sábado, 30 de diciembre de 2017

DOUGLAS COSTA, BIEN, LUEGO MAL, ¿AHORA PEOR?


Si algo es más que evidente en el fútbol actual es que el Shaktar Donetsk, tanto por su virtud a la hora de fichar jugadores desconocidos y convertirlos en estrellas como por la salida obligada de estos debido a la guerra de Crimea con el consiguiente bombardeo de Donetsk, se convirtió en uno de los clubes con más renombre a la hora de 'alimentar' a grandes Europeos. Algunos sí salieron bien y se convirtieron en estrellas, otros... no tanto.


Al igual que William por ejemplo es un jugador muy valorado en el Chelsea, hoy me quiero detener en otro jugador, compañero de William, que parece que no acaba de ser lo que se esperaba. Parecía que sí, pero se está quedando, y sigue cumpliendo años. A la par que sus años aumentan, su rendimiento baja, cosa lógica, pero jamás ha conseguido dar ese nivel esperado.

Douglas Costa debuta con Gremio de Portoalegre en 2008. No se destaca por su capacidad goleadora, apenas un 0,2 goles por partido no le avalan como goleador pero su velocidad, su regate y su espectacular golpeo de balón le convierten en un extremo temible. El Shaktar repara en el él y se hace con sus servicios en 2010, donde sorprende su 0,33 goles por partido de su primer año. A Douglas cada día se le iba viendo más. Iba dejando a jugadores como Taison, Marlos, Bernard, Luiz Adriano o el mismo Mkhitaryan (artículo a parte merece este discípulo de la religión Drentheiniana) en la cuneta, jugadores que en aquella época eran tremendamente ansiados por toda Europa. Finalmente llegó el bombazo y en 2015 fichó por el todopoderoso Bayern München. 

Douglas Costa llegaba a un equipo que no hacia mucho había levantado un triplete pero que le urgía un cambio. Necesitaba gente nueva tras el incendio provocado por el Madrid el año anterior tras ganar 0-4 en el Allianz en semifinales de Champions. Pues aquí se viene la cuesta abajo. De todo lo que Douglas Costa enseñó en el Shaktar, en Alemania vieron... nada. No fue capaz de quitarle el sitio ni a Robben ni a Ribery, jugadores cuanto menos talluditos. A pesar de ser una petición de Pep Guardiola, el entrenador español no le daba los minutos con lo que se presuponía que iba a contar, un poco como Bernardo Silva en el City, y el tren se le empezaba a escapar. Si bien es verdad que en Champions lo jugaba casi todo, en liga apenas llegaba a los 25 partidos (incluidos los que salió del banquillo) pero su rendimiento tanto en asistencias como en goles no era, ni de lejos, el esperado.

Los que pensábamos que lo que necesitaba este chico eran minutos y sentirse importante celebramos de manera eufórica el traspaso de Douglas Costa a la Juventus de Turín en 2017. Creímos que podrían recuperar a este chico para el fútbol pero... como siempre en el fútbol, un mal análisis de la situación, desemboca en errores y malas decisiones. Me explico. Hablamos de un chaval, que por muy bueno que fuese en el Shaktar, no consiguió sacar de las alineaciones a un Ribery bastante mayor y cascado ni a un Robben que juega un 50% de los partidos por ser de cristal. Pues que ese mismo chaval va a conseguir sacar a Cuadrado (aunque no sea un crack es rapidísimo y muy hecho al equipo), a Mandzukic o a Dybala de un equipo que acaba de llegar a la final de la UEFA Champions League, que no ha cambiado de entrenador, que el juego por banda se basa mas en laterales que en las alas...  es bastante increíble ¿verdad?. Pues sí. Nos lo creímos. El resultado está a la vista de todos, 13 partidos de Serie A con un triste gol, Champions y Copa 6 y 1 partidos respectivamente y ningún gol. En asistencia números parecidos... seguimos creyendo en que puede convertirse en un pilar de esta Juve, y más aún con la probable salida de Dybala, pero tiene que hacerlo ya, no puede dejar pasar mas tiempo.

Douglas Costa tiene ya 27 años, y volvemos a lo de siempre: ¿Cuánto más tenemos que esperarte? ¿Paramos ya?; encima como perlita de estas navidades sueltas que la Juve está al nivel de Madrid y Barcelona... Douglas, lo tuyo no es un "¿a qué esperas?", es un ¿qué haces?, un ¿qué puñetas haces?. Espabila chato que se te acaba la correa del fútbol y no te das ni cuenta. Se te está escapando entre los dedos y no da la impresión de que hagas nada por cambiarlo, y si sumas las condiciones físicas que la genética te ha dado... si no triunfas, lo tuyo no tendrá perdón. Y cuidado... que te quedas sin Mundial.

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