jueves, 1 de noviembre de 2018

LÍO EN LA LIBERTADORES: "LA FINAL DEL SIGLO" CORRE PELIGRO


Cuando todo hacía indicar que los incidentes ocurridos durante el Gremio-River del otro día habían llegado a su fin, resulta que el "quilombo" no ha hecho si no empezar gracias al entrenador de River y, en el artículo de hoy, vamos a analizar hasta que punto la reclamación de Gremio es correcta a nivel de normativa y, además, dejaré, en estas líneas mi opinión al respecto.


En primer lugar creo importante destacar que lo ocurrido en el minuto 95 del partido, en el que el VAR decide detener el juego para avisar al árbitro de campo de una posible mano dentro del área es un debate, cuanto menos, respetable. En mi opinión, se trata de un penalti absurdo, de esos que no se deben consentir en la semifinal de una competición como la copa Libertadores. Pero es penalti. Por lo menos, para mi. Aunque también es cierto que la opinión de la involuntariedad dada la cercanía y potencia del golpeo me parece llena de lógica y es muy entendible y respetable. Pero no la comparto. Porque nunca jamás, en ningún escenario posible, un defensor debe tener ahí la mano cuando va a taponar un disparo y se encuentra dentro del área. Y eso es algo que cualquier defensa de cierto nivel (estamos hablando de semifinalistas de "la Champions sudamericana") debe cumplir sin excepción. Tanto es así que, entendiendo la teoría de la involuntariedad, creo más justo el castigo a quién no debe tener ahí la mano, que "castigar" sin penalti a quién se ha limitado a hacer correctamente su trabajo. Voluntario o no, hablamos de un defensa que se habría beneficiado de una situación irregular por su parte y, por todo esto, considero mi postura bastante clara con respecto a la polémica que ha intentado generar Gremio tras el encuentro. Es penalti y el VAR acierta.

Y tras el partido, y haciendo oídos sordos a las reclamaciones de Gremio con respecto al VAR, parecía que el camino se había despejado para encontrarnos ante una final de la Copa Libertadores entre Boca Juniors y River Plate. Parecía que, el ansiado Real Madrid-Barcelona que no se había conseguido dar en Europa, se iba a dar en Sudamérica. Pero Gremio no había dicho aún su última palabra. Y es que, el entrenador de River Plate (al cual van a correr a gorrazos por toda Argentina como den la razón a Gremio) y exjugador del Monaco, Marcelo "el muñeco" Gallardo, estaba sancionado para el partido de vuelta de semifinales contra Gremio. Y ha sido el propio entrenador el que ha reconocido haber bajado al vestuario en el descanso del partido. Según el reglamento de la Conmebol (así como de la AFA también, por lo que no se trata de una norma ajena a River Plate en su competición doméstica) un entrenador que haya sido expulsado, según el art. 76 del reglamento disciplinario de la Conmebol: "podrá presenciar los partidos en los cuales esté vigente su suspensión únicamente desde las gradas. No podrá acceder al vestuario, túnel, banca o área técnica antes ni durante el partido, ni podrá por ningún medio comunicarse con su equipo." Es aquí donde Gremio, en base al art. 56 del mismo reglamento dice que: "Son motivos para reclamar contra el resultado de un partido: c) Cualquier otro incidente grave, establecido en el presente Reglamento, que haya tenido incidencia en el resultado del partido." Acudiendo a que la intervención de Gallardo en el descanso, cometiendo una infracción grave, tuvo incidencia en el resultado final del partido. Con estos datos en la mano, Gremio tiene base jurídica para reclamar la victoria del partido "en los despachos" como suele decirse.

Ahora bien, desde mi punto de vista, me puede más la sensación de que se está llorando por lo que no se pudo conseguir en el verde que la necesidad real de justicia sobre este caso. Es cierto que, visto lo visto, a Gallardo hay que encerrarlo en una habitación la próxima vez que lo expulsen...y en cualquier caso hacerlo y tirar la llave al mar como la reclamación de Gremio prospere. Porque insisto en que no voy a negar que Gremio está en su derecho de reclamar, como ocurrió en su día en España con el 'caso Cheryshev' en la Copa del Rey. Ahora bien, ¿hasta que punto es equiparable una alineación indebida de un jugador que, además, hace un gol, con que un entrenador baje al vestuario en el descanso? Asumiendo y dejando en el aire la existencia de este debate, lo cierto es que si la Conmebol tiene tipificado como infracción la actuación de Gallardo, por algo será. Pero la comparación es inevitable porque no quiero caer en la demagogia de decir que todo lo reclamado en los despachos está mal porque no se ha ganado sobre el verde. No. Eso no es así. Una alineación indebida de un jugador que acaba siendo relevante en el trascurso del partido es, objetivamente, una infracción digna de reclamación. Porque para eso existen las sanciones. Y la reprimenda que se le puede hacer a Gallardo desde aquí, ocurra lo que ocurra finalmente con la reclamación de Gremio va por ahí. Por mucho que hayas llevado a River a la final, Marcelo, las sanciones están para cumplirlas de principio a fin. Y en eso, he de decir que Gremio tiene razón. Y como prospere, estaremos asistiendo en directo a un claro episodio de Historia del Fútbol...hoy.

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