¿Que decir de esta rivalidad? Por todos es sabido que se trata de una de las más intensas que existen en el mundo del fútbol desde hace ya muchísimos años, pero la evolución sufrida por ambos equipos a lo largo de dicha rivalidad tiene ciertos toques anecdóticos y, hoy por hoy, estamos asistiendo a otro de esos cambios...
Estamos hablando de los dos únicos equipos madrileños en Primera División desde la profesionalización del fútbol en España (1928) hasta el ascenso del Rayo Vallecano en el año 1977. Tiempo de sobra para ir acrecentando una rivalidad que llega hasta nuestros días. Jugadores como José Martínez Sánchez "Pirri" o Alfredo Di Stéfano nos han recordado en varias ocasiones que el rival del Real Madrid, a pesar de la innegable animadversión hacia el Barcelona, siempre ha sido y será el Atlético de Madrid. En palabras de D. Alfredo: "En mis tiempos, el rival era el Atlético de Madrid. Era al que queríamos ganar a toda costa porque era el vecino. Y perder con el vecino significaba que al día siguiente en la oficina, en el bat, en la calle sus aficionados se reían de los nuestros y, por tanto, de nosotros". Desde el otro lado, figuras emblemáticas de la historia rojiblanca como Adelardo Rodríguez ha dicho cosas como que: "Lo primero que hacíamos era mirar el calendario para ver cuándo nos tocaba jugar con ellos, los derbis eran a muerte. Hay gente que prefiere que le ganes al Madrid, aunque no seas campeón". Hasta este punto se ha llegado en la rivalidad entre los dos grandes de la capital. Si bien es cierto que cierto nivel de politización del deporte por parte de algunos directivos del FC Barcelona ha provocado una mayor tirantez entre Real Madrid y Barça, a la que se han unido algunos aficionados atléticos poniéndose, por primera vez en la historia, del mismo lado que los madridistas, este dato no debe empañar ni tapar la distancia real e irreconciliable entre los equipos de Madrid.
Porque, en el fondo, la disputa entre ambos clubes reside, como dice el cántico adaptado por ambas aficiones, en saber "quién manda en la capital" año tras año. Con una historia poco afin a las generalizaciones, el club Atllético de Madrid empezó jugando en el estadio Metropolitano (que se encontraba cerca de la ciudad universitaria de Madrid, dónde la parada de metro que hasta hace unos años llevaba el mismo nombre). Por este motivo, el nuevo estadio situado en la frontera de Madrid con Coslada, recibe el nombre de Wanda Metropolitano (Wanda por el patrocinador y Metropolitano por un intento de volver a las raíces). Sin embargo, el Real Madrid, empezó jugando en un campo de las afueras de la ciudad llamado estadio de Chamartin. En origen, la diferencia económica entre ambos clubes era abismal...pero en un sentido opuesto al que actualmente conocemos. Con el paso del tiempo, cada uno de los dos clubes fueron afincándose en una serie de principios como institución, y mientras unos miraban la grandeza del deporte desde la consecución de títulos, los otros eran más partidarios de seguir el deporte como algo grande en sí mismo. Dicho de otro modo, mientras la afición blanca se hacía más exigente con sus jugadores teniendo como baremo la consecución de títulos, la afición atlética se centraba en el argumento de que los títulos llegan cuando club, jugadores y afición van todos en la misma dirección, todos a una, consolidándose así como una de las aficiones más admiradas de España. Y esta es la brecha que separa, hasta el día de hoy, a los seguidores de ambos conjuntos. Visto desde el punto de vista del "pique" al vecino, es el motivo de que un aficionado atlético se pueda declarar 110% antimadridista y que pueda llegar a anteponer las derrotas blancas a las victorias atléticas. Porque sabe que, de ser así, "toca llaga" si va a su vecino madridista a decirle que "una temporada en blanco". Por otro lado, el aficionado madridista busca la superioridad moral por la consecución de títulos y menosprecia al aficionado atlético por "no ganar", o por no entender que la Champions League está por encima de LaLiga y, por descontado, de la Copa del Rey.
