viernes, 4 de septiembre de 2020

MESSI, BALE, DE GEA: ESCLAVOS DE UN SUELDO



Da igual lo bueno que seas. Da igual lo que quieras o busques. Cuando alcanzas un caché que se sale de las tablas salariales habituales, todo se complica a niveles increíbles. Y es que, por mucho que se diga o hable, la realidad es que cualquiera de los tres mencionados tienen las mismas posibilidades que yo de jugar en un grande de Europa distinto al que los tiene ahora mismo contratados...

En el caso del argentino, llama poderosamente la atención como todos aquellos clubes que decían estarse preparando para la llegada de Messi, e incluso filtraban haber hecho ofertas (por supuesto rechazadas) por el '10' del Barcelona, cuando la situación se ha vuelto verdaderamente propicia para ello, han "recogido cable". Messi sabe que está solo en esto. Por lo menos, hasta que consiga la carta de libertad. No hay club en el mundo con capacidad para fichar a Messi y, además, ponerle un sueldo acorde a calidad y precio de mercado. El City, el mejor posicionado para ello según la prensa, ha puesto unas cifras encima de la mesa irrisorias, motivadas por el Fair Play Financiero y no por falta de liquidez, evidentemente. El mejor situado real, con los números en la mano, era el Inter, que ya ha descartado completamente la posibilidad siquiera de sentarse a hablar. Porque Messi, pareciendo de otro planeta, no lo es. Y menos aún con el paso de los años (tiene 33, no lo olvidemos). Y un sueldo de 50 millones limpios al año te desajusta el ecosistema de un vestuario antes o después. Independientemente del esfuerzo económico-fiscal que supone, de por sí, una ficha de estas características. La "declaración de liberto" (término romano para declarar libre a un gladiador) sería otro cantar. Principalmente porque ya no habría un contrato de 50 millones firmado y fijo a cobrar contra el que competir. Sería llevar a Messi a una situación de mercado acorde a su calidad y a su edad, y no sólo a su calidad como está estipulado en el actual contrato con el Barcelona. El sueldo actual de Messi responde a su calidad y al miedo a una posible salida. Por este motivo, Messi está fuera de mercado a nivel salarial. Con una carta de libertad, las negociaciones entre Messi y los clubes que se postularan como interesados, mostrarían a Messi el nivel real de mercado, pudiendo quedarse libremente con el proyecto más atractivo para él y sin una comparación tan directa con el contrato que deja atrás. Esto es algo bastante típico en otros deportes, pero a lo que no estamos acostumbrados en el mundo del fútbol. En la NBA, por ejemplo, los traspasos se dan de dos formas distintas: renovación y traspaso (el club de destino tiene que asumir el salario firmado a la renovación) o mercado de agentes libres, dónde se negocia desde cero un contrato nuevo. Muchos jugadores de la NBA buscan, a lo largo de su carrera, probar suerte en el mercado de agentes libres por una cuestión de acercamiento a la realidad. Si cada contrato en vigor se ha de respetar, y cobrando 2 me dicen que me doblan el sueldo, parece mucho, pero ¿y si en el mercado de agentes libres puedo firmar 8 o 10? Si firmo la renovación, nunca lo sabré. De igual manera, cuando la franquicia ofrece una drástica reducción salarial, el jugador busca ese contacto con la realidad para ver si, efectivamente, esa bajada se ajusta a lo que el mercado está dispuesto a ofrecerle. Muchas veces, la historia acaba con el jugador en el mismo equipo, pero tras haber pasado por ser agente libre. No se ve con malos ojos por ninguna de las partes. Está asumido como parte de la cultura del libre mercado. Yo creo que, aunque sea algo rarísimo dentro del fútbol, el caso de Messi se entiende bastante mejor desde esta óptica. Messi considera que se ha ganado el derecho a elegir el proyecto que más le atraiga y, sin la carta de libertad, y aunque el club azulgrana estuviese dispuesto a facilitar su salida, seguiría estando atado, en mayor o menor medida, a los interses del Barcelona. Además de que, como digo, un traspaso simple no tiene cabida en las circunstancias actuales por las discrepancias existentes entre el valor de Messi otorgado por el Barcelona y la línea roja hasta la que los clubes pueden llegar. 

