Se acabó el culebrón. Finalizó la Super Final del siglo, ese River-Boca que parecía imposible que llegase a buen puerto, finalmente terminó en una fiesta del fútbol en Madrid. Un partido de no una excelsa calidad, pero de bravura inconmensurable y con gran respeto de toda la afición. A nadie se le fue de las manos, cosa importante.
En lo que se refiere al partido, River, durante esta etapa que ya le dura 5 años, ha demostrado jugar al fútbol mejor que Boca, no ser explícitamente mejor, pero si poner en escena un fútbol más acorde a unas ideas básicas para triunfar en ámbito internacional. Gallardo está construyendo una etapa dorada de River con 9 finales ganadas de 11 disputadas en las que ha ganado dos Libertadores, la Sudamericana, Recopa Sudamericana, Copa de Argentina entre otros. Por su parte, Boca parece haber perdido su mística internacional para encontrar un juego de garra, de contacto, de lucha que le hace triunfar en Argentina pero ser muy débil en lo continental.
La primera parte fue para Boca. Sin discusión. Los Xeneizes maniataron a un River que no conseguía salir dando dos pases seguidos. Boca a base de empuje consiguió anotar un gol mediante Benedetto que le ponía las cosas muy de cara. Los centrales de River no sabían por donde les venían y Boca estuvo mejor que bien. El error ocurrió tras el descanso. EL partido lo pierde Schelotto el solito cuando en el minuto 62 decide quitar a Benedetto, que estaba dando muchísima presencia en ataque, para meter a Ábila. Que Benedetto estaba acalambrado dicen algunos, que no podía más y pidió el cambio dicen otros... la realidad es que sacó a Benedetto para poner a un Ábila que no estaba para jugar. Amén de no tener un estado físico como para jugar, no se enteró de nada. Cuando decimos que Barros Schelotto elige jugar de esta manera con Boca es una realidad. En el momento en el que un técnico decide dejar a Tévez fuera hasta el minuto 113 de partido y a Cardona en la grada para apostar por jugadores como Gago o el propio Ábila. Boca tiene un banquillo lo suficientemente extenso como para intentar jugar a otra cosa.
Con la autodestrucción de Boca, llegó el momento de River. Al principio no consiguió hacerse claramente con los mandos, y Gallardo rápidamente se dio cuenta que el partido necesitaba a Quintero. Y así lo hizo. En cuanto Quintero saltó al campo en el 58 y el partido cambió. Muchos caímos en la trampa de pensar que era un error que Quintero no fuese de la partida, pero Gallardo ha demostrado ser fenomenal gestionando los tiempos del colombiano. Se podría decir que Quintero es el mejor suplente del mundo. No es menos cierto que hizo un amago de autodestrucción cuando sacó a Ignacio Fernández del campo para meter a Zuculini, pero acabó en un susto. También hay que comentar que a pesar de que River está un escalón por encima de Boca, la expulsión, absurda pero justa, de Wilmar Barrios le dio mucho aire a River.
Se vio perfectamente lo que propone Boca cuando encajó el 2-1. Mucha garra y mucha lucha pero a base de pelotazos, sin nada en concreto, pero que incluso con 9 en el campo tras salir Gago lesionado, estuvo a punto de conseguir el empate. Lo que propone Boca hace que un jugador como Pavón corra más hacia atrás que hacia delante, y eso se nota.
River por su parte debe entender que con una defensa como la de ayer corre mucho riesgo de llevarse un susto el día que los de arriba no estén finos. Otro punto es la decepción que ha supuesto Armani. Es cierto que no es un mal portero, pero fue un auténtico flan durante los dos partidos. Es un portero que no ha dado seguridad en ningún momento y por ahí pueden llegar bastantes errores de los centrales. Otro punto es que River pierde dos jugadores importantes en enero: Palacios que fichará por el Real Madrid y Pity Martínez que en enero jugará en la MLS pero también hay que pensar que Borré (sancionado) y Scocco (lesionado) no pudieron jugar la gran final.
River campeón y Boca murió con las botas puestas. Respeto futbolístico inmenso a ambos conjuntos. Un aplauso para todos los hinchas que viajaron a Madrid para presenciar el partido. Anoche se puso un final inmejorable a una polémica que sacudió el fútbol hace unas semanas. Ahora no caigamos en errores del pasado, este es el camino.
Enhorabuena River campeón y ¡dale Boca!. Que maravilloso espectáculo. Fuego sagrado. Siga jugando así River y que grande Boca, esto es 'La Nuestra' tan famosa argentina. De diez.
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