miércoles, 4 de abril de 2018

BUFFON, CASILLAS, VAN DER SAR...¿HACERLOS INSTITUCIÓN O SEGUIR GANANDO?


Durante el partido disputado entre la Juventus y el Real Madrid, hubo un tema recurrente de conversación entre los aficionados: "Buffon es una institución en la Juventus y se respeta su nivel de jerarquía, no como con Casillas, al que se le echó por la puerta de atrás". Y siendo verdad que el puesto de portero, por unos motivos u otros, parece no requerir de tanto físico como otras posiciones sobre el campo, lo cierto es que dicha afirmación me inspiró para escribir sobre el debate entre que es más importante en el futbol: el ayer (porque sin él, no habría hoy) o el hoy.

Dentro de cada caso y cada jugador es un mundo, es verdad que la vida deportiva de los porteros, como media general, es superior a la de los jugadores de campo. Aunque en este tema, es bueno ir con pies de plomo a la hora de afirmar con rotundidad por cada caso es diferente. Un delantero tanque, que nunca ha necesitado correr, ni siquiera trotar durante largos periodos del encuentro, tampoco parece una figura a la que el deterioro físico del tiempo vaya a pasar mucha factura. Además, grandes figuras de este deporte han demostrado, precisamente, que a esto se puede jugar sin correr o, cuanto menos, sin estar los 90' como si fuera una maratón. Esto queda más ampliamente explicado en nuestro artículo ATLETAS vs FUTBOLISTAS.

Pero para aquellos casos en los que el físico no sea un punto determinante e, incluso, podríamos denominarlo como irrelevante, ¿dónde está el límite? ¿hasta cuándo ha de seguir jugando en la élite un jugador que no requiere de físico? Y es aquí donde pongo mi primer pero a la opinión general, a esa que nos sale a todos a bote pronto: "Hasta que ellos quieran". No mire, esa línea tan sumamente subjetiva, en manos de un señor que, por mucho que quiera al club como institución, tiene unos intereses personales (por pequeños que sean) que siempre los va a valorar por encima de lo que los valoraríamos tu o yo, no puede tomar esa decisión. Por lo menos, no él solo, sin tener en cuenta al resto de estamentos del club: desde el entrenador hasta la dirección deportiva. Un ejemplo un poco drástico de esto, para que se entienda, es el riesgo de muerte. Por mucho que empatices con alguien, nunca vas a valorar igual una circunstancia que te coloque en riesgo real de muerte que el hecho de que esas mismas circunstancias se produzcan en un tercero. Es así. Con esto, salvando la enorme distancia del ejemplo, pasa un poco lo mismo. No somos el futbolista, no hemos vivido 20 años de nuestra vida repitiendo la misma rutina día tras día, no hemos sufrido con las derrotas y disfrutado de las victorias ni un 5% de lo que lo ha hecho el propio jugador. Por tanto, los factores que podemos analizar desde fuera serán siempre mucho más objetivos que los que pueda analizar el propio jugador. Sin menoscabo de que el deportista en cuestión pueda tener muchos más datos que nosotros no tenemos (ni podremos tener jamás) como sus estados físicos y psicológicos reales de cada momento. Volviendo a que cada caso es un mundo, con 36 años los hay que parecen chavales de 20 y viceversa, chavales que con 25 años se lesionan solos como si tuvieran 45 (la lesión de Musacchio en el Villarreal es un ejemplo claro).

Dicho esto, creo que, habiendo casos más o menos válidos de deportistas con 40 años (o casi) que siguen rindiendo a buen nivel, es imposible rendir igual que cuando se tienen 25 y, por tanto, muy superior a los demás tenías que ser con 25 para seguir marcando las diferencias con 40. Y este es el argumento definitivo para demostrar que lo sentimental, en este caso, esta reñido con los resultados y los objetivos del año en curso, sea el que fuere. Por un lado, todos queremos ver a esa leyenda, que tantas tardes de satisfacción ha dado a su grada, retirarse en el equipo de sus amores y rodeado de sus compañeros y de su público. Parece ser (con hincapié en el 'parece') que no hay otra manera de homenajear a un futbolista. Todo lo que no sea actuar de esta determinada manera es hacer un feo al jugador. Discrepo. En mi opinión, no hay mejor manera de honrar a una leyenda que haciendo las cosas bien. Dicha leyenda se merece que, si él mismo no lo ve, desde el club le indiquen el momento en el cual está haciendo más mal que bien a nivel de rendimiento y objetivos actuales.

