Este fin de semana se disputa el Clásico, un partido en el que hay algo más que una Liga en juego. Es el primer Clásico en muchos años que parece más una carrera de cojos que el partido entre los dos mejores equipos sobre la faz de la tierra. Ambos llegan con dudas y con una actuación en Champions que no se merecen los escudos que portan en el pecho.
Cuando digo que la actuación es impropia del escudo me refiero a la actuación en sí de ambos conjuntos en la ida de los octavos de final de la Champions, no a que los jugadores no se merezcan ese escudo, ojo, importante esto.
Con el estado de forma de ambos conjuntos se pueden hacer mil conjeturas, se pueden buscar millones de razones por las que Madrid y Barça ya no son los rodillos que eran la pasada década, pero hay una realidad que nadie puede discutir: tanto FC Barcelona como Real Madrid CF se han quedado sin fondo de armario. Las rotaciones al Madrid no le funcionan y el Barcelona tiene 14 fichas del primer equipo disponibles. Ambos equipos se han gastado dinerales y la situación es la que es, hay una pésima planificación.
Recuerdo cuando el Barcelona tenía una plantilla de garantías y con buenos recambios. Pedro, Alexis, Cesc, Adriano, Thiago, Bartra, Keita, Munir o Rafinha eran jugadores que, sin disputar la mayoría de los minutos, tenían un peso en el equipo muy importante. Jugadores que cuando saltaban al campo, cumplían, y eso permitía que la cantera tuviese sus momentos para poder desarrollarse como es debido. Jugadores como Xavi, Inesta o Puyol contaban con el merecido descanso en partidos que la segunda línea sacaba sin problemas, ayudados por chavales de la cantera que con el 2-0 a favor, salían a comerse el mundo. En el primer lustro de la década pasada, el Barcelona contaba con 24-25 jugadores implicados en la primera plantilla, si a eso le sumamos una cantera que parecía rendir, nos queda un equipo con muchas variantes y en el que se pueden dar muchos apoyos en los partidos menos importantes.
Hoy en día, la planificación del Barcelona es un desastre. Carles Perez o Abel Ruiz han tenido que salir a buscarse las lentejas en Roma y Braga respectivamente para que, al lesionarse Dembelé, se haya tenido que ir a gastar otros 18 millones de euros. El Barcelona tiene a su disposición 14 fichas del primer equipo. Es cierto que hay lesiones y eso no se puede planificar, pero lo que es aberrante es que se vendan tantos jugadores para poder pagar fichajes que deberían haber abandonado el club hace tiempo. El poderío del Barça, además de en el mejor jugador del mundo, radica en la multitud de variantes que puede ofrecer al encarar un partido. Recordemos el último triplete del Barcelona, fue un equipo que jugaba a lo que le gusta jugar al Barcelona, pero no se le caían los anillos por jugar a la contra o bajar al barro cuando el partido lo pedía. Se quitaban dos que jugaban así y metíamos a otros dos que jugaban asá. Quitabas a Iniesta para Buscar profundidad con Pedro o a uno del tridente para mantener el balón con Rakitic. Un ecosistema plenamente funcional y que derivó en el segundo triplete del Barça.
Por su parte, el Madrid ha pasado en apenas tres temporadas de tener un plantel A que ganaba la Champions y un plantel B que te ganaba la Liga a que el sistema de rotaciones sea un fracaso absoluto. Para más inri, el Madrid no tiene el problema del Barcelona, simplemente desconecta a jugadores que podrían ser valiosos en un momento dado. Más allá del nivel que tengan, si no los usas, se desconectan del equipo, como puede ser el caso de James, Nacho, Odriozola (cedido al Bayern en invierno), Ceballos (cedido al Arsenal), Brahim, Mariano o Jovic.
El Real Madrid ha entrado en una dinámica en la que se prefiere cambiar el esquema para meter las rotaciones con calzador que tirar de jugadores que podrían cumplir sobradamente. El tema de las rotaciones tiene un doble sentido, el primero y más inmediato es el que los jugadores vayan teniendo sus tiempos de descanso; pero el segundo es el que te da la clave, que es tener a todos los jugadores enchufados y dentro del equipo.
Si el segundo motivo se obvia, las rotaciones no sólo dejan de cumplir la mitad de su función, además, el equipo se te viene abajo. Si Kroos debe descansar contra el Man City, cosa que no se entiende del todo, se vuelve al 4-4-2 que no funcionó en Levante y sacas a Vinicius. No digo que no haya que sacar a jugar a Vinicius, pero puedes meter a James y jugar con los 5 en medio que tan buen resultado te ha dado o a Rodrygo, que no puede jugar contra el Barcelona y dar minutos en el 4-3-3 a un chaval que los pide a gritos.
Para entendernos, contra el Celta jugó Marcelo. Bien. Sin más información no hay razón para extrañarse. Pero si sabes que Mendy no debería jugar contra el Levante porque tiene 4 amarillas y que contra el Levante va a jugar Marcelo... en fin, me entendéis, Mendy al campo contra el Celta, amarilla, su cumple ciclo contra el Levante, y se empieza ciclo con el clásico, de esta manera, Zidane ha dejado a Mendy dos semanas en el banco y si le sacan la quinta amarilla contra el Barça, pues otra semanita que no juega. Sin embargo otros jugadores no han rascao bola en 2020. No se entiende esta filosofía.
¿Qué motivación pueden tener jugadores como James, Brahim, etc. si ven que cuando el titular rota, se cambia el dibujo y siguen en el banquillo? Estas tirando por la borda un fondo de armario, en el que has invertido mucho dinero. Es sintomático de no tener un plan, de no saber a qué jugar. No tiene ni pies ni cabeza que por hacer rotaciones no tengas esquema de juego.
Si haces rotaciones tienes que tener muy claro el sistema de juego y un gran fondo de armario. El Madrid no tiene claro a qué quiere jugar y Zidane le ha prendido fuego al armario. Conclusión, el Madrid rota con 13-14 jugadores mientras el resto de la plantilla, que ya se ha quedado sin Copa, mira desde el banquillo o la grada como, al igual que el año pasado, su equipo puede quedarse sin objetivos en una semana.
Las grandes épocas recientes de los dos equipos más grandes del mundo se han debido a la cantidad de jugadores implicados en el proyecto. Tenían opciones y recursos para aguantar una temporada entera a un nivel extraodinario, sin embargo, las malas planificaciones han llevado a ambos equipos a ser uno más dentro de la constelación europea.
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