Es muy probable que si decimos que Diego Armando Maradona ha sido uno de los mejores, si no el mejor, jugadores de la Historia del fútbol no haya un excesivo debate en cuanto a este punto. Todos tenemos claro que ver jugar a Diego era una auténtica maravilla. Ese chiquitín apodado 'el Pelusa' que hacía maravillas con el balón era increíble, pero de repente un día la bombilla se fundió... y ahora está rota.
Diego Armando Maradona es más que conocido por su paso por Argentinos Jrs, Boca, Barcelona y Nápoles. Ese chaval argentino que llamó la atención de medio mundo en el Mundial de España '82 empezó a poner ladrillos en la escalera del Olimpo futbolístico desde bien joven tras fichar por el Barcelona ese mismo año. Con el tobillo destrozado se partió la cara por Argentina y por el Nápoles consiguiendo dos Copas de Italia, dos Serie A y una Copa de la UEFA además del glorioso Mundial en el '86. A pesar de que su querida selección 'albiceleste' no consiguió mantenerse campeona en las dos Copa América siguientes, el subcampeonato del mundo en Italia 1990 refrendó que Maradona era una leyenda. Todo iba bien para el bueno de Diego... ¿o no?
Los insultos a la afición italiana tras pitar el himno de su país en el ya mencionado Mundial del '90, no hacían otra cosa más allá de esconder que algo raro ocurría. Y efectivamente, en 1991 todo se vino abajo. Gol de Zola y el Nápoles gana 1-0 al Bari, pero Diego es seleccionado para un control... positivo por cocaína y 15 meses de suspensión para el mejor jugador del planeta. Era solo el comienzo del descenso a los infiernos.
Es cierto que volvió al fútbol, jugó en Sevilla y en Boca, e incluso fue convocado para el Mundial de Estados Unidos en 1994, pero no sirvió para otra cosa que no fuera un nuevo positivo y otros 15 meses de suspensión. Ya se había roto todo.
Desde entonces Diego ha sido noticia por sus problemas de salud, su sobrepeso, problemas con la justicia y con el fisco y por dar espectáculos lamentables uno detrás de otro. Parecía que el río podría haber vuelto a su cauce en 2010 cuando fue seleccionador, pero poco duró. Diego ya no es Maradona, Diego se ha convertido en un esperpento indigno de la gloría que se le atribuía dentro de un campo de fútbol.
Personalmente, creo que es una auténtica pena que las cosas se vayan a acabar así. Maradona ha sido un jugador que ha permitido soñar y disfrutar de nuestro deporte de una forma infantil. Todo era posible cuando Maradona tenía un balón, y lo que no era un balón, había magia con pelotas de papel, bolsas de pipas o naranjas, pero eso acabó.
Maradona ha llegado a un punto que parece increíble que sea embajador FIFA. Si yo fuese Puma dejaría de pagar las juergas y espectáculos lamentables del que otrora enarbolaba la bandera de la marca alemana con orgullo y pasión. Ya para el remate, apareció montado en un blindado cuando fue nombrado presidente del Dinamo de Brest de Bielorrusia para hacer acto de presencia ebrio en el coche dos días mas tarde...
Hay que dejar de reírle las gracias a este señor, lo del Mundial de Rusia fue el enésimo esperpento a sumar a su más que dudoso curriculum. Es cierto que se le busca mucho con las cámaras porque siempre va a liar alguna, y eso hay que cambiarlo desde ya, pero también Diego debería dejar de arrastrarse. Desaparecer y entregarse a un retiro ¿merecido? y centrarse un poquito antes de volver a la escena pública. Los conflictos familiares y legales llegan a un punto que son insostenibles.
Es cierto que a lo mejor dio algún dato de que podría acabar así cuando al ficharlo al Barcelona, y desoyendo los consejos de sus asesores, mandó cargar sus Mercedes en un barco y traerlos a Europa cuando era considerablemente más barato comprarlos en Europa. Nunca ha tenido muy buena cabeza, pero es una pena que Diego ya no sea Maradona... Diego se ha convertido en un personaje esperpéntico, un antiguo dios convertido en bufón.
A veces se apaga la luz, pero hay que luchar por volver a encenderla, no dejarse llevar, y no hablo sólo de fútbol.
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