(Entendamos por leyenda estar más de 12 años en un mismo club, lejos de entrar a valorar si se trata realmente de una leyenda objetiva del deporte en cuestión, y ciñéndonos al hecho de que, después de 12 años en un club, el término puede ser válido a nivel subjetivo de los aficionados de dicho club)

Porque, a pesar de que en casos como el de Buffon, la falta de candidatos a cubrir con garantías la meta bianconera, sea justificación suficiente para mantenerlo ahí, lo cierto es que, mal que me pese por la estima que tengo al portero transalpino, no está a nivel para que la Juventus de Turín gane la Champions League. Por un mero motivo de bajada de rendimiento por edad, sin más. Y alguno dirá: "Sigue haciendo paradones" y mi respuesta es que sí, que el que tuvo, retuvo, como dice el refrán. Pero el rendimiento de competición se ve lastrado en momentos importantes. Que por buenas actuaciones que se puedan tener, podrás parar a Messi, podrás parar a Ronaldo, podrás parar a Lewandowski, Hazard o Neymar...pero alguno te la va a hacer antes o después. Y aunque es cierto que con 25 años también hay un 99% de probabilidades de que alguno de éstos te la líe, estamos hablando de que Buffon, con 25 años, elevaba ese 1% hasta un 10% o un 15%. Pero ya no. Porque ya no llegas a todas. Porque, a pesar de que la eliminatoria contra el Real Madrid la ha perdido la poco frecuente parsimonia defensiva del equipo en el partido de ida, y a pesar de las buenas manos que demostró Buffon, la sensación que arroja es que antes o después, alguno de los grandes le va a exigir algo que, con 25 Buffon te lo daba, pero hoy ya no. Esto me lleva a pensar que, llevando al exagerado extremo mi opinión, si quieres formar instituciones, es muy complicado que sigas ganando. Por el principio básico de que las instituciones viven de la historia, del ayer. Las victorias, son hoy. Es así de frío a nivel emocional, lo sé. Pero no por ello deja de ser así. Y por ello, que se critique la forma de salir de Casillas del Madrid (por ejemplo) debería ser incompatible con las celebraciones de la undécima y la duodécima. Y aunque parezca un argumento carente de sentido, creo que lo que de verdad tiene poco sentido (o vergüenza) es criticar a los que echaron a Casillas para luego reconocerles el mérito de las consecuciones de objetivos, los cuales, se cumplen porque esos mismos señores, haciendo mejor o peor su trabajo, deciden optimizar el equipo como mejor entienden para la consecución de títulos en la temporada en curso. Y si ganas dos Champions seguidas y una Liga con el cambio en la portería como el cambio más gordo realizado con respecto a la plantilla anterior...me parece que la crítica carece de fundamento. 

Otra cosa es que alguien diga: "Oiga, que a mi me da igual si ganamos más o menos ligas, más o menos Champions...que yo lo que quiero es que Buffon/Casillas se retire en este equipo". De acuerdo entonces. Si vamos a congelar los objetivos, la consecución de títulos o, por lo menos, la exigencia de los mismos, a expensas de que se retire un jugador en concreto, entonces acepto la crítica. Acepto que no se puede echar de mala manera a un señor que ha dado mucho por un club, que es una institución dentro del mismo, y que ha sido tan importante para la historia del equipo que, aunque su presencia en el mismo supongan 2 o 3 años de no ser todo lo competitivos que podríamos ser, asumimos y le damos la retirada que merece. Lo que no me vale tampoco es, desde Manchester, criticar a otros clubes por el trato que se da a sus veteranos, llegar con Van Der Sar, con 41 años, a una final de Champions, y acabar echándolo a gorrazos porque hemos perdido la final por culpa del viejo. Eso no es justo. Sabes perfectamente lo que hay cuando tienes en plantilla a un jugador de cierta edad que lo ha dado todo ya sobre los campos en los que ha permanecido más de 20 años. Hay que asumir entonces ciertas limitaciones. Conste en acta que, en ningún momento, salvo mi consabida admiración por Buffon, he hablado de la calidad individual de cada uno de los porteros mencionados. No voy a entrar en si me gustan más o menos. Ese no es el debate. El debate es suponer a un jugador como leyenda de un club y decidir si primamos su expectativas personales de retirarse en el club de sus amores y demás, o primamos los resultados y objetivos actuales. Y que el aficionado de hoy en día lo quiere todo. Quiere rendir tributo a todo aquel que haya metido 2 goles importantes con una retirada por todo lo alto, aunque a día de hoy no de dos toques seguidos, y que con ese mismo jugador en plantilla se ganen todos los títulos en disputa como si la plantilla la conformasen 25 chavales de 25 años cada uno en su plenitud futbolística. Todo no puede ser. Italia, y más concretamente el A.C. Milan de antes de la entrada del 'supuesto' capital chino, fue un claro ejemplo. Jugadores de 33 años en adelante que, como habían sido grandes, tenían que ganarme títulos. Sin entrar a valorar el porqué, si habían sido tan grandes, sus equipos los habían soltado por dos duros...o gratis.

En conclusión, es difícil decidir dónde esta la línea divisoria entre el jugador que está por lo que fue y el que está porque todavía tiene algo que decir. Pero creo que se trata de una línea que debe ser marcada en algún momento, porque tenerlo todo es imposible. Y además, la debe marcar la dirección deportiva, estamento del club que, por otro lado, cuesta todos los años un dinero suficiente al propio club como para considerar pagado dicho nivel de responsabilidad.

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