Hoy os traigo la trayectoria de un delantero que ha marcado la historia del Athletic de Bilbao en los últimos años. Un jugador que a base de caracter y, sobre todo, de goles, ha sostenido a los bilbaínos en lo que a competitividad se refiere. Aunque es cierto que decirlo así, sin incluir ni a Muniaín ni, sobre todo, a Iñaki Williams puede parecer que es "hacer de menos" a estos otros dos grandes futbolistas, como a tantos otros que han pasado por San Mamés, pero negar la imporancia real de Aduriz en los últimos años mediante la excusa de que "es un equipo y no un conjunto de individualidades" también sería injusto para nuestro protagonista.
Natural de San Sebastián, Aritz Aduriz ha pasado por mucho en su carrera hasta conseguir ser la pieza clave del Athletic Club de Bilbao. No estamos hablando de un "cachorro del Lezama" al uso dado que no se incorporó a la estructura del club bilbaíno hasta los 19 años, cuando fichó por el Bilbao Athletic directamente. Pasó por el Antiguoko KE, equipo con sede en Guipúzcoa, pero es uno de los equipos del futbol base vasco en general. Por sus filas han pasado futbolistas tanto de la Real Sociedad (De Pedro, Aguirretxe o Xabi Alonso) como del Athletic de Bilbao (Aduriz, Iraola o Ander Murillo). En este club, nuestro protagonista, fue cumpliendo hitos y jugando a gran nivel hasta que el Aurrerá de Vitoria en 1999, lo incorporó a su primera plantilla para jugar en 2ªB. Aduriz se mudó a Vitoria con la intención de cursar allí estudios universitarios para el IVEF (Instituto Vasco de Educación Física). En Vitoria sólo estuvo un año porque, tras marcar un doblete al Bilbao Athletic en la última jornada, desde Lezama insistieron para incorporar a Aritz en la estructura del club. Así, al año siguiente, Aduriz jugó en el filial rojiblanco haciendo 7 goles en toda la temporada.
En septiembre de 2002 debutó con el primer equipo. La primera etapa de Aduriz en Bilbao se encuentra encajonada entre tres carreras distintas que se encontraban en su punto álgido: Ezquerro, Urzáiz y Llorente. Los dos primeros, es verdad que se encontraban, por aquel 2002, más cerca de empezar su declive que de seguir taponando la progresión de Aritz, pero la temprana explosión de Llorente fue lo que obligó al donostiarra a buscar el desarrollo de su carrera futbolística en otros clubes. Además, desde pequeño, siempre fue el físico lo que se destacaba como "punto a desarrollar" en todos los informes que se elaboraban sobre Aduriz, incluso como el mismo reconoce entre risas: "Estaba poco hecho". Los dos primeros llevaron a Aritz a fichar por el Burgos en 2ªB en busca de minutos. Allí consiguió 16 goles en la temporada 2003/2004 lo que le sirvió para fichar por el Valladolid al año siguiente para jugar en 2ª. 20 goles en 46 partidos (dos temporadas), para conseguir el salvoconducto de regreso a Bilbao. Pero a su vuelta, se encontró con la llegada al primer equipo de Fernando Llorente. Un delantero fuerte, hábil con los pies para la estatura que tenía (196 cm de delantero) y un grandísimo rematador. La disputa del puesto durante esos tres años sacaron de Aduriz su vena más letal de cara a puerta en las disputas aéreas. Tener que demostrar que puedes rematar igual o mejor que Llorente con 15 cm menos de altura (181 cm mide Aduriz) requiere de, además de cierto don para el remate, muchísimo entrenamiento para superar la ventaja natural de tu competidor por el puesto. Tras mucho pelear (tres temporadas), y en virtud de la salida de Güiza del Mallorca, Aduriz acabó en las islas baleares en un operación relámpago. Durante su etapa en el Mallorca, Aduriz se dio a conocer mejor entre los aficionados españoles al fútbol. Durante la primera temporada fue el máximo goleador del Mallorca y empezó su segundo año con 5 goles en 7 jornadas. Volvió a ser el máximo goleador del equipo.
Al año siguiente, y fruto de los problemas económicos del equipo balear, Aduriz aterrizó en Valencia tras rechazar una oferta del Fenerbahçe. La competencia durate esos años la protagonizaron Soldado, Jonas y un jovencísimo Paco Alcácer. Hablamos de los años de 2010 a 2012. No terminó de cuajar, haciendo 23 goles en 84 partidos. Pero más por falta de confianza en sus posibilidades que por otra cosa. En su último año, jugó 29 partidos, de los cuales, 28 fueron partiendo desde el banquillo. Muy complicado. Unos años, además, sumamente marcados por el coste de los fichajes, llegar a un Valencia habiendo constado 4 kilos por los problemas del Mallorca, le dificultaron también bastante el conseguir las oportunidades necesarias. Y en un verano en el que se dice que Fernando Llorente estaba "coqueteando" con otros equipos como el Real Madrid, Barcelona, Juventus y alguno que otro inglés, el Athletic Club se acordó de Aduriz y lo recuperó de un Valencia (también en graves problemas económicos por aquel entonces) por 2,5 millones. Las tensiones entre el club y Llorente le dieron a Aduriz una titularidad que demostró merecer bastante antes. No sólo cazaba todo lo que se podía cazar por alto, sino que además se movía con mayor agilidad que sus predecesores. No sólo provocaba faltas por no rehuir una sola brega, también traía a los rivales con unos dolores de cabeza importantes. Con Llorente o Urzáiz, la cosa era más evidente: dos jugadores altos y fuertes que, quieras o no, vas a tener que "picar piedra" para, por lo menos, estorbarlos. Pero en el caso de Aduriz sabías que no sólo estaba dispuesto a bregar. Te iba a citar para la brega. Te iba a buscar. Jamás diré que se trate de un futbolista "sucio" o con "malas artes", ni mucho menos. Pero, como suele decir mi compañero en este blog: "Aduriz está tan bien educado que nunca se queda con nada que no sea suyo. Te las devulve todas." Y si a eso le sumamos una calidad para definir por encima del puro físico de los Llorente, Urzáiz, etc, tenemos a uno de los mejores delanteros centro españoles de los últimos años. Mientras que con los unos ves rápido que, aunque sólo sea por físico, van poder rematar muchas, con Aduriz sabes, por como juega, que cada balón que le eches va a ser rematado. Mejor o peor. Pero que va a llegar a impactar es de una seguridad casi total.
El resto de su carrera es de sobra conocida por todos: leyenda del Athletic Club de Bilbao durante los últimos 8 años, y con la espina clavada de la selección española, con la que sólo ha disputado el europeo de Francia 2016 a la edad de 35 años. Poco ha jugado para España con todo lo que podía haber dado. Desde aquí, este recuerdo y homenaje a un futbolista que esta temporada colgará las botas después de una carrera en la que ha tenido que reivindicarse una y otra y otra vez.
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