Pogba y Neymar a parte, en Europa, el verdadero culebrón del verano es otro. El que hasta hace unos meses era capitán y piedra angular del proyecto del Inter de Milan. Un futbolista con madera de líder pero con la cabeza puesta en otros menesteres. Y no voy a entrar en el ámbito personal, me voy a quedar en el análisis de lo que está ocurriendo y de lo que puede pasar con uno de los máximos goleadores de la Serie A durante las últimas temporadas...
Todo empezó hace aproximadamente un año. El delantero argentino, a través de su representante Wanda Nara, se dirigió al club italiano en terminos de exigencia al respecto de la calidad de la plantilla. Icardi quería un equipo acorde a su calidad y lo quería ya. Una exigencia que, como ocurriría en todo club de cierto prestigio y cierta historia, sentó muy mal en la directiva 'neroazzurra'. Aun así, con Borja Valero como segunda estrella por detrás del italiano y Skriniar como promesa de futuro, se hizo un ejercicio de humildad y se asumieron errores pasados que habían desembocado en esta situación. "Es cierto que el equipo no está al nivel de Mauro" se oía por los pasillos de la zona noble del Guisseppe Meazza. Y desde aquel momento, dio la sensación de que, con un poco de paciencia, se vería a un equipo a la altura de la historia del Inter de Milan. Porque no debemos olvidar (que creo que es lo que no terminan de tener claro tanto Mauro como Wanda) que hubo Inter antes de Icardi y seguirá habiendo Inter después de Icardi.
Pero claro, resulta que el club empieza a traer jugadores de cierto atractivo competitivo como Joao Mario o Lautaro Martínez. A ellos, se suman los incondicionales aportes de Candreva o Brozovic. Y sin dejar de lado la explosión (por fin) de jugadores como Perisic. Con todo esto de por medio, nos encontramos con un club que vuelve a coger la forma que nunca debió haber perdido y una estrella que está dispuesta a liderarlos a todos...¿a cualquier precio? No. Que hasta ahora estuvieramos hablando de las motiviciones deportivas para continuar no son más que unos mínimos a cumplir a la hora de sentarnos a negociar las condiciones de renovación. Unas condiciones que, por cierto, exijo que se cumplan desde ya y con una subida de sueldo que yo, Wanda Nara como representante de Mauro Icardi, considero acorde al rol de mi cliente en este nuevo proyecto. Vaya panorama. Cuando parecía que todo iba en la misma dirección, la parte del futbolista se desmarca demostrando que no hay una dirección en la que remar que no pase por sus exigencias. Porque, como he dicho antes, nada de negociaciones, peticiones o sugerencias. Desde el principio, exigencias. Muy bien. Puestas así las cosas, me parece un error de bulto por parte del Inter no haber dejado al futbolista negociar con la Juventus. Con esos modos y entrando en un vestuario con el vencedor por unanimidad de 'Mr. Ego' durante los últimos 15 años...igual era la bomba más explosiva y dañina que podía entrar en el vestuario del Juventus Stadium. Si no supiera los orígenes de la relación existente entre Wanda Nara e Icardi, pensaría que estamos ante la versión femenina de Mino Raiola y punto. Y que el pobre jugador está simplemente 'a verlas venir'. Pero no puedo evitar saber como se conocieron y eso me lleva, inevitablemente, a trasladar, aunque sea mínimamente, la parte personal al campo de entrenamiento. Sobre todo cuando ya tengo en el corral a un gallo que no consiente que haya otro. Es más, antes de que haya otro, no dudará en hacérmelo explotar por los aires. Porque con un "si el resto de compañeros hubieran estado a mi nivel..." ya tienes el lío montado. Y sabemos por experiencia que al señor Cristiano Ronaldo poco le cuestan este tipo de declaraciones. ¿Ronaldo e Icardi en el mismo vestuario? En la play y poco más. Es una combinación demasiado inestable para la cantidad de millones que suman sus dos fichas. En cualquier entrenamiento, partido, acto o incluso viaje del equipo puede saltar todo por los aires por un simple comentario. Por esto, no entiendo muy bien la actitud del Inter con respecto a no dejar negociar a Icardi con la Juventus. Más allá del obvio refuerzo que supondría para un rival directo.
Y ahora, una vez criticada la actitud de un futbolista que va a dejar por la puerta de atrás el equipo que le ha dado todo por culpa de no saber comportarse y de no saber hacer las cosas, sigamos hablando del club. Como he dicho antes, Icardi tiene razón y el Inter no pasa por su mejor momento en cuanto a calidad de plantilla se refiere. Está claro que su mejor futbolista de campo es Icardi. De eso no hay duda. Bueno, no hay duda porque tiene 26 años y Lautaro 21. Pero dejémoslo así. Una serie de fichajes como Godín, Barella, Politano o Lazaro han venido para aportar calidad en el caso del primero y savia nueva en el caso de los demás. Unidos a la incorporación de Conte, todo parece apuntar en la dirección que pedía Icardi. Y una vez hecho y dicho esto...Icardi apartado del equipo. ¿Por qué? ¿Acaso no tenía razón? Puedo estar de acuerdo en castigar las formas, pero apartar de esa manera a tu mayor activo en la plantilla...igual ha sido calentarse. Pero como de calentones va la cosa, pues aparece entonces el nuevo, el que acaba de llegar y como si hubiesen acabado de contarle la película hace 5 minutos, sale en 'modo cuñao' a rueda de prensa a decir, textualmente, que el Inter no cuenta con Icardi y que Icardi ya no forma parte del proyecto del Inter. Pues muy bien. Acabas de reducir el valor real del futbolista (y, por tanto, como activo que es de la entidad, el del club) en unos 50 millones de euros. Euro arriba, euro abajo. Porque, como equipo comprador, me da igual que no me lo vendas. Contaba con ello y tengo otros tres en la recámara. Los cuales, por cierto, no darán tanta guerra a la hora de negociar como tu has ido pregonando. "Si te hago el favor de comprarlo será bajo mis condiciones". Esta es la frase que define cualquier negociación, a día de hoy, sobre Icardi. Un futbolista por el que se debería estar pegando la aristocracia europea, está en las mismas condiciones de negociación que Balotelli, Bendtner o Drenthe. Todos ellos muy buenos. Y un dolor de cabeza de niveles insostenibles para cualquier entidad deportiva. Pero el problema del Inter con Icardi lo han generado ellos mismos al ir pregonando todas las complicaciones con las que se iban encontrando en cuanto a la actitud del futbolista y su representante. Si Icardi hubiese empezado la pretemporada como Bale, James, Pogba o Neymar, con sus "dimes y diretes" entre los "me quiero ir" y los "el jugador es nuestro y ya veremos que pasa", si eso se hubiese llevado así en el caso de Icardi, hoy, Icardi ya no sería jugador del Inter y el club neroazzurro tendría entre 80 y 120 millones en efectivo en caja. Estando como están las cosas realmente, no creo que salga por más de: cesión de un año (o dos) con obligación de compra por valor de 30 millones.
Vaya forma de devaluar a un futbolista entre todos. Espero que la decisión final nos permita seguir disfrutando de los goles de un delantero con la capacidad de muy pocos para meterla en la jaula. Y en respuesta a la pregunta obligada de la sección, creo que no sólo no está sobrevalorado sino que, como hemos podido ver a lo largo del artículo, se trata de un jugador al que, entre todos, se están encargando de enterrar en vida. Creo que es un jugador que vale bastante más de lo que será su precio final.
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