miércoles, 26 de septiembre de 2018

STEAUA BUCAREST, UN EQUIPO DESAPARECIDO QUE SIGUE JUGANDO



En el mundo del fútbol hemos visto la desaparición de una infinidad de equipos por motivos económicos o legales. También hemos sido espectadores de refundaciones más o menos exitosas, pero el caso del club más laureado de Rumanía es uno de esos casos especiales que siempre llaman la atención por ser únicos.


Última camiseta empleada por el Steaua Bucarest 
Todo el mundo conoce al Steaua Bucarest. En las ligas de barrio se hacen infinidad de bromas y chistes con el término Steaua (que significa estrella en rumano), pero más allá de eso, el Steaua es conocido por ganar la final de la Copa de Europa al Barcelona en Sevilla, tras una tanda de penaltis increíble con un Duckadam inmenso. Pero atrás quedan esos títulos y esas ligas ganadas, ya que el Steaua, a pesar de seguir jugando competiciones UEFA y la liga rumana, es, de facto, un equipo desaparecido.

Como en casi todos los regímenes comunistas de mitad del siglo XX en Europa del Este, los ejércitos de los países eran una fuerza principal y tenían la opción de fundar clubes deportivos con varias secciones. Rumanía no sería menos y en 1947 nace el ASA Bucarest, lo que posteriormente sería el Steaua de Bucarest.

Con el apoyo de la familia Ceausescu, el club se convierte rápidamente en una potencia nacional y en los 80 se convierte en un titán europeo, hasta el punto de ganar la Liga de Campeones de Europa (ahora Champions League) en la 85/86, alzarse con la Supercopa de Europa en 1986 y ser subcampeón de la Liga de Campeones en la 88/89.

El Ejército era el dueño de todo lo relativo al club. A pesar de tener influencias y apoyos políticos, tanto el escudo como los colores y el nombre, y hasta el estadio, pertenecían al Ejército de Rumanía. Ellos lo administraban todo, tanto deportiva como comercialmente. El club era toda una potencia a nivel nacional e internacional, con capacidad para tener a jugadores del nivel del ya mencionado Duckadam o un tal Gica Hagi, el Maradona de los Cárpatos.

En 1991, con la caída del Muro y la paulatina desaparición de los regímenes comunistas del este, el Ejército irá perdiendo influencia hasta que en 1998 se queda sin un duro para seguir gestionando la sección futbolística del club deportivo. Entra en juego un millonario rumano llamado Gigi Becali , que compra la sección del fútbol al Ejército.

Desde ese preciso instante, el Steaua sufre una ligera transformación: deja de pertenecer al ejército, se le separa de toda la ideología comunista que podría arrastar y empieza a funcionar como los equipos más modernos de Europa. El club del Ejército seguía existiendo en otras secciones, pero habían perdido la de fútbol que ahora era un club externo gestionado con capital privado.

Evidentemente había rencor y tiranteces, por lo que en 2011, para cuando el Ministerio de Defensa hubo completado su transición y recuperó cierto estatus, llevó a los tribunales al Steaua por usar de manera indebida e ilegal los colores, el nombre, el escudo y el estadio, el Arena Ghencea, recordemos que todo esto era marca registrada y propiedad del Ejército. Tras recurrir, a Becali se le dio la razón, pero la cosa no quedó ahí y en 2014 el Ministerio de Defensa elevó el caso al Tribunal Superior de Justicia, quien, ahora sí, le dio la razón al Ejército, obligando en diciembre de 2014 al club más grande de Rumanía a dejar de utilizar sus colores, su escudo, su estadio y su nombre. Algo jamás visto.

El Steaua entró en barrena, se quedó en tierra de nadie. Los periodistas no podían referirse al club por su nombre, los jugadores jugaban con camisetas amarillas sin escudo, en el estadio aparecía un cuadro vacío en el que ponía local o visitante, los jugadores salían por zona mixta tapando todo lo que tuviesen con alguna simbología o el nombre del Steaua... años muy duros.

En 2017 se refunda como el FCSB, con un nuevo escudo, vistiendo de rojo con pantalones azules (en vez del rayado azulgrana original), aunque este año ya juegan de rojo entero, jugando sus partidos como local en el Estado Nacional de Bucarest (el de la selección por así decirlo) y recuperando poco a poco el sitio que nunca debió dejar siendo un equipo prácticamente nuevo y apareciendo, por lo menos, de manera regular en la fase de clasificación de la Champions y llegando a disputar alguna edición de la UEFA Europa League.

El Ministerio de Defensa, ha anunciado que para 2020 aspiran a tener un equipo en pleno funcionamiento en la élite (actualmente en divisiones inferiores) con el nombre, colores y escudo originales, pero, por suerte, la UEFA ya ha afirmado que el palmarés y los reconocimientos internacionales seguirán perteneciendo al FCSB. Lo único para lo que esto servirá es para que los fans se dividan (como ocurrió aquí con el Xerez), aunque el FCSB siempre será el único equipo rumano campeón de Europa. Esperemos que el 'nuevo' FCSB vuelva pronto a la élite, principalmente por sus aficionados.




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