miércoles, 22 de enero de 2020

MARCELO SALAS: EL MATADOR


Hoy quiero recordar a uno de esos futbolistas que quedan para la historia como un gran delantero, pero al que pocos recuerdan. Además, en este caso concreto, nos encontramos con la curiosidad de que, según el país en el que te encuentres, fue él quién eclipsó a Zamorano o viceversa. Por simple afinidad. Pero lo cierto es que ambos formaron la dupla más goleadora que se recuerda en Chile.

De las categorías inferiores de la Universidad de Chile salió este espectacular delantero centro. Sus 173 cm de altura nunca fueron un impedimento para ser un grandísimo cabezeador gracias a su gran capacidad de salto y a su giro de cuello, que le hacían imprimir una velocidad a la pelota que muchos no dudaban en calificar como superior a la que otros futbolistas eran capaces de conseguir con el pie. Una exageración, en mi opinión, pero que no puede llevarnos a pensar que no tuviera, efectivamente, un remate de cabeza digno de mención. Aunque los 178 cm de Zamorano, su compañero en el ataque de Chile, hacían que esos 5 cm de diferencia fuesen, en muchas ocasiones, claves a la hora de que la pelota acabase en la red tras una disputa aérea.

Su capacidad goleadora fue su carta de presentación. En 1994, tras haber jugado solamente 13 partidos la campaña anterior, anotó 41 goles en 48 partidos con "la U". Sin dejar de mencionar las 14 asistencias que repartió. A pesar de que al año siguiente no estuvo tan acertado de cara a portería, la media de las dos temporadas (63 goles y 22 asistencias en 86 partidos) en Universidad de Chile llamaron la atención tanto de Boca como de River. Fue River quién se adelantó y firmó a Marcelo Salas por 3.6 Millones de dólares, una cifra, hasta entonces, inédita por un delantero chileno. La oferta de cesión de Boca fue previamente rechaza por el propio futbolista. Así, Marcelo Salas llegó a la Superliga argentina y vio, inevitablemente dada la diferencia de nivel, mermados sus números de cara a portería. Aun así, 31 goles y 22 asistencias en 68 partidos, seguían siendo números muy llamativos de cara a seguir avanzando en su carrera hacia cotas mayores. Como hemos podido ver en otras ocasiones, sobre todo en fichajes de grandes estrellas de Sudamerica y en Italia en general en aquellos años, los 25.7 millones de dólares que constan como cuota del traspaso de Marcelo Salas en River, se dispararon hasta los 55 millones en las cuentas de la Lazio, equipo que consiguió hacerse con los servicios del "matador". Pero a aquellos que, a pesar de todo, apostaron por el delantero chileno, pudieron comprobar como el tiempo les dio la razón. Por lo menos, durante las dos primeras temporadas. 41 goles y 9 asistencias en 85 partidos son números de gran goleador (aunque por culpa de Messi y Cristiano nos cueste verlo así). En una Serie A tan reñida, con tan buenos jugadores en todas las posiciones, y con esa vocación defensiva tan típica de Italia, meter 15 goles por temporada era ser el máximo goleador del año casi con toda seguridad. Además, hacerse un hueco entre todas las estrellas que llegaron su mismo año no fue fácil. Un equipo que había cerrado los fichajes de Ivan de la Peña, Dejan Stankovic y Sergio Conceiçao, no parecía un equipo pensado para jugar con dos delanteros puros. Y el gran fichaje de ese año fue Christian Vieri, proviniente del Atlético de Madrid. Sin contar, por supuesto, lo que ya había en aquella Lazio: Matías Almeyda, Nedved, Mancini o Boksic. Que bien porque fueran delanteros (como en el caso de los dos últimos) o bien porque fueran centrocampistas fijos en el '11' (como en el caso de los dos primeros), dejaban en serio compromiso la presencia de Salas sobre el campo. Aun así, jugó, marcó y deslumbró. Hasta el punto de que la Juventus de Turín aprovechase una mala temporada del "matador", y que el Real Madrid (equipo que lo tenía atado) se echó para atrás debido al elevado coste de fichar a Zidane ese verano de 2001, para llevárselo por 25 millones de euros. Sin embargo, una rotura de ligamentos en la rodilla derecha dio por terminada su andadura en Europa. No se fue de Italia lesionado, ni recién recuperado siquiera, pero si que es verdad que no volvió a ser el mismo.Sus números con la Juventus en las temporadas 2001/2002 y 2002/2003 son de 4 goles y 4 asistencias en 32 partidos. No salió bien, y se volvió a River.

