lunes, 25 de noviembre de 2019

LUIS RUBIALES: OTROS VENDRÁN QUE BUENO TE HARÁN


Y es que, tras muchos años de gestión del señor Ángel María Villar, resulta que nos encontramos con que su sucesor, el señor Luis Rubiales, que entró criticando a Villar, ha demostrado actuar igual en un tiempo récord. Recordemos que asumió el cargo diciendo que había que "abrir las ventanas de la federación", porque Villar llevaba desde 1988 presidiendo dicha institución, y que después de tantos años, era entendible que alguien pudiera llegar a pensar que todo aquello (refiriéndose a la federación) fuese suyo. ¿Vas a defender a Villar? No. Un tipo para el que dictaminan prisión provisional por sólidos indicios de actividad delictiva siendo presidente de la federación española de fútbol, cuando esos indicios son de corrupción dentro de la propia federación, no será nunca una persona digna de mi loa. Pero eso no quiere decir que cualquier cosa que ocurra en la era 'post-Villar' vaya a ser, necesariamente, para mejor. Y a las pruebas me remito. Como dice el refrán: "Otros vendrán que bueno te harán".

Vayamos por partes. Angel María Villar sustituye, en 1988 a Jose Luis Roca como presidente de la real federación española de fútbol, siendo reelegido en el cargo hasta en seis ocasiones: 1992, 1996, 2000, 2004, 2008, 2012 y 2017. Siendo esta última reelección pocos meses antes de su ingreso en prisión. Son casi 30 años en el cargo, siendo el presidente más longevo de la historia de la federación desde su fundación en el año 1909. Aunque su mandato se empezó a tambalear allá por 2003 cuando no gustó nada el despido de Gerardo González por deslealtad y supuesta filtración de documentación sensible a la prensa. Además, ha sido vicepresidente de la UEFA y de la FIFA, llegando incluso a presidir la UEFA en funciones en el año 2015 tras los escándalos (también de corrupción) que sacudieron a la institución continental. Es verdad que, a nivel fútbol, ha sido el presidente de la federación durante los mejores años de la selección (Eurocopas y mundial incluidos), pero es un dato que me dice poco habiendo estado en el cargo casi 1/3 del tiempo de existencia de la institución. Es pura estadística. Con todo ese tiempo en la presidencia, muy buen vendedor tienes que ser para que absolutamente todo salga mal y consigas mantenerte en tu sitio. Y de todos esos años, yo, personalmente he vivido como aficionado al fútbol casi todos y como persona física todos (nací en 1987), y puedo decir que me pasé muchos años criticando el sistema establecido por la federación. Porque, al final, tu selección absoluta es quién dictamina si lo que se está haciendo en la federación va por buen camino o no. Y, siendo eliminados en la misma ronda, no hablo de lo ocurrido en Corea y sí de lo ocurrido en EE.UU. Que te echen de un mundial de una forma vergonzosa porque jugabas contra el anfitrión es una cosa, y que te plantes en un mundial con 12 centrales de 23 fichas posibles es otra muy distinta. Y durante esos años de oscuridad, (tanto los de Clemente, como los posteriores hasta Camacho y los que se encuentran entre Camacho y Luis Aragonés) son años en los que yo veía la selección como un club de fútbol en el que sólo tenía responsabilidad el entrenador y nunca el presidente de la federación. Nunca oías hablar de los errores de la federación, siempre del seleccionador. Y en un club, eso es algo que tiene un límite. Y cuando se ve que ni con uno ni con otro tiene la cosa remedio, por norma general, se empieza a mirar más hacia arriba, pidiendo la cabeza del presidente. Y esto es algo que nunca vi con Villar, quién parecía tener un nivel de respaldo poco acorde a las actuaciones internacionales de la selección.

¿Pero sabéis lo que aportaba Villar? Estabilidad. Y si los cambios de entrenador de la selección española parecían precipitados y con poco margen para hacer ver sus métodos, es porque no veíamos venir a Rubiales. Porque, por mucho que la actuación de Villar en esta línea nos pareciera errónea, equivocada o poco meditada, lo cierto es que en 29 años de presidente de la federación, contó con 8 entrenadores (si contamos a Julen Lopetegui, al cual voy a contar dos veces por llegar con Villar y salir con Rubiales). Rubiales lleva ¡5 entrenadores en un año y medio! Lopetegui, Hierro, Luis Enrique, Roberto Moreno y Luis Enrique de nuevo. Si dejamos a un lado el drama vivido por el entrenador asturiano, seguirían siendo 3 entrenadores en un año. A ese ritmo, salen 87 entrenadores en la misma etapa en la que Villar tuvo 8. 

