Los veranos son famosos en el mundo del fútbol por los fichajes y, por algún motivo, parece que si no se ficha en verano es una muestra de, digamos, cierta prepotencia. Parece que asumir que la plantilla del año anterior es perfectamente válida es una decisión carente de autocrítica, usando como argumento falaz el clásico "siempre se puede mejorar". Pues este año ha quedado claro que, frente a ese "siempre se puede mejorar", a veces, es bastante más aconsejable el "si funciona no lo toques"...
Vamos a repasar un poco los fichajes realizados por los grandes equipos este año y veamos el impacto real que han tenido hasta el momento. Si bien es cierto que llevamos pocas jornadas de liga, también se podría argumentar que, ante según que inversiones, la necesidad sobre el campo del nuevo fichaje debería haberse plasmado desde el primer partido. Y esto es un concepto que me gustaría aclarar dado que puede dar lugar a equívocos. No estoy queriendo decir que los nuevos no sean necesarios porque todavía no hayan jugado. Me refiero a que los nuevos no han jugado, los grandes juegan a lo mismo que jugaban el año pasado (menos el Real Madrid, que ya no se las tiene que echar siempre al mismo) y no se ve a nadie decir "cuando el jugador X coja ritmo...verás en cuanto se haga al equipo". Esa frase no se escucha, no se lee, no hay necesidad de nadie de los recién fichados en ninguno de los equipos. Más bien se escuchan por los estadios de España expresiones en el sentido de "y ahora...¿Qué hacemos? ¿a quién ponemos? ¿al nuevo o al que funciona?". Y este sí es el centro de mi crítica. Hay gente que opina que el problema de los entrenadores de equipos grandes es un "bendito problema", sin analizar que es un problema creado por los dirigentes del club en la parcela deportiva. ¿Es menos problema tener dos titularísimos por posición que tener dos "tuercebotas"? No lo sé. A nivel fútbol puede estar más claro, pero a nivel vestuario...es otro cantar. Esta claro que, como entrenador, dame la primera opción, que ya me encargaré de descartar a uno de los dos y quedarme con el que más me guste. El problema de los "tuercebotas" es que no me dan nivel competitivo, que es pilar básico de todo esto. Por tanto me inclinaría por la primera opción, como todo el mundo. La pregunta es, ¿Qué necesidad real hay por parte de los equipos de generarle ese "bendito problema" al entrenador?. Y lo que es peor, ¿hasta que punto te has comprometido contractualmente, como dirección deportiva, con el nuevo jugador cuando viene sabiendo que su puesto está ocupado? Lo que, de no existir dicho compromiso, nos lleva a la pregunta clave para realizar al jugador: ¿A QUÉ VAS TU A MOSCÚ?...¿qué se te ha perdido a ti en Barcelona, Madrid, etc...?
Visto lo visto hasta ahora, sigo preguntándome por fichajes como Vinicius Jr, Malcom o Gelson. En el caso del primero se puede escudar el equipo blanco en la juventud del chaval, que no está formado, que le falta rodaje, que "le falta carretera" como se suele decir. Eso no me parece motivo suficiente para justificar un coste de inversión a la altura de un futbolista contrastado. Si bien es verdad que, hablando de Real Madrid o Barcelona, la cifra de 45 millones de euros se me antoja hasta escasa cuando se trata de pedir un dinero por el traspaso de un futbolista a alguno de estos dos equipos. Y como además haya subasta pública entre ambos, las cantidades suelen ser muchísimo más desorbitadas y, en algunos casos no tan lejanos en el tiempo, teniendo que ser explicadas delante de un juez. Dicho esto, y otorgándole al conjunto blanco un mínimo beneficio de la duda, un año más en Brasil no habría sido una idea descabellada, creo yo. Y dejando a un lado la comparativa entre jugar en Brasil o en la 2ªB española, le quiero hacer una pregunta a ese chaval de 18 años que viene a entrenar con el primer equipo de lunes a viernes para jugar el domingo con el Castilla: ¿A ti el nombre de Odegaard no te suena para nada, verdad?. Independientemente de lo bueno o malo que seas, de que vengas de Flamengo y Libertadores cuando el noruego venía de jugar contra San Marino con la absoluta de Noruega como mayor logro, etc...insisto, independientemente de todo eso y de la distancia entre ambos casos, con Odegaard se demostró que el sistema de entrenar con unos y jugar con otros hace aguas por todas partes y que...sí. En la práctica es exactamente la chapuza que parece sobre el papel. Y vuelvo a lo mismo del "bendito problema", ese que se produce por este motivo precisamente: "Bien. Ya lo hemos fichado. Nos hemos adelantado a los demás. El jugador es nuestro. Vale. ¿Se ha parado alguien a pensar el plan a posteriori del fichaje? Porque hay algunos casos en los que ese "bendito problema" no existe...para el entrenador. Pero sí para presidente, directivos, director deportivo, etc... Ese momento en el que el entrenador dice: "No. No va a jugar porque: es malo, no me gusta, no encaja, esta verde, etc, etc, etc." Y ahora...