Tres jugadores con tres situaciones parecidas. Futbolistas de los que se espera un rendimiento que, ni de lejos, han mostrado esta temporada. Allá por enero, al final de la primera vuelta de la liga, se los veía con medio pie fuera de sus clubes. Quizás Griezmann, al ser un recién llegado, podría escapar un poco de esa tesitura, pero las ganas del Barcelona por fichar a Lautaro y Neymar, unidas a lo poco que se podía sacar por el resto de descartes en la delantera, situaban al francés (opinión personal) en el disparadero, de la misma manera que a Bale o Costa. Pero, ¿y si ahora la descosen?
En el caso del galés, tenemos a un futbolista que siempre nos rompe la cintura a todos. Cuando parece que ha alcanzado el nivel para mantenerse en la "cresta de la ola", siempre aparece una inoportuna lesión que le corta el ritmo. Pero es que cuando parece clara su salida, entre su rendimiento en los peores momentos y las declaraciones de su agente, parece que ya por fin se va a acabar con el debate y Bale va a tener los minutos, la confianza y el rendimiento esperados. Y es entonces cuando se lesiona. En ese bucle llevamos desde el año 2013. Cada año que pasa cuesta más ver a Bale como la pieza clave que debiera ser y este año, con todo el tema del golf, Gales, "dimes y diretes" de unos y de otros, la verdad es que, desde el punto de vista de un servidor, su salida estaba más cerca que nunca. Una pena. Un futbolista con las mejores cualidades que se hayan visto en años para la práctica de este deporte, pero que salvo en los momentos puntuales en los que ha aparecido (acallando esas voces siempre críticas), nunca ha rendido al nivel que se esperaba de él. Mejor dicho, nunca ha mantenido en el tiempo ese rendimiento lo suficiente como para que, aquellos que lo consideramos una estrella, pudieramos defender correctamente nuestra postura. Y, cuando más negra estaba la cosa, cuando hasta sus defensores más incondicionales lo veíamos fuera del Real Madrid: COVID-19. Este sprint final, da la oportunidad de redimirse a muchos futbolistas que llevaban una temporada, digamos, regularcita. Son 11 finales. Y ya sabemos lo que le gustan a Bale las finales y las carreras explosivas. Y, si no, que le pregunten a Bartra.
Griezmann. A ver. Antoine es el que mejor lo tenía de los tres antes del confinamiento. No llevaba malos números, estaba empezando a convencer al personal y, aunque no consiguió hacer olvidar a Suarez durante el tiempo que el Uruguayo estuvo lesionado, lo cierto es que el catastrófico año de Dembélé le vino de perlas. Al final, se ha hablado más de las salidas de tono del extremo que vino del Dortmund que de la relación rendimiento-precio de Antoine Griezmann. Pero muchos aficionados del Barcelona lo tienen un poco "cruzado" por el tema del "sí pero no" que protagonizó un año antes de su fichaje, con documental de por medio, haciendo público con dicho documental los "entresijos" de la operación. Eso no gustó. Es más, cuando se venía el fichaje, algunos culés de renombre como Jose María Minguella, dijeron publicamente que, si Griezmann fichaba por el Barcelona, no volverían al Camp Nou. Y aunque Minguella mantuvo su palabra durante unas cuantas jornadas, al final, volvió al estadio a ver a su FC Barcelona. Pero esto nos muestra lo mucho que tenía Griezmann que remar para sacar adelante su etapa en el Barça. Ante la ingente necesidad de traer futbolistas con mucho nombre por parte de Bartomeu (Laporta sigue dando pasos hacia el cadalso del ya ajusticiado Bartomeu, aunque este se resista), la salida de un Griezmann que vale más de lo que se presumía que podía acabar rindiendo a final de temporada, era una posibilidad bastante interesante. Por decirlo claro, no es el más caro de los jugadores prescindibles, porque prescindible como tal, no es, pero sí es el más prescindible de aquellos por los que se puede sacar 80 millones o más. Porque, sinceramente, no creo que esa cifra sea ya alcanzable ni por Dembélé ni por Coutinho. Y si quieres traer a Lautaro y Neymar, mínimo una de las ventas debe rondar esas cantidades. O eso, o el Barcelona tiene un acuerdo a parte con el BCE y en sus oficinas hay una máquina legal de imprimir billetes. No hay más. En cualquier caso, todo esto era antes del confinamiento. Ahora, ver 80 millones encima de la mesa va a ser una utopía y, por parte del equipo vendedor, un sinónimo de "no se vende". Además, como en el caso de Bale, ¿os imagináis a un Griezmann tirando del carro del Barcelona? Está claro que Messi es Messi y que mientras el argentino esté en el campo, los focos son para él. Pero, supongamos cualquier escenario. ¿Sería raro que un futbolista, después de un 2 meses parado, se lesionara (por muy sobrehumano que nos parezca Messi en ocasiones como la de la entrada de Ujfalusi)? ¿De verdad Griezmann no puede descoserla rodeado de Rakitic, Arthur, Suarez...? Si así fuese, o incluso que ocurriese sin necesidad de que Messi se lesione (aunque me parece más dificil que Messi juegue mal que la remota posibilidad de que se lesione), los debates previos al COVID-19, se darán por no existidos.
Diego Costa. De las 27 jornadas de liga disputadas, se ha perdido 12 por la hernia discal que le fue detectada en noviembre. Entre todas las competiciones, ha disputado 19 partidos con un balance de 2 goles y 3 asistencias. Si bien es cierto que comparto lo dicho por mi compañero de aventuras en este blog con respecto al tema del "big data" y de que los números en bruto, en el fútbol, sirven de poco, también es cierto que son números muy pobres, se mire por dónde se mire, para un delantero centro. La afición atlética, a pesar del cariño incondicional que se le tiene al delantero hipano-brasileño, reconoce que es un futbolista que está muy trabajado. A pesar de sus 31 para 32 años, hay que reconocer que su forma de jugar desgasta tanto al rival como a uno mismo, y las lesiones que se van encadenando, a mayores de la gravedad, van sumando piedras a un saco que empieza a estar lleno. Estamos hablando de un futbolista con un cruzado roto y una hernia discal. Ya sólo el hecho de seguir dando guerra es digno de admirar. Pero, como dije en su día, hay futbolistas a los que este parón les ha podido dar una 2ª juventud. ¿Por qué no va a ser Costa uno de ellos? Sinceramente, a interpretación personal, el mejor Costa es mejor que el mejor Morata. ¿Y si pasa? ¿Y si Diego Costa reaparece siendo el '9' que casi provoca un conflicto diplomático entre España y Brasil? Quedan 11 partidos en los que dejarse la piel porque, como he dicho, son 11 finales. Y nadie más curtido, ni mejor preparado para dejarse la piel empezando frescos que el Atlético de Madrid. Y, puediendo descansar como lo ha hecho, nadie mejor para pelear, literalmente, sobre el campo que Diego Costa. Si Costa la descose, cosa que nos debería extrañar por las circunstancias de la vuelta del fútbol, todas las habladurías previas al paron sobre si Costa debería seguir o no, se terminarán de inmediato. Y, dadas las circunstancias económicas de la vuelta al fútbol, el primero que va a defender su continuidad a poco que consiga aportar va a ser el propio Cerezo...
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