Es muy probable que con James Rodríguez nos pase un poco como con Alex Sandro y pensemos que ya es un jugador sin progresión porque es mayor, se repite la máxima, a menudo errónea, de: "como llevamos mucho tiempo viéndole jugar debe tener un pila de años". Pues al igual que ocurre con el brasileño, el mediapunta colombiano tiene tan sólo 26 añitos, es un chaval, todavía puede dar mucho.
Si bien James no fue muy conocido cuando jugaba en Colombia, debutó con Envigado a los 14 años en la A. El descenso de éste hizó que el segundo año de James fuese en segunda, pero poco importó. Ser equipo de la B provocó que jugase mas asiduamente llegando a ganar la Copa Premier (segunda colombiana) y de ahí el traspaso a Banfield, Argentina. Esto hizo que no se siguiera mucho su progresión en Europa, ya que aquí se tiene esa falsa creencia de que si en Argentina no juegas en River o Boca es porque no vales, creencia falsa y hasta estúpida con perdón (recuerdo que Aguero vino de Independiente, Diego Milito y 'El Piojo' de Racing, y un largo etc.). El primer año fue complicado para el joven colombiano, pero un segundo, en el que se salió en la Copa Libertadores y acabó la temporada con un más que respetable 0,20 goles por partido, siendo media punta, al que le sumamos la cantidad espectacular de asistencias que dio y tenemos el cócktel perfecto para su salto a Europa.
Muchas veces hablamos de que el salto a Europa es complicado para un chaval joven que viene de Sudamérica, muchas veces mientras venga con la cabeza medianamente en su sitio ya pensamos que puede ir bien y no hará un Robinho (como explicaba mi compañero ayer con Malcom por ejemplo), pero más allá de eso, la importancia de elegir bien es primordial, y el Oporto, para un chaval joven, es la mejor opción que hay. Se llega a una liga ajustada año tras año, donde si hay un equipo dominador es el propio Oporto, no es especialmente violenta, vas a jugar en europa habitualmente, y llegas a un club donde el 80% de la plantilla es de tu quinta y con el mismo objetivo que tu. También es cierto que te lo tienes que tomar como un paso, tienes que ponerle fecha, no puedes tirarte 5 años en el Oporto y 'marcarte' un Aboubakar porque el poco nivel de la liga te va lastrar. Pues James llega con 19 años a Portugal, y allí fue toda una sensación. Los colombianos mágicos (Falcao, James y Guarín) acompañados de jugadores como Hulk, Otamendi, 'El Cebolla' Rodriguez, Moutinho, Fernando o Silvestre Valera, armaron un equipo de ensueño. En su primer año levantó la UEFA Europa League. Además ganaron tres Ligas consecutivas y una Copa.
Tras esos tres fantásticos años, junto con su compañero Moutinho, el joven mediapunta puso rumbo al ambicioso proyecto del principado francés. Lo que poca gente imaginaba es que un colombiano de 22 años se iba a convertir en la cabeza visible de tal proyecto. Se convirtió en el mejor. Si bien es cierto que en Mónaco sólo estuvo una año, mucha gente piensa que vino a España, al Real Madrid, por el Mundial que hizo en 2014 únicamente, pero la realidad es que, por mucho que haya sido en Francia, un chaval de 22 años consiguió 10 goles y 14 asistencias en 38 partidos, y no con el PSG precisamente.
En España, sombras y luces. Un jugador tachado de pecho frío y lento, en algunas ocasiones hasta de gordo. No ayudó que su mejor versión se viese en 2015 con Ancelotti, justo el peor año del Madrid. Si a eso le unimos el que los entrenadores que ha tenido (Benitez y Zidane) optaban por el juego de contragolpe y James se les quedaba un poco descolgado en ese sistema, tenemos la mezcla explosiva para que no se le valore y se le tache de lento, gordo, sobrevalorado o pecho frío, en mi opinión de manera injusta y desmedida. Cuando se le ha pedido rendimiento lo ha dado, saliendo desde el banquillo o de titular, su enorme visión de juego y su excepcional golpeo de balón han sacado a los 'merengues' de muchos follones, follones de los que en la actualidad el conjunto de Zidane no es capaz de salir, afrontar ni asumir. Ahora, cuando ya no está, es cuando se echa de menos al colombiano en Chamartin, eso no vale. El Madrid no lo valoró como debía y ahora lo ha perdido, la historia del ser humano en todo su esplendor. Lo que no se puede pretender es que James sustituya a Di Maria, pretender que jueguen igual es de genero tonto.
Su llegada a Baviera no tuvo un inicio sencillo, su gran valedor en el Madrid, Carlo Ancelotti, tenía demasiados fuegos que apagar como para dedicar tiempo a que el mediapunta entrase en la dinámica del Bayern, pero ahora con Jupp Heynckes, el colombiano ha recuperado la sonrisa. El pase largo, el centro medido y el acariciar la pelota en cada libre directo vuelven a estar de moda en Alemania. El sucesor de Mehmet Scholl lleva el 11 ahora y en el Allianz gusta, y mucho. El Bayern vuelve a ser temible con el balón parado y Lewandowski ha encontrado a su socio soñado.
Lo que es seguro de momento es que en Alemania le adoran, que Heynckes sabe a quien le han traído y lo valora. El entrenador alemán sabe perfectamente que un chaval con 26 años, con la calidad que atesora, no ha recibido todos los galardones que adornan su espectacular palmarés por azar (Mejor jugador joven de Argentina, Mejor jugador joven de la Libertadores, Jugador revelación de la Libertadores, Jugador revelación Portugal, Mejor rookie del Oporto, Máximo asistente de la Ligue 1, Once ideal de la Ligue 1, Mejor jugador joven de la Ligue 1, etc). Un jugador que casi siempre recibe el premio revelación es porque no se le valora y al final hay que rectificar. Jupp esto no lo ha hecho y así está rindiendo el colombiano. Esperemos que no se tuerza y siga sumando títulos a esa larga lista que ya posee: dos UEFA Champions League, una UEFA Europa League, tres Ligas de Portugal, una Española, Taça de Portugal y tres SuperTaça, un Apertura Argentino, una Liga B Nacional Colombiana (Copa Premier), dos Supercopas de Europa, una de Alemania y dos Mundiales de Clubes. Ahí es nada.
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