¿Qué hacemos?. Soluciones: banquillo, cesión o filial. En ese orden. Lo que debería ser el destino de algunos de los que ya estaban porque, en teoría, se ha fichado a otro que mejore lo que hay, acaba siendo el destino del recién llegado. Y esto en mi opinión, señores, es un batacazo organizativo de los grandes. Aunque puestas así las cosas, los casos de Malcom o Gelson son más sangrantes. En cuanto a Malcom, quedar así de mal con la Roma que tenía cerrado al jugador, gastarse 41 millones en un jugador que, al contrario que Vinicius Jr, no puedes mandar al Barcelona B, dado que viene del Girondins y ha rechado jugar en la Roma, para entrenar con Messi mientras le pagan...no sé que es lo que hay que hacer para conseguirlo, habrá que preguntar a Malcom, pero yo quiero. Porque de jugar partido oficial, igual nos podemos ir olvidando. Eso es otra historia que nada tiene que ver con lo que ha ido Malcom a hacer a Barcelona. Suarez, Messi, Coutinho, Dembélé...incluso Munir, están por delante en las rotaciones de Valverde. Aun así, esta comparativa está seleccionada entre los tres jugadores que más parecía que podrían llamar la atención de sus aficionados en el caso de los tres grandes de España por chispa, velocidad, regate, etc...porque si quisiera hacer sangre, en el caso del Barcelona, hablaría de Arturo Vidal. Así que mejor dejamos aquí el tema.
Y para terminar, mi favorito: Gelson Martins. Cierto es que se trata de uno de los jugadores más rápidos que he visto en los últimos años. Y que el Atlético de Madrid se limitó a aprovechar una tesitura en la que el jugador decía haber rescindido unilateralmente su contrato con el Sporting de Lisboa. Pero eso es algo sobre lo que la UEFA aún no ha terminado de pronunciarse. O, al menos, eso opinan los lisboetas que siguen recurriendo. Y alegando, entre otros motivos, que cuando el Atlético de Madrid les ofreció dinero por Gelson para finiquitar el asunto fue porque igual no tenían tan claro que esa operación fuese del todo correcta. En la línea de hablar de los jugadores que puedan llamar más la atención al público, parece que Lemar debería estar por delante, pero es cierto que Lemar sí está jugando y, sin aportar tampoco en consonancia a la inversión (70 millones para el Atlético de Madrid son muchos millones), me parece que el caso de Gelson es lo suficientemente serio como para ser comentado en este artículo. Porque, ahora, 4 jornadas de liga después, d. Diego Pablo Simeone se ha dado cuenta de que Gelson no le gusta. No lo quiere y la intención del técnico es que el portugués vuelva, exactamente, por donde ha venido. Dicho esto, os animo a que realicéis en Google la siguiente búsqueda: "Gelson Martins Simeone". Ahí os lo dejo por si queréis ver a lo que me refiero con lo de "Vamos a ficharlo. Vamos a ficharlo. Vamos a ficharlo...¡Vale! ya lo hemos fichado y ahora...¿qué?" y, por supuesto, el problema está en la diferencia presupuestaria, no en llamar a Gelson para que fiche, fichar a Lemar por 70 kilos o en sobrevalorar económicamente a Griezmann para que no se vaya...
En cualquier caso, insisto. Aquí hay tres partes fundamentales en todo fichaje: jugador y equipos. Si a los equipos se les va la mano, está claro que no es culpa del jugador. Pero eso no justifica el hecho de que debas ser tu, como persona que cambia de empresa para la que trabaja, quién deba informarse de la empresa nueva a la que va y si en ella te van a dejar realizar correctamente tu trabajo. Vistos los precios que se manejan a día de hoy en los traspasos de jugadores, el "es que...me han vendío" es una expresión que no admito como válida desde la posición del futbolista. Porque, hoy por hoy, si no quieres moverte de tu club (y se sobreentiende que no eres "el tuercebotas" del equipo vendedor), es muy difícil que "te vendan". Por tanto, vamos a ver si le vamos pegando una vuelta a eso de ser el nuevo CR7, el nuevo Messi o el nuevo Futre, y pensamos un poco en la mejor manera de llevar nuestra carrera deportiva. Y no en la forma más rápida de acabar con ella.
