meses. Eso, sumado a que, como todos los años, le ha costado aunar peso y forma, es un caldo de cultivo perfecto para la crítica de quién busca hacer sangre al primer error. Aun así, el plan de este verano del Real Madrid no pasaba, únicamente, porque Benzema cubriera el hueco de goles de C. Ronaldo. Otro al que seguimos esperando es a Bale. Esto no quiere decir que ponga en duda la calidad del galés, ni mucho menos, pero su calidad y sus palabras al finalizar la final de la Champions pasada no se están reflejando en números sobre el campo.
Hemos vuelto a las lesiones y a los periodos de recuperación de las mismas en los que el aporte es mínimo o nulo, y eso repercute en Benzema dado que le falta sobre el campo alguien con quien compartir esas responsabilidades ofensivas. Benzema no es Ronaldo Nazario o Van Nistelrooy y necesita de un compañero para liderar el ataque blanco. Hasta ahora, era C. Ronaldo, con la peculiaridad de que siempre era el francés quién hacía el trabajo menos 'vistoso'. Este año, su compañero debería haber sido Bale y, en menor medida, Asensio, Isco o Mariano. Y nadie ha aparecido por allí para echar una mano. ¿nadie? miento, perdón. Un chaval de 18 años que viene con más ganas que fútbol a ganarse un puesto en el '11' del Real Madrid. Vinicius Jr., con su explosividad, desmarques, carreras e (intentos de) regates, ha obligado a las defensas a estar pendientes de él "por si acaso". Sólo con eso, Benzema se ha puesto en 17 goles, los mismos que lleva...¡vaya! C. Ronaldo. Sólo que con un matiz que sí considero relevante a la hora de marcar la calidad de un futbolista, y otro que demuestra que, durante 9 años, ha estado 'al servicio de su majestad' como dirían los ingleses. El primer matiz es que lleva los mismos goles con 47 disparos menos a puerta. Cifra, a mi entender, bastante reseñable. Y el segundo matiz, el que demuestra la pleitesía debida por parte del vestuario a C. Ronaldo durante su estancia en Chamartín, es que, a finales de enero, Benzema lleva probados 72 disparos a puerta. El año pasado acabó con 71 disparos y el anterior con 106. Suponiendo la media histórica de disparos a puerta de Karim (2,6 disparos por partido) le faltan 13 partidos para superar su marca de hace dos años. Sólo de Liga, quedan 17 partidos, más la Champions y la Copa. Y viendo la tendencia, es probable que recupere los números de 2012, cuando el Real Madrid de Mourinho no jugaba por y para Cristiano, como se reflejan en los 140 intentos de Benzema entre palos.
En resumen, 17 goles en 72 intentos de gol (un mejorable 23%, no malo (casi 1 de 4 tiros acaba en gol, me parece correcto, sin más) pero desde luego, muy superior al 7% (17 goles en 119 intentos) de Cristiano en Turín) y con la única ayuda a su misma altura sobre el campo de Vinicius Jr. Personalmente, y teniendo en cuenta que lo que suma Vinicius lo resta Lucas Vázquez, me parece un rendimiento escandaloso.
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