Ya estamos en semifinales del mundial de Rusia 2018. Y, una vez aquí, es muy raro que no estén las que mejor campeonato han realizado. Aunque hace una semana escribimos sobre Japón y Colombia como selecciones que habían caído sin merecerlo, lo cierto es que, como ya hemos oído por activa y por pasiva a lo largo de la historia de este deporte, las victorias no se merecen, se consiguen o no, pero no se merecen. E igual que aquel artículo venía a reflejar que, si por méritos fuese, Japón y Colombia tenían que estar en semis, también es verdad que lo que realmente tenemos en semifinales es: las dos selecciones que mejor han jugado en este mundial (Bélgica y Croacia) y las dos selecciones más resolutivas (Inglaterra y Francia), ¿quién se llevará el gato al agua?...
Por un lado tenemos un Francia-Bélgica. Dos países limítrofes y francófonos. Es lo más parecido a un derby que podemos encontrar a nivel de selecciones junto con un Argentina-Uruguay o un Alemania-Austria. Aunque también es verdad que la gloria futbolística en cuanto a historia de ambos países se remonta a hace 20 años en el caso de Francia y a nunca en el caso de los belgas. Digamos que no es, precisamente, un clásico del fútbol internacional. Pero, visto lo visto, como las selecciones que deberían estar en estas semifinales decidieron borrarse antes de tiempo para disfrutar de más vacaciones, esto es lo que nos queda. Brasil y Argentina eran las teóricas "favoritas" por este lado del cuadro para haberse cruzado en semifinales. 7 mundiales entre ambas y 21 de las 45 ediciones de la Copa América hasta la fecha. De hecho, existe la frase recurrente de "un mundial es una Eurocopa más Brasil y Argentina". Pero Brasil no está...y a Argentina ni se la espera. Y es que, si no juegan ni Douglas Costa ni Firmino en Brasil, es muy difícil que Neymar, al 60% como ha demostrado estar tras la lesión, cargue con todo el peso de llevar a Brasil a la final. Brasil estaba salvando los partidos con individualidades hasta que se enfrentó contra un equipo con cara y ojos como Bélgica. ¿Bélgica es la mejor del mundo? no, ni de broma, me niego en rotundo a pensarlo y seguiré defendiendo a capa y espada el artículo en el que hablaba de que Bélgica iba a confirmar en este mundial que no es selección ganadora. Pero tiene buenos jugadores a nivel individual, como también reseñé en su día, y con un poquito de orden sobre el campo, son capaces de jugar muy bien al fútbol. Tanto, que de esperar a que las favoritas empezaran a hacer algo nos "ha cogido el toro" y ahora, los buenos están fuera y Bélgica está en semifinales siendo la selección que mejor ha jugado al fútbol en este mundial junto con Croacia. ¿Bélgica está ahí por méritos propios? reconozco que sí, sin duda. ¿Es más mérito de Bélgica o demérito del resto? aquí quería yo llegar, porque creo que lo segundo supera con creces a lo primero. Nadie llega a una semifinales de un mundial (salvo que se llame Corea) sin haber hecho méritos para ello, pero si, además, te has dedicado a hacer deméritos y a auto-torpedearte, es normal que no estés ahí, y si los favoritos no están, alguien tiene que llegar. En cuanto a Francia, eficacia y M'Bappé. Pero nada más. El juego de la selección francesa está muy lejos de lo que se pensaba (y se sigue pensando) desde aquellas opiniones que hablan de una Francia de mucha calidad y con una gran superioridad futbolística. Lo que hemos visto hasta ahora es que Francia, sin jugar a nada, te mete 3 goles en 2 contras. Porque Griezmann (haciendo más de mediapunta que Pogba, que es quién, teóricamente, debería serlo) está buscando a M'Bappé y éste está respondiendo con mucho peligro y goles a esa búsqueda. Mientras tanto, Argentina, la selección que debería estar en estas semifinales por "favorita" está ya en casa desde octavos porque Messi, que es el mejor jugador del mundo actualmente, no es que no sea Maradona, es que no es el Zidane del 98' ni el Roberto Baggio del 94'. Cierto es que lo de "Paoli" (los argentinos entenderán que, alguien que ha ganado la Copa América con Chile frente a Argentina no puede ser santo) es de traca. Que las alineaciones y los cambios son para darle una vuelta y que Mascherano no pinta nada en una albiceleste de mundial, pero Messi no ha aparecido más que para marcarle un gol a Nigeria. Y si alguien cree que Messi está mal acompañado, que le pregunten a Hagi o a Stoichkov (o a Bale en la última Eurocopa, si me apuras) lo que es tener que tirar del carro de verdad. Que la Bulgaria de Stoichkov (con Balakov, Kostadinov y Borimirov como mejores ayudentes) fue semifinalista en EE.UU. Pero estos palos que parecen ir destinados a Messi, realmente van para todos aquellos que piensan que 'la pulga' debería ganar un mundial él sólo. Porque el primero que sabe que no puede es el propio Messi. Y la frustración del jugador argentino surge de saberse obligado a un imposible. Y creo sinceramente que sin toda esa 'press', igual habríamos visto a otro Messi y, por consiguiente, otra Argentina.