Vamos a repasar un poco los fichajes realizados por los grandes equipos este año y veamos el impacto real que han tenido hasta el momento. Si bien es cierto que llevamos pocas jornadas de liga, también se podría argumentar que, ante según que inversiones, la necesidad sobre el campo del nuevo fichaje debería haberse plasmado desde el primer partido. Y esto es un concepto que me gustaría aclarar dado que puede dar lugar a equívocos. No estoy queriendo decir que los nuevos no sean necesarios porque todavía no hayan jugado. Me refiero a que los nuevos no han jugado, los grandes juegan a lo mismo que jugaban el año pasado (menos el Real Madrid, que ya no se las tiene que echar siempre al mismo) y no se ve a nadie decir "cuando el jugador X coja ritmo...verás en cuanto se haga al equipo". Esa frase no se escucha, no se lee, no hay necesidad de nadie de los recién fichados en ninguno de los equipos. Más bien se escuchan por los estadios de España expresiones en el sentido de "y ahora...¿Qué hacemos? ¿a quién ponemos? ¿al nuevo o al que funciona?". Y este sí es el centro de mi crítica. Hay gente que opina que el problema de los entrenadores de equipos grandes es un "bendito problema", sin analizar que es un problema creado por los dirigentes del club en la parcela deportiva. ¿Es menos problema tener dos titularísimos por posición que tener dos "tuercebotas"? No lo sé. A nivel fútbol puede estar más claro, pero a nivel vestuario...es otro cantar. Esta claro que, como entrenador, dame la primera opción, que ya me encargaré de descartar a uno de los dos y quedarme con el que más me guste. El problema de los "tuercebotas" es que no me dan nivel competitivo, que es pilar básico de todo esto. Por tanto me inclinaría por la primera opción, como todo el mundo. La pregunta es, ¿Qué necesidad real hay por parte de los equipos de generarle ese "bendito problema" al entrenador?. Y lo que es peor, ¿hasta que punto te has comprometido contractualmente, como dirección deportiva, con el nuevo jugador cuando viene sabiendo que su puesto está ocupado? Lo que, de no existir dicho compromiso, nos lleva a la pregunta clave para realizar al jugador: ¿A QUÉ VAS TU A MOSCÚ?...¿qué se te ha perdido a ti en Barcelona, Madrid, etc...?
Visto lo visto hasta ahora, sigo preguntándome por fichajes como Vinicius Jr, Malcom o Gelson. En el caso del primero se puede escudar el equipo blanco en la juventud del chaval, que no está formado, que le falta rodaje, que "le falta carretera" como se suele decir. Eso no me parece motivo suficiente para justificar un coste de inversión a la altura de un futbolista contrastado. Si bien es verdad que, hablando de Real Madrid o Barcelona, la cifra de 45 millones de euros se me antoja hasta escasa cuando se trata de pedir un dinero por el traspaso de un futbolista a alguno de estos dos equipos. Y como además haya subasta pública entre ambos, las cantidades suelen ser muchísimo más desorbitadas y, en algunos casos no tan lejanos en el tiempo, teniendo que ser explicadas delante de un juez. Dicho esto, y otorgándole al conjunto blanco un mínimo beneficio de la duda, un año más en Brasil no habría sido una idea descabellada, creo yo. Y dejando a un lado la comparativa entre jugar en Brasil o en la 2ªB española, le quiero hacer una pregunta a ese chaval de 18 años que viene a entrenar con el primer equipo de lunes a viernes para jugar el domingo con el Castilla: ¿A ti el nombre de Odegaard no te suena para nada, verdad?. Independientemente de lo bueno o malo que seas, de que vengas de Flamengo y Libertadores cuando el noruego venía de jugar contra San Marino con la absoluta de Noruega como mayor logro, etc...insisto, independientemente de todo eso y de la distancia entre ambos casos, con Odegaard se demostró que el sistema de entrenar con unos y jugar con otros hace aguas por todas partes y que...sí. En la práctica es exactamente la chapuza que parece sobre el papel. Y vuelvo a lo mismo del "bendito problema", ese que se produce por este motivo precisamente: "Bien. Ya lo hemos fichado. Nos hemos adelantado a los demás. El jugador es nuestro. Vale. ¿Se ha parado alguien a pensar el plan a posteriori del fichaje? Porque hay algunos casos en los que ese "bendito problema" no existe...para el entrenador. Pero sí para presidente, directivos, director deportivo, etc... Ese momento en el que el entrenador dice: "No. No va a jugar porque: es malo, no me gusta, no encaja, esta verde, etc, etc, etc." Y ahora...