lunes, 23 de diciembre de 2019

LIVERPOOL CAMPEÓN DEL MUNDO, CUATRO AÑOS PARA CREÉRSELO



El Liverpool va a cerrar un 2019 que para ellos ha sido glorioso. Han vuelto a ser aquel temible equipo de los años 70, han ganado la Champions, han conseguido ser campeones del mundo, tienen en jaque al City de Guardiola para alzarse con su primera Premier y no dan visos de atascarse, más bien, de evolucionar año tras año.


El Liverpool a partir de este fin de semana vestirá el parche de campeón del mundo de la FIFA tras ser propiedad del Madrid tres años consecutivos, sin embargo, esto parece una realidad alternativa. Si echamos la vista atrás, antes de la 2016/17, nadie se podría imaginar la tremenda evolución del Liverpool en los últimos cuatro años. Un equipo que, ya no hace cuatro años, al principio de la década no acababa de dar con la tecla para recuperar su sitio, fichó a Jürgen Klopp y a pesar de no ir todo lo bien que debería, le dejaron trabajar, le dieron el tiempo que pidió y el Liverpool hoy está en el sitio que le corresponde y que se ha ganado a pulso.

A principios de década, más concretamente el 6 de octubre de 2010, Fenway Sports Group compraba el Liverpool. Fenway Sports Group, en adelante Fenway, tenía cierta experiencia en el mundo del deporte profesional, no obstante ya eran propietarios de los Boston Red Sox, y se lanzaron a comprar un club que necesitaba urgentemente recuperar pulmón financiero y una reestructuración deportiva. El Liverpool llevaba desde 2005, excluyendo la final perdida en 2007 contra el Milan, sin ser un equipo potente de Europa. A nivel local, el Chelsea y el Arsenal eran equipos más importantes, habían perdido el pulso contra su histórico rival, el ManU, y equipos como el City y el Tottenham estaban sentando unas bases para pasar a los 'Reds' por la derecha en apenas un par de temporadas. A nivel Europa, el Liverpool, sencillamente, no tenía la capacidad de competir contra los grandes; Real Madrid, Barcelona, Bayern, etc, estaban en un nivel muy por encima al de los ingleses, que parecían haberse estancado desde 2005.

La cosa no empezó del todo bien. Fenway, como buen propietario de un equipo exitoso de baseball, traía bajo el brazo su Big Data y el famoso 'Moneyball' que, como se demostró, de poco sirve en el fútbol. En 2011, con el famoso 'Moneyball' invirtieron mas de 60 millones de libras, un dineral de aquella época, en fichar al mejor rematador de cabeza de la Premier League, Andy Carroll, y al mejor centrador, Steward Downing. En la estadística del año anterior eran los mejores, y ficharon a los dos. Evidentemente no salió bien. El Liverpool continuaba siendo un equipo que clasificaba entre el sexto y el octavo de manera constante. 

Cuando llega Brendan Rodgers, un fantástico entrenador muy infravalorado, la cosa parece dar visos de cambio. El Liverpool se deshace de Carroll y Downing y se empieza a hacer un bloque de jugadores capaces de competir con cualquiera. Tal es así, que el Liverpool pierde la Premier en la 2013/14 tras un resbalón de Gerrard que pierde el balón y acaba en gol, relegando al Liverpool a la segunda plaza, a dos puntos de la gloria. 

En las siguientes temporadas, la cosa no fue mejor. Hasta la 2015/16, en la que llega Klopp al equipo, lo máximo que celebra el Liverpool, amén del subcampeonato de la Champions ya mencionado, es una Copa de la Liga y un subcampeonato de la FA Cup en la 2011/12. Cuando Klopp llega a Anfield, el Liverpool había logrado alcanzar la clasificación de la Europa League tras un sexto puesto; un sexto puesto que no daba derecho a Europa pero que lo consigue por ganar el Arsenal la FA Cup, equipo clasificado para Champions.

Cuando Klopp llega, empieza con un método de trabajo en el que pide al club 4 años. Blinda un contrato en el que se le tienen que dar cuatro años, de no ser así, Klopp no firmaría. El primer año, a pesar de perder por 1-3 la final de la Europa League contra el Sevilla tras realizar un gran campeonato eliminando a equipos como el Borussia Dortmund, los de Anfield clasifican octavos en liga, lo que produce un cierto "run run" en aficionados y propiedad. Había sensación de haberse equivocado, pero dar por finalizado el contrato de Klopp era inasumible. ¡¡Menos mal!!. De no haber sido inasumible, Klopp habría abandonado Anfield.

La siguiente temporada, sin partidos europeos de por medio, Klopp empezó a armar un Liverpool con jugadores muy buenos pero sin cartel a un coste relativamente barato y optimizando las cualidades de jugadores que ya tenía en el equipo. A partir de ahí, el Liverpool sólo fue para arriba. En esa misma temporada, quedó cuarto en Premier, por lo que volvió a la Champions. En la 2017/18 repitió un cuarto puesto en Premier y quedó subcampeón de la Champions y el año pasado a punto estuvo de ganar la Premier y consiguió la Champions, para rematar con el mundial de clubes y dejar al City en la cuneta en esta primara parte de la temporada.

Klopp, en cuatro años, ha cumplido. Su forma de trabajar y de incorporar jugadores no tuvo demasiados seguidores al principio, no cuadraba, recordaba al Carroll-Downing, pero nada más lejos. Es cierto que si lo analizamos puede parecer de loco, pero en realidad es de genio: Wijnaldum lo trajo siendo un extremo que había descendido con el Newcastle y lo convirtió en un interior de garantías, Lallana y Mané eran jugadores del Southampton por los que nadie preguntaba, al igual que Van Dijk, Firmino llegó procedente del Hoffenheim siendo un delantero sin gol, Salah fue despedido del Chelsea y en la Roma no acababa de mostrar nada, Robertson jugaba en el Hull City, Alex-Arnold es cantera, Millner no valía para el City, Henderson era un pivote que reconvirtió a un gran interior, y así jugador por jugador. Cuando lo tuvo hecho, vio que le falta un defensa, fichó a Van Dijk por 75 millones y todos nos reímos. Perdió la final de la Champions por el portero y fichó a Allison por otros 70 millones, y todos flipamos, ¿el resultado? ahí está, todos lo vemos.

Klopp ha convertido a los ateos. La fe ha dado sus resultados. El método Klopp funciona y creo que a estas alturas todos somos creyentes. No debemos tener muchas dudas en que Klopp, si no el mejor, es de los tres mejores entrenadores del mundo. El Liverpool de Klopp ha demostrado al mundo que creer en un entrenador da sus frutos, sobre todo si es bueno. Hace un año hablábamos de la Maldición del Liverpool, y me gustaría recuperarlo, porque lejos de parecer una oportunidad perdida la liga del año pasado, la de este es una evolución. Si el año pasado parecía que podían romperla, este año más.

Cuatro años para creer. Cuatro años que nos han enseñado mucho. Una apuesta que empezó con cuatro años en un contrato y que se ha renovado otros cuatro hace semanas. Nadie pierde la fe en Klopp a estas alturas.

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