Y ahora veamos la trayectoria de Luis Rubiales. Central del Levante en Primera División en la temporada 2004/2005, le perdimos la pista tras la debacle económica del equipo levantino en la temporada 2007/2008 cuando, siendo el capitán del equipo, se erigió como "representante sindical" de la plantilla. Ya apuntaba maneras. Y se ve que le cogió el gusto a lo de las reivindicaciones sindicales, porque en el año 2010 se presentó al cargo de presidente de la AFE (Asociación de Futbolistas Españoles) siendo elegido presidente a falta de otros candidatos (Gerardo González Movilla retiró su candidatura días antes de las votaciones). Llegó con fuerza, con mucha fuerza. Quizás demasiada. A los pocos días de haber sido nombrado presidente, llamó a una huelga a los futbolistas de Primera División para concienciar al aficionado de aquellos compañeros que llevaban meses sin cobrar. Su intención era paralizar con su huelga un clásico (Real Madrid-Barcelona). Al ver cuanto se había pasado de frenada, enseguida "recogió cable" y aquella huelga no se convocó de manera oficial. Todo quedó en una amenaza de huelga. Pero en la temporada 2011/2012 sí que convocó y llevó a cabo la primera huelga en 27 años de futbolistas profesionales por un convenio que crease un fondo para garantizar el pago de sueldos. Pido perdón de antemano por si caigo en demagogia en este momento. Pero, ¿de verdad? Que son futbolistas, no poceros, mineros u obreros de la construcción. Que la dureza de las condiciones es, cuanto menos, relativa. Que si hablamos de precariedad laboral, igual los futbolistas están los últimos en la cola. Y digo que no quiero caer en demagogia (aunque admito que puedo haberlo hecho) porque no quiero olvidarme de los graves casos de impagos que se llegaron a producir, incluso en LaLiga, ni tampoco quisiera dejar fuera la idea de que un futbolista se "jubila" con 35-40 años. Que luego es más vida de la que ya has vivido para vivir de las rentas y no es sencillo. Menos aún, con el ritmo de vida que gastan a los 20 años. Y, desde luego, no quiero con esto poner en duda el derecho a la huelga constitucionalmente reconocido (Art. 28.2 CE), incluso a los futbolistas. Pero es inevitable pensar (aunque sea desde la demagogia reconocida) que igual hay otros sectores con peores condiciones laborales. Pero por no quedarnos en la mera demagogia, insisto, digamos que considero que hay otras maneras de exigir el cumplimiento de contratos. Principalmente legales. Creo que una huelga debe tener como espíritu de protesta unas condiciones consideradas abusivas por parte de un sector, no porque no se hayan cumplido los contratos firmados.

En el año 2015, convocó un parón indefinido a partir de mayo por dos motivos: 1º- Para protestar porque los futbolistas fueron excluidos del Real Decreto para la venta centralizada de los derechos de televisión de los clubes de fútbol. 2º- Porque si convocas el parón de enero a abril, cuando los equipos se juegan la vida, no secunda tu parón ni los utilleros. En mayo, con las competiciones domésticas acabadas y quedando sólo la final de la Champions, podrás decir que todos los que están de vacaciones están secundando tu parón. Órdago a grande y, si quieres verlo, espérate a finales de agosto y veremos si iba de farol o no. Así se las ha venido gastando nuestro actual presidente de la federación española de fútbol. Y, así, llegamos al año 2018, cuando Luis Rubiales ganó las elecciones a presidente de la federación española de fútbol. Tras la entrada en prisión de Ángel María Villar. Y desde que llegó a la presidencia ha demostrado el mismo carácter beligerante que tenía como presidente de la AFE. Sin importar las consecuencias de sus decisiones y con la única búsqueda de lo que él considera un "fin mayor". Los casos de Lopetegui y Roberto Moreno son un claro ejemplo. Pero como la federación no es un club, ¿verdad?, pues claro, los resultados deportivos poco o nada importan al presidente. Lo único que le interesa es que nadie ponga en duda su palabra. Y si por cumplir su palabra tiene que hundir deportivamente a la selección, lo hará. Es más, lo ha hecho. La España de Rusia 2018 fue un chiste con Hierro al mando, al que se le veía cara de decir: "¿Cómo dijo Julen que jugáramos? ¡Pues ya sabéis, chavales!" y ahora, la gestión del caso Luis Enrique-Roberto Moreno, es otro claro ejemplo de gestión déspota. Solo que, gracias a Dios, en este caso, no estamos a falta de 3 días para que empiece un mundial. Son dos casos de un: "¡Aquí mando yo!" de manual. Pero, vista su trayectoria y su capacidad para gestionar situaciones institucionales de difícil solución (que ya se ve que, más allá de decir a la gente que deje de trabajar, no hay mucho más plan), a ese: "¡Aquí mando yo!" no puedo preguntarle: PERO...¿Y USTED QUIÉN ES?. Porque, ciertamente, es el presidente electo de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF).Y con todo el dolor de mi corazón, debo incluir este artículo en SELECCIONES, a pesar del del tono del artículo. Tampoco han de ser objeto de nuestra (tan querida) sección aquellos personajes que tengan un cargo objetivamente reconocido. Por muy en desacuerdo que pueda estar con dicha elección.

Dato curioso (y objetivo) referente a la gestión: Hoy, 25/11/2019, si acudimos a la página oficial de la RFEF, podemos encontrarnos con esto:


Adjunto link: (https://www.rfef.es/federacion/organos-gobierno/presidente) y la foto anterior por si, fruto del "basta que...", resultase actualizada la página tras la publicación de este artículo. Cosa que, visto lo visto, también es cierto que dudo horrores...

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