Por el otro lado del cuadro tenemos una imagen muy parecida. Una selección que ha desplegado el mejor fútbol que hemos podido ver en este mundial capitaneados por Luka Modric y con un Rakitic que sigue arrastrando el brutal rendimiento que ha dado este año en el Barcelona. Sin Kalinic, eso sí, pero con un Mandzukic que lo está peleando todo y, sobre todo, con un Ante Rebic que se ha convertido en la gran revelación de este mundial. De lo poco que supera con mucho la expectativa inicial. Pero jugar bien no lo es todo, y llegar hasta aquí ha costado dos tandas de penaltis y el total convencimiento por parte de la afición del Real Madrid de que Modric no debe tirar nunca una pena máxima (algún defecto tenía que tener). A Croacia le falta gol (probablemente está en su casa y se llama Kalinic) y dos rondas seguidas resueltas a penaltis, lo único que demuestran es que, hasta ahora, la fortuna y Subasic están contrarrestando un déficit que está ahí. Y si a Croacia le falta gol, a Inglaterra se le caen. Harry Kane se ha visto como en el Tottenham (teniendo que tirar del carro), sin Eriksen pero con bandas para suplir la carestía de balones al área. Y Kane con bandas colgando balones es un peligro público, independientemente del juego del equipo. Si bien, insisto, no tiene a Eriksen, un tal Henderson anda danzando por ahí, diciéndole a todo el mundo dónde tiene que estar en cada momento. Y es que Jordan Henderson, gustará más o gustará menos, pero lo que es innegable es que nos espera un futuro entrenador inglés a la altura de muy pocos. Pero...¿quién tendría que estar en esta semifinal? Pues España y Alemania. Aunque la historia futbolística de España se remonta menos aún que la francesa, no es menos cierto que, en los últimos años, España se ha convertido en una de las selecciones a batir. Por estilo de juego, por calidad de jugadores y por haberse realizado un relevo generacional en el que (quitando las excepciones de Ramos, Piqué, Iniesta y Busquets) se habían depositado muchas esperanzas por haber conseguido mantener esa esencia en la forma de jugar. Una rejuvenecida España que es capaz de jugar igual o mejor que la anterior. Pero a un señor sin un pelo de tonto se le ocurrió la feliz idea de despedir al seleccionador a dos días del primer partido, poner a otro que pasaba por ahí que lo único que sabe de fútbol es que vivió de ello y, tras el fiasco, preguntar a Roberto Martínez (con contrato en vigor con la selección belga) si quería entrenar a España (argumento que esgrimió para despedir a Julen). Es lo que tiene poner al líder sindical a presidir la empresa, que en cuanto puede da vacaciones a todos. Y, como he dicho en otros artículos, el ridículo de Alemania ha sido tan bochornoso que no merece ni tiempo de análisis. Debe ser que a los jugadores no les hizo gracia el hotel de concentración o algo así y decidieron irse del mundial, directamente.
