martes, 13 de febrero de 2018

ÁLVARO RECOBA: UNA ZURDA DE ORO



Venimos hoy con un jugador de leyenda, uno de esos que no queremos que caigan en el olvido de las hemerotecas del fútbol. Porque, tratándose de un jugador que pasó sus mejores años de futbolista en un mismo club (como se hacía antaño), su famosa "falta de carácter" lo llevó al ostracismo más absoluto, a ser olvidado por los amantes de este deporte, cuando se trata de una de las mejores zurdas de la historia. Sin discusión, en un top 20 histórico de jugadores zurdos. Y, hoy por hoy, pocos se acuerdan del "chino" Recoba...
Álvaro Alexander Recoba Rivero, nació en Montevideo, Uruguay, en 1976. En 1994, con 17 años, hizo una temporada con el Danubio Futbol Club que provocó una guerra entre los dos grandes de Uruguay por hacerse con sus servicios: Peñarol y Nacional. En este caso, fue Nacional quien ganó la batalla por la joven perla. La historia del fichaje por Nacional es interesante, dado que la relación entre su representante y el presidente de Peñarol era muy estrecha. Tanto que su fichaje se daba por hecho. Pero un desencuentro puntual, provocó que Recoba acabara recalando en el eterno rival.

En 1997 dió el salto a Europa. ¿Cómo lo hizo? Sin avisar. Y es que Nacional denunció al Inter porque su representante, dueño de los derechos federativos del jugador (en sudamerica es muy común que empresas ajenas al fútbol tengan un porcentaje de los derechos federativos de un jugador como inversión), los vendió al Inter de Milán por un valor de 17 millones de euros. Sin avisar, por supuesto. Dicho gesto le costó, al representante del jugador, una millonaria indemnización a favor de Nacional por falta de preaviso que, dicho por el propio Paco Casal: "Mereció la pena".

El caso es que, en agosto de 1997, en un partido contra el Brescia, debutaron con el Inter de Milan dos fichajes de distinta índole. Ronaldo Luis Nazario de Lima, proveniente del FC Barcelona, por una cantidad de 4.000 millones de pesetas (clausula de rescisión), tras anotar 47 goles en 49 partidos, y Álvaro Recoba, joven promesa uruguaya. En aquel partido, Ronaldo no tuvo mucha suerte de cara a puerta, y fue Recoba con un doblete quién resolvió el partido. Debut soñado en Europa para quién parecía llamado a marcar una época. Jugador rápido (en sus inicios), con un buen regate pero, sobre todo, con un golpeo de balón con la pierna izquierda que impresionaba a todo aquel que fuera a verlo al Giuseppe Meazza. Hoy por hoy, con Recoba ya retirado, se siente un vacío muy grande en Milan a la hora de ver una falta o un córner. "¿Dónde esta Recoba?" se siguen preguntando los aficionados del Inter. "Menos mal que ya no está Recoba" se oye por el resto de campos de Italia. Pero, por desgracia, al talento innato no le acompañó nunca la actitud. Con el paso de los años, ese nivel de idolatría hacia Recoba se convirtió en su perdición como futbolista. En el año 2001, cuando ya estaba empezando a dar síntomas de indolencia tanto en el campo de juego como en el de entrenamiento, el Inter de Milan terminó de cavar la tumba del jugador al convertirlo en el mejor pagado del mundo. 7 millones de euros por temporada, para hacerle una tumba de oro. Y es que solo a Massimo Moratti se le puede ocurrir la genial idea de que, si Recoba no corre es porque cobra poco y que la motivación que le falta se soluciona con ceros en la nómina. Personalmente, creo que no era el caso y que, lo que le faltaba al bueno de Álvaro eran dos reprimendas que lo centrasen y lo volviesen a meter en las dinámicas de grupo. Podemos discutir largo y tendido sobre si esas reprimendas, a esas alturas de la vida habrían servido de algo o no, pero lo que está claro es que el "endiosamiento" no se resuelve cubriendo de oro al endiosado. Eso es de cajón. Pero como en Italia, la primera década del siglo XXI fue como fue, era necesario intentar frenar la huida de futbolistas hacia España e Inglaterra como al precio que fuese. La decadencia de equipos como el Milan o el Inter, y el descenso administrativo de Juventus, escándalos de apuestas, etc...terminaron por despojar a la liga italiana de sus estrellas. Y el principio de todo está en "pequeñas" cosas como la renovación de Recoba. A posteriori, con la renovación firmada, Recoba empezó a caerse de convocatorias por falta de trabajo durante la semana según varios entrenadores que desfilaron por el banquillo del Inter, para luego volver al equipo y "salvar los muebles" en 20 minutos (porque calidad para hacerlo tenía, aunque no quisiese entrenar) y ahí empezó el sainete de esos años en los que Recoba, sin entrenar, iba ganando prestigio y cariño de sus tifosi, mientras machacaba entrenadores que tenían que pasar por el aro de ponerlo a jugar cuando no entrenaba. Digamos que no mandaba en el vestuario por dos motivos: falta de carácter y que no lo necesitaba. Sus números hablaban por él.

Y de su historia, poco más, dado que salió del Inter en 2008, con 32 años, y pasó por Torino, Panionios (griego) y vuelta a Uruguay, dónde estuvo jugando entre Danubio y Nacional hasta el año 2014 (con 38 años). Pero el debate que sí que creo interesante es: ¿si rinde sin entrenar? ¿Qué juegue o que ejemplifique al resto dejándolo en la grada? Creo, sinceramente, que el entrenamiento es un medio para un fin. Un medio necesario e imprescindible para el 99% de los seres humanos, sí. Pero existe un 1% mágico de personas que no lo necesitan. Y puede ser que parte del hastío que demostraba el "chino" Recoba sobre el verde fuese fruto de esa obligatoriedad de entrenar. Pero si desganado y todo, te está ganando los partidos...¿por qué te empeñas en que entrene? Motívalo, con lo que sea que lo motive, y levantarás títulos. Estando de acuerdo en que tiene que ser un caso muy descarado para que se gane dicho nivel de trato, lo cierto es que Recoba lo era. Como tantos otros casos famosos, desde Romario hasta Ronaldinho, pasando por Guti o Cassano, cuando se les dejaba llevar su vida como querían, su rendimiento se disparaba, independientemente de las horas de entrenamiento que echasen. Con Recoba, nunca (o casi nunca) se consintió esto. Motivo por el cuál, ha pasado bastante desapercibido a la historia del fútbol, siendo uno de los mejores.

Por acabar, no quiero con esto hacer ningún tipo de apología sobre el talento frente al trabajo. Es más, creo que el trabajo organiza y cimienta dicho talento. Pero si alguien no quiere trabajar, no puedes obligarlo, y cuando se es tan, tan, tan bueno, si no cedes tú, ya vendrá un equipo rival que cederá...y te tocará sufrirlo sobre el campo. Creo que en este caso, ante el debate de talento o trabajo, la realidad es lo suficientemente compleja como para dar una respuesta incompleta si me decanto por alguna de las dos opciones, y que, dentro del fútbol, yo prefiero a jugadores como Recoba, Ronaldinho, Neymar, Hazard, etc...que los Lucas Vázquez, Sergi Roberto o Gabi. Por mucho que trabajen. No voy a un campo de fútbol y pago una entrada por ver "trabajar" a la gente. Voy a verlos jugar al fútbol.

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