En éstas estábamos cuando, con el paso de los años, los presidentes y las temporadas en general, los reproches bidireccionales iban variando según los casos concretos pero siempre con esas ideas de fondo. Es cierto que, curiosamente, con presindentes considerados como "grandes presidentes" (Vicente Calderón por un lado o Santiago Bernabéu por el otro) la rivalidad solía bajar en intensidad de crispación. Pero ese afán del Real Madrid por los títulos le acabó llevando, inevitablemente, a buscar la realización de grandes desembolsos en lo que a inversión en jugadores se refiere, por lo que el sentido de la crítica rojiblanca fue pasando, poco a poco, del "estáis obsesionados con Europa" a "compráis jugadores para ganar" hasta llegar al "compráis Copas de Europa". A lo que se corresponde con un falso menosprecio en el que se sitúa a otros grandes de Europa como verdareros rivales. Pues bien, hoy por hoy, la cosa está cambiando. De hecho, ha cambiado. Desde que Simeone cogió las riendas del Atlético de Madrid, y tras dos finales perdidas contra el Real Madrid, parece existir una obsesión rojiblanca con la Champions League. Los 127 millones de euros en Joao Felix dificultan, sobre manera, seguir manteniendo los argumentos del presupuesto, el dinero para comprar Balones Oro, etc..., los fichajes de Marcos Llorente, Mario Hermoso y, si se acaba confirmando, el de James Rodríguez, hacen muy complicado mantener el tema del "pacto de no agresión" y el "nos roban futbolistas". Del mismo modo, y tras varios años ganando títulos "de aquella manera", en Chamartín, se busca propulsar dos cosas sobre las demás: jugar bien y el apoyo de la afición. Y los cambios de entrenador o la creación de la "grada jóven" en el Bernabéu son un claro ejemplo. A pesar de todo ello, siempre queda de fondo el espíritu original de cada uno de los dos clubes, por lo que el Real Madrid sigue con su idea de refugiarse en los títulos conseguidos, independientemente del juego desplegado para conseguirlos y, en el caso del Atlético de Madrid, ese apoyo incondicional de la afición por ver jugar "a su Atleti" sin entrar a menospreciar (tanto como otros) a sus futbolistas por no haber conseguido un gol o por haber errado en una ocasión concreta...siempre y cuando se vea sobre el césped su entrega y dedicación al club.
Por eso, y pase lo que pase en el futuro, en el Wanda Metropolitano jamás se podrá ver durante nueve años a un jugador como Benzema, capaz de pasar por tramos de la temporada en los que parece no estar y, por las mismas, jugadores como Lucas Vázquez (o el propio Llorente, recientemente fichado por los colchoneros) siempre tendrían mejor cartel vistiendo de rojiblanco. Dicho esto, espero que podamos seguir hablando durante muchos años de una rivalidad que, personalmente, creo que ensalza a ambos y que sirve como acicate para que ninguno de los dos pueda caer en la tentación de bajar los brazos. Aunque sólo sea por evitar que el vecino nos amargue el desayuno...
Por eso, y pase lo que pase en el futuro, en el Wanda Metropolitano jamás se podrá ver durante nueve años a un jugador como Benzema, capaz de pasar por tramos de la temporada en los que parece no estar y, por las mismas, jugadores como Lucas Vázquez (o el propio Llorente, recientemente fichado por los colchoneros) siempre tendrían mejor cartel vistiendo de rojiblanco. Dicho esto, espero que podamos seguir hablando durante muchos años de una rivalidad que, personalmente, creo que ensalza a ambos y que sirve como acicate para que ninguno de los dos pueda caer en la tentación de bajar los brazos. Aunque sólo sea por evitar que el vecino nos amargue el desayuno...
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