Poco más o menos lo que ocurre con Bale. Hay ciertas diferencias pero es una circunstancia que no se aleja tanto, en esencia, de lo que ocurre con Messi. Los aficionados del Madrid no quieren dejar marchar al mejor Bale, pero quieren deshacerse del Bale que no quiere estar en el Madrid (bien sea por Zidane, por los compañeros, la prensa o lo que sea, no voy a entrar ahí). Lo cierto es que, como Messi se suba a la grada a cobrar 50 kilos mientras está sentado, el aficionado azulgrana que hoy llora y dice: "Messi no te vayas", será el primero en cambiar radicalmente su discurso. Eso es lo que ha ocurrido con Bale. La afición del Madrid ve una relación irreconducible entre el '11' galés y el entrenador que ha dado 3 Copas de Europa seguidas al club blanco. Y sus 17 millones limpios al año pesan mucho en la conciencia de los aficionados y, sobre todo, de los socios con sus aportaciones al club. La diferencia con Messi es que, por Messi todo el mundo dice: "si pudiera lo pagaba...pero no puedo", y en el caso de Bale, si bien es cierto que su rendimiento sobre el campo no ha sido el peor posible, su actitud de esta última temporada hace que los clubes miren, muy mucho, si están fichando a un jugador realmente comprometido. Es más bien un: "No se si quiero asumir el riesgo". Es mucho dinero para arriegar a que un jugador no pierda la cabeza y decida declararse en rebeldía encubierta, como ha hecho Bale en el Madrid...o, por lo menos, esa es la imagen que nos vende el señor Zinedine Zidane con sus decisiones deportivas. Muchas de ellas sólo se entienden desde la rebeldía de un jugador de la calidad de Bale. Sin decirlo abiertamente, para Zidane, Bale es el malo de esta película. No sé hasta que punto es uno, es el otro...me da igual. Lo que sí sé es que la imagen es la que es. Y flaco favor le han hecho a la entidad entre unos y otros. Ahora Bale, al igual que Messi, se encuentra solo, sin ofertas y sin opciones. Con la diferencia de que, aunque duelan (porque duelen), 17 millones sentados en la grada del Bernabeu no queman tanto como 50 en la del Camp Nou. Por ese motivo, el Madrid no está dispuesto a plantearse la salida de Bale como un alivio salarial si dicha salida no conlleva un ingreso por traspaso normal. No digo recuperar lo invertido, pero tampoco se va a ir gratis. Menos aún, para que un futbolista que ha perdido años en el Real Madrid, siga cobrando el mismo sueldo. La actitud blanca es: "si no llegan ofertas de 100 millones, tu no te vas a ir a seguir cobrando 17. Si ha bajado tu valor como dices, ha bajado para todo, traspaso y ficha. Renuncia a 7 millones de sueldo en un contrato de 5 años, y que la cosa quede en 35 millones de traspaso y 10 de sueldo. Pero no vengas con operaciones en las que, para que el club de destino mantenga tu sueldo, te tengamos que dejar salir gratis." Y esta es la esclavitud salarial de Bale. No se quiere bajar el sueldo ni quiere perder un solo céntimo de lo firmado con el Madrid. Lícito. Legítimo. Pero apunta a otro año de grada para el galés. 

David De Gea. Ayer hizo un buen partido con España frente a Alemania. Sacó algunas manos que eran gol claro. La prensa nacional ha salido en defensa del de Illescas y de Luis Enrique por la confianza en el actual portero del United. Pero eso a la dirección deportiva del Manchester no le vale. No es suficiente para justificar la temporada pasada, y menos aún cuando se superpone con la temporada realizada por el canterano Dean Henderson en el Sheffield United. La renovación por 5 años de Dean Henderson (con un sustancial aumento de sueldo) es toda una declaración de intenciones por parte del United. Pero De Gea cobra 14 millones limpios al año. A lo que hay que sumar el peso que debe tener en la masa gestora del club, el "faxgate" con el Real Madrid, cuando suponía un traspaso de 96 millones de euros. Hoy por hoy, los equipos que pueden estar interesados en De Gea, piden reducción de salario al jugador y un traspaso asequible a sus posibilidades. A lo que De Gea pide al United que complete su sueldo durante los años de contrato que le quedaban en el club (algo que se ha puesto muy de moda últimamente, gracias Iker...). Recordemos que De Gea, tras su traspaso frustrado por el Madrid, al año siguiente, renovó. Concretamente, hace un año. Y hasta 2023 nada menos. Motivo por el cual, la petición de De Gea no va a ser aceptada, en principio, por el United. Por lo que apunta a otro caso como los dos anteriores. Mientras que en este caso se trata de una cuestión de rendimiento deportivo, y en el anterior, de relación extradeportiva, en el primero de lo casos se daban ambas circunstancias: rendimiento deportivo (del equipo) y relación extradeportiva (tanto con la directiva como, al parecer, con el nuevo entrenador). 

Pero lo que podemos concluir es que, los tres casos tienen en común un factor decisivo: su sueldo son cárceles de oro. Porque, y más aún con la extraordinaria situación del final de la temporada pasada a nivel económico para los clubes; ciertas fichas y ciertos traspasos son inasumibles para la absoluta totalidad de los clubes del mundo. En unos casos por unas circunstancias y otros por otras, la realidad es que nadie va a pagar 17 kilos a Bale, 14 a De Gea y 100 millones por cada uno de los dos traspasos, así como nadie va a pagar 700 millones por Messi. Porque no se quiere, porque no se debe o porque, simplemente, no se puede. La realidad es que no va a ocurrir. Son jugadores que están solos ante su situación y ningún club se va a entrometer para desatascarla. Otra cosa es que consigan desatascarla ellos mismos. Pero, cada día que pasa, pesa más la dificultad que las ganas del jugador por arreglarlo. Eso está claro.

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