En resumen, un mundial lo ganan, en primer lugar, los que lo quieren ganar. Y aceptando esta premisa en todos los equipos que lo disputan (cosa que no ha ocurrido en este mundial), como solo puede ganar uno, suele hacerlo el mejor de los equipos en liza. Pero como en este mundial, los mejores no han querido ganarlo (salvo Brasil en algunos ratos, algo altamente insuficiente), los que quedan son los mejores del resto de equipos que sí querían, con la duda de si Japón y Colombia habrían merecido estar en esta disputa pero, como ya hemos dicho, solo puede ganar uno.
Por el otro lado del cuadro tenemos una imagen muy parecida. Una selección que ha desplegado el mejor fútbol que hemos podido ver en este mundial capitaneados por Luka Modric y con un Rakitic que sigue arrastrando el brutal rendimiento que ha dado este año en el Barcelona. Sin Kalinic, eso sí, pero con un Mandzukic que lo está peleando todo y, sobre todo, con un Ante Rebic que se ha convertido en la gran revelación de este mundial. De lo poco que supera con mucho la expectativa inicial. Pero jugar bien no lo es todo, y llegar hasta aquí ha costado dos tandas de penaltis y el total convencimiento por parte de la afición del Real Madrid de que Modric no debe tirar nunca una pena máxima (algún defecto tenía que tener). A Croacia le falta gol (probablemente está en su casa y se llama Kalinic) y dos rondas seguidas resueltas a penaltis, lo único que demuestran es que, hasta ahora, la fortuna y Subasic están contrarrestando un déficit que está ahí. Y si a Croacia le falta gol, a Inglaterra se le caen. Harry Kane se ha visto como en el Tottenham (teniendo que tirar del carro), sin Eriksen pero con bandas para suplir la carestía de balones al área. Y Kane con bandas colgando balones es un peligro público, independientemente del juego del equipo. Si bien, insisto, no tiene a Eriksen, un tal Henderson anda danzando por ahí, diciéndole a todo el mundo dónde tiene que estar en cada momento. Y es que Jordan Henderson, gustará más o gustará menos, pero lo que es innegable es que nos espera un futuro entrenador inglés a la altura de muy pocos. Pero...¿quién tendría que estar en esta semifinal? Pues España y Alemania. Aunque la historia futbolística de España se remonta menos aún que la francesa, no es menos cierto que, en los últimos años, España se ha convertido en una de las selecciones a batir. Por estilo de juego, por calidad de jugadores y por haberse realizado un relevo generacional en el que (quitando las excepciones de Ramos, Piqué, Iniesta y Busquets) se habían depositado muchas esperanzas por haber conseguido mantener esa esencia en la forma de jugar. Una rejuvenecida España que es capaz de jugar igual o mejor que la anterior. Pero a un señor sin un pelo de tonto se le ocurrió la feliz idea de despedir al seleccionador a dos días del primer partido, poner a otro que pasaba por ahí que lo único que sabe de fútbol es que vivió de ello y, tras el fiasco, preguntar a Roberto Martínez (con contrato en vigor con la selección belga) si quería entrenar a España (argumento que esgrimió para despedir a Julen). Es lo que tiene poner al líder sindical a presidir la empresa, que en cuanto puede da vacaciones a todos. Y, como he dicho en otros artículos, el ridículo de Alemania ha sido tan bochornoso que no merece ni tiempo de análisis. Debe ser que a los jugadores no les hizo gracia el hotel de concentración o algo así y decidieron irse del mundial, directamente.
En resumen, un mundial lo ganan, en primer lugar, los que lo quieren ganar. Y aceptando esta premisa en todos los equipos que lo disputan (cosa que no ha ocurrido en este mundial), como solo puede ganar uno, suele hacerlo el mejor de los equipos en liza. Pero como en este mundial, los mejores no han querido ganarlo (salvo Brasil en algunos ratos, algo altamente insuficiente), los que quedan son los mejores del resto de equipos que sí querían, con la duda de si Japón y Colombia habrían merecido estar en esta disputa pero, como ya hemos dicho, solo puede ganar uno.
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