miércoles, 12 de agosto de 2020

PERIODO DE FICHAJES: LA FIFA TENÍA QUE HABER HECHO ALGO



Esto es un cachondeo. Es una realidad que el mercado de fichajes no va a ser el de otros años, ni mucho menos. Todos tenemos claro que va a ser muy complicado ver un movimiento que alcance los 100 millones, ni siquiera uno que roce los 80. Pero de ahí a que la FIFA no se pronuncie de ninguna manera con respecto a la realización de transferencias entre equipos con el final de las competiciones en juego...suena a un: "Que pase como sea, pero que pase ya y podamos olvidarlo rápido"

Resulta que, a lo largo de los meses de junio y julio se han cerrado una serie de traspasos que, en algunos casos más y en otros menos, han generado polémica por la falta de criterio FIFA ante la anómala situación en la que nos encontramos. ¿La justificación? En enero también hay fichajes con competiciones en juego y nadie se queja.

Vale, muy bien. En enero hay fichajes con competiciones en juego. Pero a nadie le quitan a su jugador más valioso a pocas fechas de disputar una "final". Es un poco lo vivido este enero, precisamente, con el caso del Leganés y el fichaje de Braithwaite por el FC Barcelona. Por mucho que la norma lo permitiese, el hecho de que el Barcelona pudiera fichar al bueno de Martin, y que el Leganés no pudiera hacer lo mismo para suplir la baja nos dejó a todos un poco de mal cuerpo. Con sensación de que, aquí, las cosas no se habían hecho del todo bien. Aunque la norma lo amparase, todos los responsables de la competición admitieron que había que trabajar para darle mejor forma a una norma que había demostrado ser, a todas luces, injusta. Y, aunque el daño ya estaba hecho, lo cierto es que, por lo menos, tuvimos esa interacción por parte de las autoridades competentes, reconociendo su error. Porque de la FIFA, ni eso. Timo Werner o Arthur Melo son dos casos que demuestran que las cosas, como digo, se podían haber hecho mejor. En estos casos, además, cabe destacar la actitud de los clubes con respecto al fichaje. En el caso de Werner, el Chelsea abonó la cantidad solicitada por el Leipzig (contra todo pronóstico dadas las circunstancias económicas actuales por culpa de los partidos sin público), mientras que en el caso de Arthur, el Barcelona gestionó un "cambio de cromos" económico con la Juventus sin el beneplácito del futbolista. Mientras en el caso de Werner queda claro que esto se podía haber hecho un poquito mejor (recordemos que Timo Werner no disputará lo que queda de Champions con el Leipzig porque así lo ha decidido el Chelsea), en el caso de Arthur, casi que lo contrario: da la sensación casi de que les está bien empleado. 

Consideración a parte merece el caso de Meunier. Allí nadie es culpable. Nadie quiere hacerse responsable de que Meunier no vaya a disputar más partidos de esta UEFA Champions League con el PSG. Pero la realidad es que no va a jugar con el PSG  en lo que al club parisino le reste de competición europea. El jugador ataca a Leonardo (Director Deportivo del PSG) diciendo que, en persona, le dijo que ya no era bienvenido en el club, el PSG anunció publicamente que Meunier no quiso renovar y que, por ello, se desvinculaba del club con fecha 1 de julio de 2020. Luego salió la noticia de que el Dortmund (destino de Meunier) era quién se oponía a que el jugador disputase la fase final de la Champions con el PSG. Salió comunicado oficial del Dortmund al respecto negando rotundamente que ellos fuera un escollo para los intereses del jugador. Aunque, en ese mismo comunicado, los alemanes aclaraban que, para darse la situación, había que aclarar documentalmente (contratos, seguros, etc...) los motivos por los que Meunier estaba jugando con esa camiseta, nada más. 

Y digo yo...todo esto...¿no se podía haber evitado?. Porque el Leverkusen, por ejemplo, que parece tener más que hecha la salida de Havertz hacia el Chelsea, lo ha tenido muy claro: aquí no se habla de nada hasta que nos eliminen o ganemos la Europa League. Visto lo ocurrido con Werner, "hemos puesto nuestras barbas a remojar." Una actitud cautelosa y, por supuesto, respetable del Bayer Leverkusen que, sin embargo, no encuentra amparo más allá de su propia prudencia. Porque lo que no es normal es que una institución como la FIFA no haya hecho ni por pronunciarse al respecto cuando su función es, teóricamente, la salvaguarda del deporte, su pureza, y los derechos de todos los implicados. De ahí este artículo, y de ahí mi titular. No sé que solución se le podía haber dado a esto. En modo drástico, se me ocurre la suspensión del periodo de fichajes o, por lo menos, retrasarla hasta el final de las competiciones de esta temporada. ¿15 días de fichajes nada más? No. 15 días para inscribir al futbolista y recibir el tránsfer. No seamos ilusos, el fichaje lleva cerrado, cuando menos, 2 semanas antes de su oficialización. Si se puede cerrar un fichaje en cuestión de horas, 15 días me parece margen más que de sobra. Así, nos habríamos ahorrado todos estos jaleos. Pero claro, el Fair Play Financiero (FPF) cerraba cuentas el 1 de julio, y muchos equipos, cual mal estudiante, habían esperado a última hora para cuadrar números y evitar sanciones. A esto, como ya dije en mi anterior artículo, responde la operación Arthur-Pjanic. 

Un cambio en la fecha de fichajes habría retratado a más de un equipo con respecto al FPF, algunos fichajes no se habrían realizado y, además, nos habríamos ahorrado todas estas discusiones. Pero, legalidades a parte, es cierto que tampoco es justo adelantar un exámen 2 días para "pillar" a los malos estudiantes. Tienen derecho a apurar sus opciones en base a las fechas dadas y, por eso, es por lo que no se me ocurre una fácil solución para el conflicto. Desde luego, mi crítica en este artículo va dirigida a los responsables de esta situación y su actitud de "mirar hacia otro lado" ante la falta de soluciones. Porque, como digo, en febrero de este año vivimos en nuestra propia federación un caso parecido con el fichaje de Braithwaite. No tenía (o no parecía tener) solución. Pero, por lo menos, salieron los responsables pidiendo perdón y asumiendo la injusticia cometida, contra la que se buscaría solución para evitar que se repitiese en el futuro. No vengo aquí diciendo que la FIFA tendría que haber hecho "A" o "B". Pero, sin duda alguna, debería haber hecho "algo". Lo que fuera. Aunque sólo sea salir a decir que "no sabemos que hacer".

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