¿Qué hacemos?. Soluciones: banquillo, cesión o filial. En ese orden. Lo que debería ser el destino de algunos de los que ya estaban porque, en teoría, se ha fichado a otro que mejore lo que hay, acaba siendo el destino del recién llegado. Y esto en mi opinión, señores, es un batacazo organizativo de los grandes. Aunque puestas así las cosas, los casos de Malcom o Gelson son más sangrantes. En cuanto a Malcom, quedar así de mal con la Roma que tenía cerrado al jugador, gastarse 41 millones en un jugador que, al contrario que Vinicius Jr, no puedes mandar al Barcelona B, dado que viene del Girondins y ha rechado jugar en la Roma, para entrenar con Messi mientras le pagan...no sé que es lo que hay que hacer para conseguirlo, habrá que preguntar a Malcom, pero yo quiero. Porque de jugar partido oficial, igual nos podemos ir olvidando. Eso es otra historia que nada tiene que ver con lo que ha ido Malcom a hacer a Barcelona. Suarez, Messi, Coutinho, Dembélé...incluso Munir, están por delante en las rotaciones de Valverde. Aun así, esta comparativa está seleccionada entre los tres jugadores que más parecía que podrían llamar la atención de sus aficionados en el caso de los tres grandes de España por chispa, velocidad, regate, etc...porque si quisiera hacer sangre, en el caso del Barcelona, hablaría de Arturo Vidal. Así que mejor dejamos aquí el tema.
Y para terminar, mi favorito: Gelson Martins. Cierto es que se trata de uno de los jugadores más rápidos que he visto en los últimos años. Y que el Atlético de Madrid se limitó a aprovechar una tesitura en la que el jugador decía haber rescindido unilateralmente su contrato con el Sporting de Lisboa. Pero eso es algo sobre lo que la UEFA aún no ha terminado de pronunciarse. O, al menos, eso opinan los lisboetas que siguen recurriendo. Y alegando, entre otros motivos, que cuando el Atlético de Madrid les ofreció dinero por Gelson para finiquitar el asunto fue porque igual no tenían tan claro que esa operación fuese del todo correcta. En la línea de hablar de los jugadores que puedan llamar más la atención al público, parece que Lemar debería estar por delante, pero es cierto que Lemar sí está jugando y, sin aportar tampoco en consonancia a la inversión (70 millones para el Atlético de Madrid son muchos millones), me parece que el caso de Gelson es lo suficientemente serio como para ser comentado en este artículo. Porque, ahora, 4 jornadas de liga después, d. Diego Pablo Simeone se ha dado cuenta de que Gelson no le gusta. No lo quiere y la intención del técnico es que el portugués vuelva, exactamente, por donde ha venido. Dicho esto, os animo a que realicéis en Google la siguiente búsqueda: "Gelson Martins Simeone". Ahí os lo dejo por si queréis ver a lo que me refiero con lo de "Vamos a ficharlo. Vamos a ficharlo. Vamos a ficharlo...¡Vale! ya lo hemos fichado y ahora...¿qué?" y, por supuesto, el problema está en la diferencia presupuestaria, no en llamar a Gelson para que fiche, fichar a Lemar por 70 kilos o en sobrevalorar económicamente a Griezmann para que no se vaya...
En cualquier caso, insisto. Aquí hay tres partes fundamentales en todo fichaje: jugador y equipos. Si a los equipos se les va la mano, está claro que no es culpa del jugador. Pero eso no justifica el hecho de que debas ser tu, como persona que cambia de empresa para la que trabaja, quién deba informarse de la empresa nueva a la que va y si en ella te van a dejar realizar correctamente tu trabajo. Vistos los precios que se manejan a día de hoy en los traspasos de jugadores, el "es que...me han vendío" es una expresión que no admito como válida desde la posición del futbolista. Porque, hoy por hoy, si no quieres moverte de tu club (y se sobreentiende que no eres "el tuercebotas" del equipo vendedor), es muy difícil que "te vendan". Por tanto, vamos a ver si le vamos pegando una vuelta a eso de ser el nuevo CR7, el nuevo Messi o el nuevo Futre, y pensamos un poco en la mejor manera de llevar nuestra carrera deportiva. Y no en la forma más rápida de acabar con ella.
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