El fútbol es un deporte precioso. Es un deporte en el que tenemos grandes historias, estrellas rutilantes que no paran de romper records, apariciones de jóvenes ilusionantes para todos los que nos gusta este deporte e imagenes que no se borrarán jamás de nuestra memoria; pero el fútbol también es cruel con el que no se lo da todo. El fútbol, al máximo nivel, no deja de ser una profesión y un negocio que mueve miles de millones de euros, y esto conlleva algunos batacazos insalvables.
El deporte de élite es un amante exigente, te lo da todo, si tu le entregas todo, empezando por tu juventud, y esto nos lleva a Freddy Adu. El caso de Freddy Adu, apodado 'el nuevo Pelé' en su día, podría ser uno de esos casos que nos haga reflexionar sobre como gestionar la carrera de un joven que todavía no ha hecho nada, pero que tiene opciones de conseguir muchas cosas. Siempre digo que a determinada edad, necesitas más un tutor/asesor que un entrenador.
Freddy Adu, nacido el 2 de junio de 1989, fue el jugador más joven en debutar en una liga profesional. Lo hizo nada más y nada menos que a los 14 años con el DC United (actual equipo de Wayne Rooney, por cierto). En EEUU se lleva mucho lo de 'cuidar' a los jóvenes talentos, por eso, en noviembre de 2003, con la intención de que el joven delantero jugase lo más cerca de casa posible, la MLS lo asignó al DC United en noviembre de 2003. En abril hizo su debut oficial en la MLS. No tardó mucho en conseguir un contrato espectacular, para un chaval de su edad, con Nike. El chaval subió como la espuma. Tras dos años, recaló en el Real Salt Lake, por aquel entonces, un equipo con más empaque, más allá de que hablamos de un chaval de 16 años, que sólo en publicidad gana un millón y medio de euros y que lo acaban de mandar a Utah, a Salt Lake City, con lo que eso conlleva a nivel vital.
Tras un año, en el que el chaval se aburría, no hay mucho que hacer en Salt Lake City con un millón de euros en el bolsillo teniendo 16 años, finalmente la seducción europea le pudo y puso rumbo a Portugal a pesar de no haber tenido un gran rendimiento en el Real Salt Lake. El Benfica pagó 1,5 millones de euros. La cosa no fue mal del todo. Es cierto que llegó a disputar media hora en un partido de Champions League, pero en Europa, si tienes 18 años, 17 partidos y cuatro goles pueden resultar escasos. No es menos cierto que no consiguió adaptarse del todo bien y nunca tuvo un hueco establecido, no era el típico jugador número 12 o 13 que aprovecha los últimos minutos de cada partido para mejorar. Sus apariciones eran muy aleatorias. Viendo todo esto, el Benfica tomó la decisión de cederlo a un equipo de una liga más asequible para que cogiese confianza a base de minutos y el joven americano hizo las maletas rumbo a Mónaco.
Ligue1, 'el nuevo Pelé', 19 años y unas condiciones físicas espectaculares, nada podía salir mal. Una estrella de Nike, el futuro del fútbol, una liga 'sencilla, ¿qué se podía salir mal?. Pues 10 partidos, sólo uno de titular y ninguna diana. Con eso volvía al Benfica tras un año. Un año perdido que significaría el principio del fin de la carrera de Freddy Adu.
Como es lógico, el Benfica, viendo su rendimiento en el Mónaco, decidió no hacerle ficha, y volver a cederlo, lo que empezaría a ser costumbre al no contemplarse la evolución deseada. Primero fue Os Belenenses con 4 partidos y cero goles, luego el Aris de Salónica con 12 partidos y 2 goles, luego fue Turquía, en el Rizerspor, donde anotó 4 goles en 13 partidos. Los años habían pasado y Adu no era ni la sombra de lo que prometía aquel chaval que puso rumbo a Europa con 17 años.
Freddy tenía 22 años y su contrato con el Benfica había terminado. Los lisboetas tenían muy claro que no le renovarían el contrato, por lo que siendo agente libre, el joven delantero buscó un nuevo destino en casa, para empezar de nuevo y con mejor pie.
