lunes, 19 de noviembre de 2018

ESPAÑA, EN CAÍDA LIBRE.



Ya se acabó la participación de nuestro combinado nacional en la nueva competición. Hemos jugado los cuatro partidos de ronda de grupos y estamos fuera tras dos victorias y dos derrotas. Cuando allá por el mes de marzo, España le endosó un contundente 6-1 a Argentina, era casi imposible sospechar que acabaría el año así.



España alcanzó su ciclo dorado hace diez años. Propuso un cambio en el fútbol y apostar por el secuestro del balón en los partidos. Su superioridad en este aspecto era manifiesta, puede que aburrido, ahí no entro, todo es debatible, lo que no se puede negar es que una superioridad tan grande como la de España en Sudáfrica se apoyase en tan pocos goles, un total de 7. España ha sido un país en el que, con extrañas excepciones, sus delanteros nunca han rendido con la selección al nivel de sus clubes. Cuando España mejor ha jugado, ha sido en gran medida por la gran cohesión y nivel que ha dado un centro del campo con jugadores bajitos pero un dominio endiablado del balón y de los movimientos tácticos.

Los años han ido pasando y España nunca ha retomado ese nivel hasta tres meses antes del pasado Mundial. Isco, Saúl, Koke, Thiago, etc, con sus defectillos, pero nos hicieron soñar que se podía. Que no había razones demasiado evidentes de que no se podía. Y sin embargo, 19 de noviembre de 2018, aquí estamos. Fuera en octavos del mundial y eliminados de la UEFA Nations Cup...

El follón Lopetegui-Hierro-Rubiales puede explicar, relativamente, lo que se consideró un accidente. Sin entrar a repartir culpas, el punto fundamental creo que es claro, el problema principal es que lo del Mundial se consideró un accidente. Igual que se consideró un accidente la primera parte contra Inglaterra, en la que perdimos 0-3, porque en la charla del descanso le dimos la vuelta a una situación complicada y perdimos 3-2... igual que fue un accidente el partido contra Croacia en el que perdimos por el mismo resultado... ¿demasiados accidentes no? Cuando se tienen accidentes todos los días, igual es que hay algún factor controlable que los provoca.

España no tiene un problema de estilo ni de juego. España, por norma general, no juega mal al fútbol. Lo que falla es la adaptación de jugadores a un estilo determinado. España tiene la gran suerte de tener un estilo definido, que funciona, que casi todos lo saben jugar, y sólo tiene que encajar bien una serie de piezas. A diferencia de otras selecciones, como Alemania, que tiene  que cambiar jugadores y estilo de manera urgente, el camino de España es mucho más llano.

Con mucho más llano me refiero a hacer tres o cuatro elecciones medio decentes. La primera, que no es moco de pavo, sería crear un grupo base y estable. Llamar a 10 jugadores distintos en cada convocatoria es una locura... tres o cuatro es otra cosa. El segundo punto que opinamos que no se está ejecutando bien es el controlar la forma de los jugadores base. Por poner un ejemplo, si Isco no está jugando en el Madrid tras estar un mes parado no es por capricho de Solari, y el otro día lo vimos, Isco está tieso. Le falta entreno tras el mes en el dique seco que ha sufrido. No puedes ponerlo porque sí, prueba con otros jugadores que quieres que entren en la dinámica. Otro punto a tratar es el tema del rendimiento deportivo puro y duro. hay jugadores que no están. Bien sea porque les pesa esa camiseta o porque su año está siendo algo más que discreto. Nadie dice que se queden en casa, a lo mejor es hasta bueno que vayan con el grupo y se sientan partícipes, pero no hay que ponerlos siempre.

Si seguimos pensando que el problema de España se puede resumir en que tenemos muchos accidentes vamos a ir muy mal a corto plazo, y por ende, a largo. Hay que sacar la libreta y dar con el gen patógeno que hace que estos jugadores no acaben de encajar en la selección. Ha sido el problema histórico de la selección: grandes jugadores en sus clubes que no acaban de encajar en el combinado nacional, y los estamos repitiendo. Se dio con la clave hace diez años y nos estamos olvidando de eso. 

Es necesario tener la cabeza fría y entender como casar a una generación que ha deleitado al mundo en categorías inferiores. No hace falta un líder indiscutible para triunfar, y Francia nos lo ha demostrado, hace falta un grupo cohesionado que entienda a lo que se quiere jugar y lo pongan en práctica. El potencial de Saúl, Ceballos, Isco, Koke, Thiago, no es tan lejano al que tenían en su día los que nos regalaron tantas satisfacciones.

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