¿Que opinión nos daría un futbolista que, tras haber forzado una renovación muy al alza con su club, colocándose entre los 5 mejor pagados de la plantilla, solicitase, cuatro temporadas después de dicho aumento, que se le traspasase gratis a otro club por todo lo que dado sobre el campo? La convalidación de obligaciones se decide desde la parte que tiene el derecho, no desde quien está obligado. Todos sabemos de quién estoy hablando, y ya sé que este tema es un jardín, pero como llevo tiempo sin meterme en ninguno...¡allá vamos!
En primer lugar, la carrera de D. Sergio Ramos es una carrera intachable a nivel de actitud. A nivel futbolístico, que un central meta más goles de los que evita igual es digno de reflexión, pero tampoco voy a negar la evidencia: Sergio Ramos es un jugador nacido para estar en la élite. Sin ningún género de dudas. Pero tengo la sensación de que, en este caso, se ha confundido la actitud con las decisiones tomadas dentro de la práctica del deporte. Para explicarme mejor, un ejemplo: Un entrenador que sale al campo sin defensas tiene una actitud ofensiva innegable, e incluso puede que les exija a sus jugadores el 120% y que consiga que lo den, con un carisma sin precedentes, etc. Pero...señores...¡que está jugando sin defensas!. Por mucha actitud, ganas, esfuerzo, etc...hay una decisión errónea en lo que a la realización del propio deporte (o al desempeño objetivo de su trabajo, si así se entiende mejor) se refiere. Y eso es algo que ha ocurrido constantemente en la carrera de Sergio Ramos. Sus decisiones erróneas, de bulto, que tantos puntos han costado al Real Madrid, no podían ser criticadas porque se trataba del "alma del Real Madrid", porque era todo corazón, pundonor, coraje...que sí. Que no lo niego ni lo haré nunca. Pero creo que eso no está reñido con equivocarse en el campo. Y que el derroche físico no creo que deba justificarlo todo. Sinceramente, para mí, es algo que justifica muchas cosas; un paraguas bajo el que caben casi todos los errores. Si tu te dejas la piel en el campo, pocas críticas recibirás de mi parte. Salvo aquellos errores que vengan de la soberbia, de los gestos innecesarios y que no sean achacables al cansacio en ningún caso. Ejemplo: Perder un balón que cuesta un gol en contra, siendo el último defensa, en el minuto 5 de partido, por estar mirando a quién se la pones a 60 metros (sin saber hacerlo. Conste en acta) sin considerar peligrosa la presión del rival, es un error que no perdono. A nadie. Por muchas ganas que le ponga luego para remontar. Porque todo lo que has ganado con 85 minutos de sangre, sudor y lágrimas, lo has echado por la borda en los 30 segundos de soberbia que te has marcado nada más empezar el partido. Dicho esto, espero que se entienda lo que quiero decir. Que sus defectos, para mi, personalísimamente, sobrepasen a sus virtudes, no quiere decir que niegue sus virtudes. Nada más lejos. De hecho, siempre dije y diré que a Sergio Ramos alguien debió decirle de niño que su puesto era el de '9' y que se dejase de historias. Un futbolista que te remonta partidos en 10 minutos arriba, ponlo los 90 y no habrá nada que remontar.
En segundo lugar, me gustaría hacer referencia a un artículo que escribí hace poco: HENRIK LARSSON: EL ASESINO SILENCIOSO, en el cual, elogiaba la actitud del sueco frente al cumplimiento de sus contratos y como nunca generó movimiento de dinero en sus cambios de club. Y, no sé por qué, me da que Sergio Ramos lo leyó y lo entendió mal. Larsson se fue gratis de equipo en equipo, sí. Pero porque terminaba los contratos que firmaba hasta el final. No iba al presidente a pedirle que lo dejara salir gratis. Y menos aún, tras haber forzado una renovación cuatro años antes en las siguientes condiciones: "5 años y 10 millones/año, o me voy". Bien, pues ahí lo tienes. Tus 5 años y tus 10 millones. Tras haber forzado al Real Madrid a demostrarte lo mucho que te quiere, buscas que lo siga demostrando dejándote ir gratis. Haciendo una comparativa con algo tan cercano como la gestión de un hogar, si un hijo, por mucho que estudie y saque las mejores notas del mundo (cosa que, por otro lado, es su obligación), no hace nada por demostrar implicación con la casa, que no se extrañe si llega el día en que se vayan de vacaciones sin él. O, por centrar mejor el tiro, si el hijo mayor coge y suelta: "Quita papá, que tu no sabes como se gestiona una familia" igual estamos todos de acuerdo en que la respuesta no es subirle la paga. Y, en eso, no se puede negar que Sergio Ramos, como hicieron sus antecesores (debate en el que no pienso entrar, por no alargar el artículo más de la cuenta), se ha extralimitado en sus funciones como capitán. Puedo estar de acuerdo en que la opinión del capitán del Real Madrid es algo a tener muy en cuenta por lo duro que es llegar a dónde está. No lo niego. Pero volviendo al ejemplo de la familia, no veo raro que un padre le pueda pedir opinión al mayor de sus hijos en un tema concreto. Pero de ahí, a que el hijo decida que toma mejores decisiones que el padre y pretenda que el padre se eche a un lado...va un mundo. Y la última muestra de esa asunción de dominio y posesión del vestuario blanco es la petición realizada al presidente: "Deja que me vaya gratis". Pero...¿usted quién es?. Y sé que es duro hacer este tipo de preguntas al capitán de un equipo como el Real Madrid, igual que si lo fuera de FC Barcelona, Bayern o Juventus. Pero, de verdad, ¿Quén es usted para realizar ese tipo de exigencias?. Porque ya basta con el argumento denigrante de que "lo ha dado todo por esta camiseta". Denigrante, sí. Denigrante para el resto de compañeros de profesión. ¿Por qué hay que premiar que lo haya dado todo por una camista? ¿Por qué los demás no lo hacen? ¿Se le debe acaso alguna nómina o algún pago? Pues entonces, exigencias: cero. Ya basta de premiar el cumplimiento de contratos (dar el 100% creo que va implícito, o por lo menos debería, en la firma del contrato), y empecemos a censurar y castigar lo contrario. ¿Es una pena que el fútbol se pierda a jugadores como Balotelli, Cassano o Guti? Sí, es una pena a nivel futbolístico. Nada más. Pero, para ver a un puñado muy concreto y marginal de futbolistas sobre el verde, no podemos estar degenerando este deporte como se está haciendo. No vale todo. O, por lo menos, no debería valer todo. Que Ramos no debe ser premiado por darlo todo (y menos, después de la temporada realizada), como Balotelli no debe seguir firmando contratos con más clausulas "anti-armas" que deportivas, como Costa o Suarez no deben ser felicitados por hacer un gol tras agredir a un rival con esos "métodos anti-radar" que sólo se captan por repetición para que el árbitro no los vea. Pongamos un poco de orden. Recuperemos el deporte.
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