Philadelphia Union no vio con malos ojos la incorporación del que, 7 años antes, era la sensación de la MLS. Freddy podía volver a empezar. Dos años estuvo el bueno de Freddy en 'Philly'. Y, siendo sinceros, no sabemos si contra pronóstico, la cosa no fue bien. Tuvo peso en el equipo pero no de forma positiva. Malos resultados deportivos del equipo, los 10 goles en 41 partidos de Freddy y la mala influencia que ejercía sobre algunos de sus compañeros (con 24 años, el fútbol profesional le seguía pareciendo un hobby con el que ganar dinero) le abrieron la puerta a una nueva cesión. El Bahía brasileño recibía a un jugador del que no se esperaba mucho a cambio de Kleberson. Philadelphia quería a Kleberson y Bahía le pedía un recambio.
El acuerdo entre Philadelphia y Bahía fue un experimento. Era únicamente desde abril hasta final de temporada, y mientras que Kleberson fichó por otro equipo de la MLS dando dinero a Bahía, Adu jugó 4 partidos en los que no anotó, por lo que Bahía lo devolvió y Philadelphia le rescindió el contrato en noviembre de 2013.
Adu volvió a Europa, y en junio de 2014, con 25 años, tras realizar pruebas para varios equipos, acabó en el Jagodina serbio. Tras su debut, donde jugó 13 minutos, el técnico sentenció que la forma de jugar del americano no encajaba con su estilo y el 1 de enero de 2015 dieron su contrato por finalizado. No pasó mucho tiempo, y en marzo de 2015, el KuPS finlandés, le dio una oportunidad. Una oportunidad que volvió a desaprovechar: 6 partidos y cero goles.
La cosa no carburaba. No se estaban haciendo las cosas bien y por ende, no se estaban alcanzando los objetivos. Había que dar un giro por completo a la carrera de este chaval, aunque fuese, por lo menos, para cerrarla de la manera más digna posible.
Einstein dijo que la locura es repetir una y otra vez el mismo experimento en las mismas condiciones y esperar resultados distintos. Pues Adu, lejos de la autocrítica, se puso manos a la obra en darle la razón a Einstein y repitió el proceso que 4 años antes le llevó a estar sin equipo. Volvió a casa, esta vez al Tampa Bay, y como ya pronosticó Einstein, dio el mismo resultado. Desde julio de 2015 a diciembre de 2016, tras trece partidos y ninguna diana, el Tampa Bay dio rescindió de manera fulminante su contrato.
La enésima vez que 'el nuevo Pelé' estaba sin equipo, y esta vez, si era preocupante. El chaval tenía ya 27 años, y desde diciembre de 2016 hasta marzo de 2018 estuvo sin equipo. Es curioso que hay gente que nace de pié y se empeña en no aprovecharlo: en ese marzo de 2018, Las Vegas Lights le hizo un contrato a prueba. Es cierto que quizá no era la mejor ciudad para centrarse, pero era la última bala.
Una última bala que salió, de nuevo por la culata, 15 partidos y un gol le volvieron a dejar sin equipo en diciembre de 2018. La cosa parece haber llegado a su fin. No tiene pinta de que esta historia tenga mucho más recorrido. El jugador lleva siete meses sin equipo y no se rinde, pero seguir luchando, con 30 años, con una pila de temporadas tiradas a la basura y con un montón de oportunidades no aprovechadas, pinta feo final.
Niños que tienen habilidades hay muchos, que las exploten menos y que lleguen pocos, pero los hay. Sin embargo Messi, Muhammad Ali, Bolt, Ronaldinho, Phelps, Nadal, Federer (por poner algunos ejemplos) sólo hay uno por generación (siendo generoso), y se convirtieron en lo que son a base de trabajo, de focalizar objetivos y de no malgastar oportunidades por las que otros matarían. El mundo real es difícil, y hay que trabajárselo; profesionalmente nadie regala nada, por mucho niño prodigio que seas o hayas sido.
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