viernes, 1 de mayo de 2020

JUGAR DE LÍBERO, REVOLUCIÓN OLVIDADA



Hace mucho, mucho tiempo, en una galaxia no tan lejana, hubo un futbolista alemán que quiso extender una nueva forma de entender las posición de defensa central en el fútbol. Capitán de la selección y campeón del mundo, Franz Beckenbauer llegó con una nueva forma de entender este deporte. Poco después, otro crack mundial, italiano en este caso, recondujo la idea introducida por Franz. ¿Su nombre? Franco Baresi. Desde entonces, y a pesar del absoluto desuso que tiene la posición de líbero, sigue habiendo debate sobre que utilidad es más propicia: ¿escuela alemana o italiana? Ahora lo veremos...

Resulta que Franz Beckenbauer empezó su carrera de mediapunta llegador. Con el paso de los años, fue retrasando su posición y, a medida que la retrasaba, se veía un salto cualitativo bastante importante en su juego. Personalmente, considero a Beckenbauer un '5' reconvertido en central, lo que le permitió crear la posición del líbero. Su idea, básicamente, era que si los laterales podían sumarse al ataque por las bandas, añadiendo el efecto sorpresa al peligro del mismo, ¿por qué no iba a poder descolgarse un central por el medio? A fin de cuentas, aparecer por el centro siempre conllevará más peligro por la posiblidad del tiro a puerta desde una posición más franca a portería. 

Pero esta idea conllevaba todo un reajuste táctico. Si ya se cuenta con dos laterales ofensivos (y este dato parecen no tenerlo muy claro señores como Ramos o Piqué), un central no puede "salir de la cueva" a lo loco, hacia arriba, en busca del gol por sorpresa porque, si se ataca con muchos efectivos quiere decir que se esta defendiendo con pocos...o ninguno. Si vamos a contar con un líbero de la escuela alemana es, prácticamente, obligatorio tener dos (o 3, como en la foto de portada, jugando sin laterales y con defensa de 4 contando con el líbero) centrales que lo acompañen y laterales que sean más laterales que carrileros. Esto conlleva una "cuasi-defensa de 5" contando con el líbero, que más bien es un '5' posicionado por detrás de los centrales para iniciar el juego, pero con una libertad de movimientos absoluta, confiando en el instinto del futbolista para saber cuándo y cómo debe aparecer. Es un efectivo del ataque "oculto" entre los centrales. Si bien es cierto que es un concepto sumamente impopular a día de hoy, no dejamos de ver a futbolistas de talla mundial intentar revivirlo por su cuenta y riesgo. Y el problema de esto es que el sistema no está adaptado para ello, por lo que sus errores individuales son achacados al hecho de que suba el central en lugar de achacarlo al brote de locura del jugador en concreto. "Los centrales no tienen que subir porque dejan desguarnecida la defensa". Falso. Los centrales no tienen que subir cuando el sistema no lo contempla, pero no porque sea una "ley del fútbol" que los centrales no suban. Igual que un delantero centro no tiene que bajar a recibir cuando el sistema contempla la posición de mediapunta pero es capital que lo haga cuando no es así. A nivel ofensivo, el problema que creo que ha llevado a esta estrategia a no ser utilizada es que, con un líbero, se descuelga un central al ataque pero con laterales ofensivos, se descuelgan dos. Es cierto que en el primer caso, además de ser por el centro, lo cual debería generar mucho más peligro, el jugador que ocupe ese rol, además, debería tener el toque suficiente como para ser el motor del equipo desde atrás. Lo que me sorprende es que, con la cantidad de '5' reconvertidos en centrales que hay en panorama élite mundial, la posición de líbero no se haya recuperado y consolidado. Hablo de Hummels, David Luiz, Sergio Ramos, Piqué, Thiago Silva, etc... centrales con una capacidad de corte que pone bastante nerviosa a su propia afición (muchos penaltis, errores, manos, expulsiones, etc...) pero con un entrenamiento táctico y una salida de balón absolutamente geniales. Son candidatos perfectos para ocupar esa posición de líbero y, en el caso de Piqué y Ramos concretamente, como digo, ejercen dicho rol por su cuenta y riesgo. No pueden evitar el subir. Les "tira" mucho.

Por otro lado, tenemos la escuela italiana del líbero, encarnada en la figura de Franco Baresi. El central italiano recondujo la idea de Beckenbauer hacia una mentalidad más defensiva. Con un líbero por detrás de la defensa de 4 se podía subir la línea de defensas hasta el centro del campo si hacía falta, e intentar jugar todo el partido en el campo rival. Esta idea de jugar en el campo rival todo lo posible es una de las claves del fútbol y, mientras unos buscan que sea así a base de presionar, otros lo intentan a base de controlar la posesión del balón. En el caso del AC Milan de Baresi y de la selección italiana de su época, la idea era que, tuviese quién tuviese el balón, se va a jugar el partido en el espacio más reducido posible. Eso facilita la presión y la recuperación del balón, dificultando la creación al rival. Para ello, descolgaremos por detrás de la defensa a un auténtico genio táctico y posicional que se encargará de estar dos pasos por detrás de la línea de defensas y adelantarse a la ejecución de cualquier pase largo dando dos pasos hacia adelante, dejando al receptor en fuera de juego. Si, por el contrario, el líbero advierte que el receptor no va a partir de posición antireglamentaria, tendrá esos dos pasos por detrás para intentar anticiparse. El concepto funcionó tan bien, que ver la Serie A en los 80's y principios de los 90's era sumamente divertido. Porque muchos equipos copiaron el sistema...pero no todos los líberos eran Baresi. Los partidos se jugaban en los 30 metros de la franja central del campo y, de vez en cuando, un desplazamiento en largo caía en los pies de un delantero descolgado sin que éste estuviera en fuera de juego (o, por lo menos, sin que éste fuera señalado) lo que rara vez terminaba de otra forma que no fuera en gol. Cosa lógica y normal dado que el receptor del pase se encontraba solo delante del arquero.

En resumen, una posición abandonada por parte de los entrenadores actuales, y no por falta de candidatos a la misma. Personalmente creo que es una idea muy efectiva y que ha dado muchos resultados, pero que también da bastante vértigo. Al fútbol resultadista de hoy en día le agobia poner a sus defensas a 40 metros de su portería si el entrenador no es Guardiola y tenemos el 85% de la posesión. Sólo nos atrevemos a sacar la defensa si el balón es nuestro con una seguridad que roce la certeza absoluta. Sólo vemos los inconvenientes de tomar este tipo de riesgos sin valorar las grandes ventajas que aporta. Con todo lo expuesto creo que ha quedado clara mi opinión, aún así, no puedo terminar el artículo sin decirlo abiertamente: bien sea para atacar o para defender, ¡que divertido era el fútbol con líberos!

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