Normalmente, asociamos la palabra record a algo positivo en el deporte. Desde el record del mundo en los 100 metros lisos hasta el record de goles en una temporada, cuando oímos que alguien ha batido un record, entendemos que ha batido una marca que le hace entrar en un selecto club de deportistas que se han superado por hacer las cosas bien, sin embargo, no es el caso de Jack Grealish.
Jack Grealish no deja de ser un chaval de 23 años, que se desempeña como centrocampista y capitán en el Aston Villa. El joven jugador acaba de romper una marca inimaginable: ha perdido 20 partidos consecutivos en Premier League y con un sólo equipo. Esto es un hito complicadísimo de conseguir, y por supuesto, esto ha llevado asociado un descenso en el valor del jugador muy importante. Evidentemente, al bueno de Jack, esto le ha llevado más de una temporada en conseguirlo. La historia de este anti-record se remonta a 2014.
En la 2014/15, Grealish era un prometedor jugador, capaz de jugar de mediocentro ofensivo, mediapunta y de extremo con cierta solvencia. Tim Sherwood, apostó fuerte por el joven inglés nacido 20 años antes para intentar darle la vuelta a una situación complicada del equipo de Birmingham. La cosa no salió tal y como Sherwood pensaba. Una publicación del diario The Sun en la que aparecía el joven Jack pasándoselo demasiado bien mientras aspiraba ciertas cantidades de óxido nitroso acabó con la confianza del técnico en la joven promesa. El entrenador montó en cólera y lo apartó del equipo. Únicamente tras la salvación del equipo, le levantó el castigo y Grealish pudo disputar los dos últimos partidos de la temporada. Partidos que el Aston Villa perdió. El contador se ponía en marcha.
La temporada siguiente, el Aston Villa siguió en la línea del año pasado a pesar de intentar una revolución que pasó por el cambio de entrenador y algunos jugadores. El Aston Villa descendió aquel año tras ganar únicamente 3 partidos. Entre las lesiones y el gran enfado de Remi Garde, que le mandó al sub-21 tras hacerse viral una foto del jugador inconsciente en el suelo, alcoholizado, tras una derrota por 4-0 frente al Everton, sólo pudo jugar 16 partidos de liga esa temporada. A pesar de anotar un gol, los perdió todos. Se había batido la racha de 11 derrotas en una temporada que databa de 2003, conseguida por Sean Thorton.
Se acabó la temporada y Jack Grealish ya tenía el número de derrotas consecutivas más larga de la historia de la Premier. Sumando las dos últimas derrotas de la temporada anterior, Jack ya sumaba 18 partidos seguidos palmando en la Premier League. Al bajar a Championship, el contador se detuvo. Jack tuvo un respiro. Tal fue el respiro que hasta su rendimiento comenzó a mejorar. 5 goles y 5 asistencias en 31 partidos de Championship. El rendimiento del equipo no fue lo suficientemente bueno, quedando 13º, en mitad de tabla y teniendo que jugar de nuevo en la segunda categoría del fútbol inglés.
La segunda temporada en Championship, trajo 3 goles y 5 asistencias para Jack y un puesto en el play-off de ascenso, que el Aston Villa aprovechó para volver a la Premier tras eliminar al Derby County de Frank Lampard y dejándonos esa imagen para el recuerdo del estado de las botas del capitán del Villa.
Tras dos años con el contador detenido, pocos se acordaban de lo que podía ocurrir. Llegó la tensión tras perder en su primer partido de Premier este año ante el Tottenham. Sumaban 19 derrotas consecutivas en Premier League. Tocaba jugar este fin de semana contra el Bournemouth en casa. Una buena oportunidad para parar esa racha maldita. El Bournemouth venía de empatar en casa contra el Sheffield, otro recién ascendido. La oportunidad estaba ahí.
En el minuto 2 el Bournemouth hacía saltar las alarmas. Penalty y 0-1. En el minuto 12, los visitantes ya ganaban 0-2. A pesar de los esfuerzos del propio Jack, que le dio la asistencia a Douglas Luiz, ex del Girona, el partido terminaría con el 1-2 en el marcador y con un anti-record muy complicado de digerir: 20 partidos seguidos será muy difícil de superar, pero ojo, que viene el Everton la semana que viene y la cuenta puede seguir aumentando.
Esperemos que pare esta maldita racha para un jugador que es cierto, ha cometió sus errores, sí, pero ya ha pagado por ellos, al fin y al cabo, ¿quien no se equivoca nunca?. Esperemos que llegue pronto una victoria para el capitán del Aston Villa, que se la ha ganado. El que se hiciese viral hace unos meses por el estado en el que se encontraban sus botas en los play-off de ascenso, ha vuelto a serlo por un anti-record que es muy desagradable de digerir.
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