viernes, 14 de diciembre de 2018

A.C. MILAN: CRÓNICA DE UNA MUERTE ANUNCIADA


Desgraciadamente, no se me ocurre un título más tópico ni que describa mejor la situación por la que atraviesa el segundo equipo que más veces ha ganado la mayor de las competiciones continentales. El 7 veces campeón de Europa sigue haciendo el ridículo, año a año, en una espiral de autodestrucción que sólo puede acabar en la disolución del club para empezar de cero.


Hace no muchos años, cuando al A.C. Milan le caía en la fase de grupos de la Champions unos rivales como el Olympiacos o el Real Betis Balompié, había un claro favorito. En primer lugar porque, de esos tres, sólo había uno que fuese equipo habitual de la competición, y segundo, porque los presupuestos, la historia y los jugadores de dichos equipos mostraban a las claras quién era el 'coco' de ese grupo. Hace no muchos años, nadie se habría cogido al Betis en algún videojuego de fútbol para intentar ganar a su amigo, ese amigo que había escogido jugar con el A.C. Milan. Y si se decantaba por el Betis o el Olympiacos era simple y llanamente para demostrar su superioridad y dominio del videojuego en cuestión. Hace no muchos años, el A.C. Milan concatenaba ganadores del Balón de Oro como el pueblo de Abraham concatenaba profetas en el antiguo testamento. Hace ya muchos años que un servidor se hizo seguidor del equipo 'rossonero' por el simple hecho de ser uno de los equipos que gustaba ver en Europa por tener ese 'gen ganador' que lo impulsaba hasta cuando en la competición doméstica las cosas no iban muy allá. Y es que, en Europa, lo bonito es ganar al Bayern, al Manchester United, a la Juventus, al Real Madrid, al Barcelona...y, hace no muchos años, al A.C. Milan.

Y sí. He de pedir disculpas por el carácter nostálgico de este artículo porque eso es de lo que va. De nostalgia y desesperación de ver que ese recuerdo de 2006 es lo único que nos queda. Desde aquí, desde estas líneas, doy por finiquitada mi relación con el A.C. Milan. Alguno pensará que soy un desertor, chaquetero, que me bajo del barco antes de tiempo...pero eso es de lo único que viven los actuales dirigentes. De ese chantaje emocional. De ese "si te vas ahora, no vuelvas cuando ganemos" y hacernos dudar. Pero es un argumento que, cuando ves al Titanic con la proa fuera del agua y empezando a partirse, ya no vale. Lo siento en el alma, Gennaro, pero tengo poco tiempo libre y ya no me interesa seguir sufriendo mientras observo el rumbo (a la deriva según las últimas experiencias de años) de un equipo que reconozco que me ha hecho vibrar, al que he visto perder contra el Liverpool y no rendirse hasta vengarse. Al que he visto ganar al "Dream Team" por 4-0 en la final de una Champions. Pero yo no puedo seguir perdiendo el tiempo en seguir creyendo que habrá resurrección cuando, no sólo no llega, sino que además, el cadáver empieza a oler a putrefacto. Y ya no pienso entrar más en la plantilla, planificaciones, entrenadores, directiva, etc... porque al final, lo que empezó haciendo gracia cuando se intentó sustituir a Ibrahimovic con Bojan en primer lugar, y Torres después, se ha convertido en el día a día de este club. Siendo los últimos movimientos los que muestran todo esto con más claridad: Fichar a Reina (como si fuera capaz de suplir a Donnarumma) sin vender a Donnarumma, para que el suplente sea el hermano mayor de Donnarumma es tan retorcidamente extraño y absurdo como juntar en un vestuario a Halilovic y Gattuso, o pretender que Higuain deje de comer gofres. ¡Ah! ¡se me olvidaba! fichar a Higuain cuando no lo quieren ver más en Turin, a cambio de una millonada, para que juegue Cutrone…¡como si Cutrone fuese bueno! de verdad, basta ya. 

Creo sinceramente que estamos ante un equipo que ha perdido su identidad y que se ha ganado un puesto de honor dentro de una sección (¿QUE FUE DE...?) que estaba reservada, en principio, a jugadores que hubieran desaparecido de las portadas, y en la que jamás pensé que pudiera entrar un club entero, menos aun del calado y la historia que arrastra todo un A.C. Milan. Pero es que está intentando de una manera angustiosa y cómica hacer ver que saben lo que se está haciendo, y que por el camino se está llevando a los aficionados que, desde que éramos pequeños, soñábamos con defender algún día esos colores si, por el motivo que fuese, no pudiéramos defender los del equipo de nuestra localidad. Nosotros somos, por motivos evidentes, los primeros en caer y, quizás, seamos los que menos importemos en esta historia. Pero lo que no deseo ni a mi peor enemigo es la sensación que debe tener desde hace años ese aficionado de Milan que ha visto a su equipo levantar tantos títulos, que ha visto en un mismo plantel a: Dida, Cafú, Maldini, Nesta, Kaladze, Gattuso, Pirlo, Seedorf, Kaká, Shevchenko e Inzaghi. Con gente en el banquillo como: Stam, Rui Costa, Gilardino o Vieri, por ejemplo. Ese aficionado con su abono que este año tiene que ir domingo tras domingo a gritarle a Higuain que la portería rival está en la otra dirección, ese señor, es el verdadero damnificado en todo esto. Cuando has visto jugar juntos a los anteriormente mencionados, ¿con que cara miras a Gattuso para intentar hacerle ver que Castillejo, Higuain y Cutrone no son Kaká, Shevchenko e Inzaghi? ¿Cuál debe ser el nivel de desesperación al ver que es algo que, siquiera, haga falta decir? ¿de verdad nadie con voz o voto en el A.C. Milan se da cuenta del estropicio? No. Y no lo van a hacer. Porque justo antes de caer eliminados contra el Olympiacos en la Europa League, la noticia en Milan era que no hacía falta buscar un central, que la reconversión de Abate en central era suficiente como para no acudir al mercado... Señores, fue un placer animar con ustedes pero yo me levanto y me voy.

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