Hoy, entre los jugadores a seguir, quiero introducir en esta sección un nombre que, sinceramente, espero que pronto empecemos a escuchar en los grandes estadios de Europa. Malcom Filipe Silva de Oliveira 'Malcom', nació en Brasil el 26 de febrero de 1997, dio el salto a Europa el año pasado, al Girondins de Burdeos, y no sólo esta rindiendo bien, sino que los números están respaldando ese rendimiento. A continuación, analizamos más en profundidad a este prometedor extremo...
Malcom Filipe Silva de Oliveira, nacido en Sao Paulo, es un extremo (mejor derecho, en mi opinión, a pesar de ser zurdo) que puede jugar por ambas bandas y que cumple con todos los estándares de un extremo brasileño. Con 171 cm de altura, es un jugador sumamente rápido, con buen trato del balón, una muy reseñable potencia de disparo que, sin ser Roberto Carlos, suele sorprender a propios y extraños dada la fisionomía del futbolista y, como no, un regate D.O. Brasil que hace las delicias de los aficionados al fútbol en toda Francia. Allá a dónde va deja destellos de su calidad. En todos sus movimientos, pasos, giros y amagos, se puede apreciar ese ritmo de samba, esa alegría de disfrutar jugando al fútbol que derrochan los grandes jugadores brasileños.
A pesar de su corta edad, y tras dos temporadas en Corinthians en las que no destacó por encima de sus compañeros ni en juego, ni en rendimiento, el Girondins de Burdeos, probablemente aprovechando la circunstancia de que ningún grande de Europa se había fijado en él, hizo una arriesgada apuesta de 5 millones de euros por un extremo que apuntaba a ser un extremo más de los que vienen de Brasil ha hacer lo mismo de siempre: ilusionar con dos regates, meter tres goles, y pedir más dinero cada año porque cuando llegó hizo dos regates. Sin ningún atributo que pudiera hacernos ver en él algo distinto, lo cierto es que, quizás por parecido físico y cualidades técnicas, desde que lo vi jugar en Corinthians ya me recordaba bastante a otro de esos brasileños que llegaron con ganas de comerse Europa y, como suele suceder, Europa se lo comió a él. Hablo de Robson da Souza 'Robinho'. Pero con el hándicap de que Malcom no se acercaba siquiera a los números que dejó Robinho en Brasil antes de cruzar el charco y vestir de blanco. Si bien es verdad que Malcom sólo jugó con Corinthians 70 partidos, marcar 10 goles (0.14 goles/partido) en Brasil es un dato pobre. Robinho vino a Europa con un escalofriante 0.49 de media (87 goles en 176 partidos), por no hablar de los 136 goles en 228 partidos de Neymar, lo que hace un estratosférico 0.60 goles/partido. Cifras que demuestran que Malcom no parecía llamado a dar el salto a un grande...en ese momento. Sin embargo, sus 7 goles y 5 asistencias en 18 partidos éste año con el Girondins, empiezan a ser números más cercanos a un futbolista que pueda tener futuro en un equipo más importante de Europa.
Y estos datos muestran que hizo las cosas como hay que hacerlas. Ahora mismo me viene a la cabeza el artículo que escribimos sobre Ter Stegen, sobre como ir cumpliendo los objetivos siguiendo, paso por paso, las indicaciones del manual, si es que éste existiera. Porque, a pesar de los discretos números de Malcom, el Girondins no fue el primero ni el único interesado en el joven extremo brasileño, pero sí el único que le dijo vente a jugar al fútbol, acostúmbrate a Europa y disfruta del fútbol sin más presión que la de no bajar a la Ligue 2. Si acaso, luchar por entrar en competición continental sin que exista tampoco presión por no conseguirlo. Dónde otros jugadores encontrarían falta de motivación, de sueldo, etc...Malcom encontró el caldo de cultivo perfecto para adaptarse a Europa. Las ofertas rechazadas ofrecían jugar en la liga de reservas de Inglaterra, por ejemplo, y si lo reventaba en dicha liga, tendría su oportunidad en el Emirates o el Etihad. Desde España, y dadas las experiencias recientes con futbolistas del corte de Malcom, la cosa estaba mucho más reticente: "Vente, te cedemos, y si no la rompes, te vendemos al equipo que te hemos cedido". Con estas expectativas, y esta falta de confianza en el chaval, creo que el paso al Girondins ha sido la mejor decisión que podría haber tomado.
Y si, hasta ahora, decíamos que no tenía nada que lo diferenciase positivamente de otros proyectos de futbolistas brasileños que fracasaron en Europa, con esta decisión, parece que hemos encontrado ese rasgo diferenciador que lo ha llevado a que, ahora sí, parece que equipos como el Arsenal se interesen por él para jugar darle la confianza que merece. Porque el punto diferenciador con otros extremos brasileños no es técnico, ni siquiera futbolístico, es mental. Es un rasgo de personalidad que lo lleva a querer ser, de verdad, un profesional. ¿Cuántas veces hemos dicho/oído frases como: "Si Ronaldinho/Ronaldo/Robinho/... hubiese sido la mitad de bueno pero el doble de profesional, habría ganado 7 Balones de Oro seguidos"? Pues bien, Malcom ya está demostrando ser el doble de profesional y ahora sólo tiene que demostrar ser "la mitad de bueno" que los anteriormente mencionados, ¿será capaz? No lo dudo, pero, e insisto en las últimas experiencias vividas en España, tampoco puedo olvidarme de otros ejemplos que también empezaron mostrándose muy profesionales y, de repente, todo se vino abajo. Ya veremos cuanto le dura la cabeza en su sitio al bueno de Malcom pero, al César lo que es del César y, hoy por hoy, está demostrando que, por lo menos, la oportunidad y el voto de confianza se los está mereciendo.
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