Ni en su vuelta a River, ni en su posterior vuelta también a "la U" consiguió repetir los números que lo habían convertido en un delatero tan letal, pero tampoco sería justo decir que se volvió de Europa en busca de un "retiro dorado". Jugó, anotó y asistió. Pero a un ritmo mucho menos llamativo: 2 temporadas en River con 17 goles y 5 asistencias en 48 partidos, y 4 temporadas finales en Universidad de Chile con 37 goles y 16 asistencias en 83 partidos. Casi los mismos números que consiguió con la Lazio, pero en Chile. No se puede hablar de "retiro dorado" como la idea de intentar seguir ganándose la vida con el fútbol sin la exigencia del primerísimo nivel, pero si que es cierto que los números ya no eran los mismos. También hay que reconocer que volvió a Chile con 31 años, una rodilla muy dañada, y que aun así se mantuvo internacional hasta el año 2007, un año antes de retirarse. Con 3 goles más que Iván Zamorano, Salas es el tercer máximo goleador histórico de Chile (superado por Alexis Sánchez y Eduardo Vargas) con 37 goles en 70 partidos con la selección. Junto a Zamorano formó la famosa y temida dupla de Chile para el mundial 98' conocida como "Sa-Za". En aquel mundial, Chile consiguió pasar la ronda de grupos, hecho que no se producía desde que organizaron su propio mundial en 1962. Y siendo Marcelo Salas el 3 máximo goleador de ese mundial con 4 goles, a pesar de caer en octavos. "El matador", de los dos fenómenos del ataque chileno, es el "famoso" en Italia, dónde todo el mundo lo conoce, mientras que a Zamorano lo recuerdan los aficionados del Inter y los grandes aficionados al fútbol internacional. En España, por contra, Iván "bam-bam" Zamorano, con sus 124 goles en 6 temporadas, es el delantero chileno que primero se viene a la cabeza de los que lo vieron jugar. Siendo curioso porque Zamorano estuvo el mismo número de temporadas en Italia que Salas, cinco. Pero, mientras Salas se tenía que pegar con Vieri y Mancini por jugar en la Lazio, Zamorano lo hacía con un tal Ronaldo Nazario. Con todo y con eso, jugó mucho más de lo esperado y, quizás, su anterior etapa con el Real Madrid generó unas espectativas que no se terminaron materializar en el Inter. Venía de meter 101 goles en 173 partidos, y se fue de Italia con 40 goles en 148 partidos, bajando el promedio goleador de un 0.58 goles/partido a un 0.27. Lo curioso de este caso es que, por los 40 goles y 16 asistencias en 148 partidos de Zamorano, tenemos 53 goles y 16 asistencias en 149 partidos de Marcelo Salas. Números similares que nos indican hasta que punto puede ser interesante, en un momento dado, llegar, como suele decirse, "de tapado", por la puerta de atrás y sin levantar grandísimas expectativas a las que tener que responder luego sobre el campo.

En cualquier caso, Zamorano o Salas, Salas o Zamorano, en el orden que se quiera, estamos hablando de dos goleadores que hicieron historia con la selección chilena y que merecen su sitio en nuestra sección LEYENDAS. Quizás, por interés haya primado esribir sobre Marcelo en lugar de sobre Ivan, por el simple hecho del contenido y de que aquí, en España, Zamorano es muchísimo más conocido, llegándose incluso a ser injustos con la figura de Marcelo Salas, un futbolista que, como dato final, os diré que posee un récord que ningún otro chileno tiene y que está a la altura de muy pocos: anotar al menos un gol en 4 fases de clasificación para mundial distintas (para los mundiales de Francia 1998 Corea y Japón 2002, Alemania 2006 y Sudáfrica 2010). Aunque bien es cierto que, en marzo de 2020, empieza la fase de clasificación CONMEBOL para el mundial 2022 de Qatar, fase en la cual, muy mal se tienen que dar las cosas para que Alexis Sánchez (ya anotó en los clasificatorios para Sudafrica 2010, Brasil 2014 y Rusia 2018) no iguale este récord que, de momento, sólo ostenta Marcelo Salas.

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