Todos los que somos futboleros, en un aspecto u otro, sabemos quien es Quini, ¿pero realmente sabemos lo que representa para el futbol español?. Quini ha sido mucho más que un gran delantero de los años 70 y 80. Quini ha sido de los mejores futbolistas que ha dado la península, y para algunos, el mejor delantero español de la historia junto con Zarra.
Siempre que se habla de leyendas hablamos de Raúl o Xavi, de leyendas antiguas de nuestro fútbol siempre son Di Stefano, Kubala, Zarra... pero a Quini hay que meterlo en ese grupo y rara vez se hace. Quini era más que un clásico del Sporting. Quini es uno de esos casos, extraños casos, donde la sombra del gran futbolista se ve eclipsada por el legado del hombre, de la persona. El respeto hacia Quini trasciende camisetas y clubes. Sportinguistas, culés, madridistas u oviedistas son una pequeña muestra de que a Quini se le respeta en todos los lados por cómo era como persona, además de como gran delantero de nuestra selección.
Como futbolista sus números son espectaculares. En otra época marcaba las diferencias. 20 años de carrera a primer nivel ya es un dato espectacular pero si le sumamos sus 219 goles en 448 partidos nos damos cuenta de que estamos ante una leyenda de nuestro fútbol. Una media de 0,49 goles por partido, mantenida durante 20 años, que le avalan para tener 7 Trofeos Pichichi (5 en primera y 2 en segunda), una auténtica barbaridad. Cinco Pichichis en primera que le colocan por detrás de Zarra(6) empatando con Di Stefano y Hugo Sánchez y por delante de nombres como Púskas(4), Messi (4) o CR7 (3). Ahí es 'ná'. Con la selección las cosas no fueron tan bien pero si en 1979 recibes el premio Don Balón (si Vd. sabe lo que era Don Balón es que se hace mayor ya) al mejor futbolista español es que eras muy bueno.
Tanto en el Sporting como en el FC Barcelona, Quini la rompía. Se le caían los goles, en Barcelona la cifra es increíble: 54 goles en 100 partidos. Un delantero no muy alto pero con buen remate de cabeza, capaz de controlar un melón y buen juego de pies. Un rematador de primer toque sensacional con un olfato innato para anotar. Todo eso apoyado por un espíritu inquebrantable y un carácter sumamente ganador. 'Quinigol' al principio era portero, pero dejó de serlo cuando un día le metieron un gol entre las piernas. Se cogió un señor rebote y decidió que él iba a marcar goles, ¡y vaya si lo hizo!
Ese espíritu inquebrantable es lo que le ha valido el respeto y reconocimiento del fútbol. Un señor que siempre sonreía a pesar de las adversidades. Le encantaba reírse y gastar bromas. Ninguna de las desgracias acontecidas le borró esa sonrisa ni le quebrantó el espíritu, ni el secuestro que sufrió, ni el cáncer que superó, ni la desgraciada muerte de su hermano pudieron con él. Bromista, risueño y gran persona, Quini fue un genio hasta el final, dentro y fuera de la cancha. Un auténtico ejemplo para los chavales.
Si los chavales jóvenes que empiezan buscan un modelo para conseguir triunfar ese debería ser Quini. Sin menospreciar a los demás, claro está, pero siendo como Quini tienes papeletas para triunfar en el fútbol y en la vida.
Esta es nuestra pequeña despedida a un grande del fútbol español. Desde aquí nos gustaría mandar un fuerte abrazo a toda su familia. Enrique Castro "Quini", leyenda del fútbol español, descanse en paz y ojalá sigas marcando goles y sonriendo allá donde estés.
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