miércoles, 13 de febrero de 2019

GORDON BANKS Y MBAPPÉ: EL OCASO DE UNA LEYENDA ES EL AMANECER DE OTRA.


Llegaba el PSG a Old Trafford y todos pensábamos lo mismo. Cómo cambia la cosa en un par de meses. El fallecimiento de Gordon Banks, leyenda indiscutible del fútbol inglés, marcaba el inicio de un partido en el que parecía haberse dado todo la vuelta: el todopoderoso PSG llegaba en ambulancia más que en autobús al estadio y el United había recuperado la sonrisa con Ole Solskjaer.


El minuto de silencio, sentido minuto de silencio en el que los recuerdos fueron para Emiliano Sala y Gordon Banks, no era otra cosa que el principio de la pesadilla para el United. Gordon Banks, excelente portero campeón del mundo con Inglaterra en el 66, leyenda en las islas a pesar de su ceguera de un ojo, era el protagonista en el inicio de una noche en la que se despedía definitivamente del balón, sin embargo la noche acabó con otro futbolista subiendo a los cielos futbolísticos.

Las bajas de Neymar y Cavani obligaron a Tuchel a inventarse un 11 cuanto menos extraño. Acompañado en las alas por Di María y Dani Alves, todos miraban al joven delantero francés. El mundo estaba dividido en dos: los que pensaban que Mbappé tenía que tomar las riendas de un club que tenía más efectivos en las oficinas y enfermerías que en el campo y los que pensaban que Mbappé era demasiado niño para ponerse esa mochila y cargar con esa responsabilidad en octavos de final de la UEFA Champions League.

Era un duelo, un 1 a 1 entre dos de los jóvenes con más proyección del fútbol mundial. Ambos en punta. Ambos con la responsabilidad de ser los líderes en el ataque de sus equipos. Tanto Mbappé como Rashford nos recordaron que el fútbol pertenece a las generaciones que venían y que ya han llegado, sin embargo, Mbappé nos demostró que el futuro es suyo. Los demás deberán rendir pleitesía a un jugador que puede batir todos los records.

Si bien es verdad que el inicio del partido estuvo dominado por los ingleses, que llegaban mejor y más claro, se veía un Rashford que lo intentaba, pero le faltaba un compañero que recibiese esos envenenados centros. Mbappé por su parte tardó en arrancar. La posición de 9 se le hacía extraña y el que Draxler de segundo punta estuviese buscando la línea de banda más que el balón no le ayudaba. La buena noticia para el PSG fue que a Mbappé le bastaron dos carreras para empezar a meter atrás a los defensores de los Red Devils cortando el estilo propuesto por el entrenador noruego. El que parecía que no estaba, empezó a meter miedo en el cuerpo a un equipo que, minuto tras minuto, se metía más atrás y peor sacaba el balón.

El partido se marchaba al descanso con un PSG que crecía y un United que no sólo se hundía en el juego, el nerviosismo llevó a ver el esperpéntico cambio a 20 segundos de finalizar la primera parte. Lingard se marchaba y entraba el chileno Alexis, luego Martial se fue también al banco para dar entrada a Mata, ambos por lesión, y el joven tridente se deshizo. Menos trabajo para Buffon.

El partido entró en una fase en la que Di María encontró los huecos que en la primera parte Mbappé no consiguió abrir de manera constante y llegó el 0-1. Se acabó. El United está obligado a dejar espacios atrás y Mbappé sabe lo que se hace. Simplemente maravilloso. Un saber estar en Old Trafford impropio de su edad. Se hizo gigante. Una sabiduría táctica que permitía a su equipo tener la posesión, Marquinhos y Verrati parecían unos auténticos jugones dignos del mejor tiki-taka, Di Maria parecía el del Madrid y Dani Alves recordó al de hace 10 años.

El resultado lo sabemos todos. Mbappé a sus 20 años ha marcado en Old Trafford, en Anfield Road, en el Signal Iduna Park, en el Juventus Stadium y en el Allianz. Es campeón del mundo con su selección y un jugador que enamora cada día más. Neymar es mucho Neymar, pero Mbappé está detrás para quitarle los galones del PSG en cuanto se despiste el brasileño. Mbappé lleva un camino glorioso. 

Sin olvidar que tiene 20 años, ayer se inició el camino de una más que posible leyenda del fútbol. Me gusta Mbappé. Tuvo que ser otro francés, al igual que Cantona en su día, el que nos repitiera la imagen de los brazos abiertos y el cartel de "aquí mando yo", aunque con otra camiseta. El romanticismo del fútbol. Me gusta Mbappé. Y por supuesto, descanse en paz Gordon Banks.

No hay comentarios:

Publicar un comentario