En lo que llevamos de mundial, tenemos dos selecciones que están volviendo a casa habiendo jugado el fútbol que esperábamos en otras que ya se fueron o que, directamente, ni aparecieron por Rusia. Entre las que podríamos incluir dentro del grupo de las que no deberían haber hecho las maletas tan pronto podríamos incluir también a alguna otra como México e Islandia, pero el caso de Japón y Colombia tiene mucho más componente de "sólo puede ganar uno" que las demás.
Dentro de un mundial malo en cuanto a fútbol y competido a más no poder desde la mediocridad, pocos se están salvando de la quema. Y, como he dicho antes, sólo puede ganar uno, por lo que la quema a la que hago referencia es la quema de la crítica futbolística. Dejando a un lado ridículos mayúsculos como el de Alemania, lo cierto es que equipos como España, Argentina o Polonia no se han acercado al nivel que de ellos se esperaba. Por muchos nombres de relumbrón que tengas en tu plantilla, jugando así...¿Qué esperas? Esto es un mundial, y el que no juegue bien al fútbol se vuelve para casa más pronto que tarde (salvo que se llame Italia o Uruguay, maestros en ganar más tranquilamente cuanto peor se juegue al fútbol). Y de las cuatro mencionadas en este párrafo, de Alemania me van a permitir que no hable, no hay peor gesto que patear a un moribundo. Argentina recibió en octavos a un vendaval llamado M'Bappé, pero eso ya se habló en el articulo que escribió mi compañero: ¿SE PUEDE SER UNA SUPERESTRELLA CON 19 AÑOS? M'BAPPÉ DICE QUE SI, pero no olvidemos que Argentina había jugado suficientemente mal como para no llegar ni a octavos. España llegó hasta octavos yendo de más a... nada. El partido contra Rusia acabó con la siguiente estadística: ESPAÑA: 79% de posesión, 23 tiros y solo 9 a puerta. RUSIA: 21% de posesión, 7 tiros y solo 1 a puerta. Con estos números estás fuera con motivo. Polonia, con un tal Robert Lewandowski a la cabeza, y con jugadores como Milik, Krychowiak, Piszczek, Szczesny o Zielinski, ha recibido 5 goles y marcado solo 2. No digo que tuviesen que ganar el mundial con esta plantilla, pero igual unos octavos habrían tenido más sentido que quedar último en un grupo con Senegal, Japón y Colombia.
¿Y por qué no estuvo Polonia en octavos? Porque estaban Japón y Colombia. ¡Como han jugado al fútbol estas dos selecciones! Si bien es cierto que Colombia empezó fatal contra...¡anda, Japón!, los partidos siguientes de los cafeteros han sido un gustazo de ver para los aficionados. Mucha velocidad, pases precisos (como se echó de menos a James contra Inglaterra) y la idea clara de atacar la portería contraria. Tanto Colombia como Japón han demostrado lo equivocados que estamos en Europa con esa obsesión por controlar la pelota. Pero no equivocados por querer tener la pelota, sino equivocados por pensar que no hay otra manera viable de jugar al fútbol. Tener la pelota no es malo y, por lo general, es hasta bueno querer jugarla, querer hacer cosas con el balón, etc... Pero todo en exceso es malo y, diga lo que diga Guardiola, la posesión no es una excepción. Lo difícil es saber identificar cuando la tienes que tener y cuando la tienes que hacer correr. España ha sido el más claro ejemplo de que cada pase tenía como objetivo no perder el balón y, con suerte, el 1% de esos pases pretendían generar peligro al rival. "No te la paso para meter gol, te la paso para que no me la quiten" parecían decir los jugadores españoles. Este concepto es el que hay que erradicar del fútbol. Los señores Guardiola y Aragonés introdujeron en la Europa del fútbol actual esta idea de "primero tengo la posesión y luego pienso lo que hago con ella" y las pruebas demuestran que, para cuando quieres pensar que hacer con la posesión el árbitro ha pitado el final del encuentro. Salvo el que les enfrentó entre sí y los octavos, dónde han caído, tanto Japón como Colombia han dominado en posesión en este mundial a sus rivales pero sin sobrepasar el 65% de posesión. (en el que les enfrentó dominó Japón por la expulsión de Carlos Sánchez) Y yo creo que es la cifra frontera entre dominar un partido u obsesionarse con la estadística. Más allá del 65%, salvo causa de fuerza mayor como puedan ser las tarjetas rojas, no es dominar, es obsesionarse con que no te quiten el balón.
Y es que, con lo que hay ya eliminado, Japón y Colombia han estado a punto de mandar a casa a dos de las favoritas de entre las que quedan: Bélgica e Inglaterra. Favoritas por los jugadores que tienen y porque, aunque para gustos, los colores, tanto belgas como ingleses están rindiendo al nivel que les es exigible (sin querer entrar en si es o no lo que se espera de ellos porque creo, sinceramente, que se espera de ello más de lo que realmente pueden dar). Japón, con un fútbol directo y de ideas muy claras, ha demostrado que se puede compaginar el ser directo con el toque de balón. Digamos que Japón ha demostrado manejar bien un fútbol muy contemporizado, en el que cada cosa tiene su tiempo, su momento y su porqué. Tanto es así que cogió a esta "super Bélgica" (nótese la ironía en las comillas) y la puso contra las cuerdas poniéndose 0-2 al comenzar la segunda parte. Un churro de Vertonghen (y nadie me va a sacar de mi convicción de que fue un churro, bonito, pero un churro), una genialidad de Hazard y una contra de manual acabaron por tumbar los sueños nipones. Pero con la sensación de que se vuelven a Japón porque no pueden seguir todos en la competición, y no porque mereciesen ser eliminados. Caso calcado el de Colombia. Es cierto que la ausencia de James y la presencia de Carlos Sánchez dificultan mucho la tarea (la presencia del segundo, más aún que la ausencia del primero), pero la frescura demostrada por los cafeteros frente a Polonia, y el juego desplegado frente a Inglaterra han dado muestras de que, al igual que Japón, al fútbol no se juega andando ni corriendo, se juega contemporizando. Aunque en el partido contra Inglaterra eché de menos a James como nunca ante la falta de ideas del centro del campo colombiano, lo cierto es que, al final, esta Inglaterra que viene como favoritísma junto a Brasil dados los otros resultados, tuvo que recurrir a la lotería de los penaltis para deshacerse de una Colombia sin ideas. O, por lo menos, sin las ideas de James, que es un déficit bastante importante a la hora de afrontar un encuentro de semejantes características.
Dicho esto, no me queda más que agradecer tanto a japoneses como a colombianos el fútbol desplegado en este mundial y que, al contrario que otros a los que se les ha secado la boca de decir que se iban con la cabeza alta, ellos sí que pueden volver a sus respectivos países orgullosos de una participación en el mundial de Rusia que, por lo menos un servidor, recordará como el mundial de Japón y Colombia (huelga decir que, además de ser el mundial de el que lo gane, evidentemente).
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