Estas últimas temporadas estamos asistiendo a un cambio radical en el deporte rey, el fútbol. Se están instaurando reglas nuevas paulatinamente, como el parón para beber agua, el cuarto cambio en las prórrogas, la llegada de la tecnología como el VAR o el Goal Line Technology e incluso propuestas de ampliar el número de extracomunitarios permitidos, pero hay antecedentes que nos demuestran que las reglas nuevas hay que pensarlas y darles más de una vuelta.
"El partido más raro de la historia", como lo bautizan algunos, fue un claro ejemplo de esto. Tenemos que viajar hasta 1994, a la Copa del Caribe. Todo hacía indicar que sería una nueva edición de una copa sin una gran trascendencia para el mundo del fútbol, pero la aplicación de una nueva norma hizo que uno de los partidos de la primera fase pasara a la Historia, y no por el buen fútbol practicado precisamente.
El grupo 1 estaba formado por las selecciones de Puerto Rico, Granada y Barbados. Granada batió a los puertoriqueños por un confuso 2-0 (ganó con gol de oro de valor doble, cosa que se explica más adelante) mientras que Barbados había caído por la mínima, 1-0, contra Puerto Rico. Esto hacía que Granada y Barbados se jugasen la clasificación en el último partido con Puerto Rico ya eliminada.
A los granadinos les valía perder por 1 mientras que sus rivales de Barbados necesitaban ganar por diferencia de dos. Entre números, cuentas y estrategias se recalcó que la nueva medida aplicada al torneo estaba ahí y no había que olvidarse de ella; no sólo no se podía empatar, sino que en caso de anotar un gol de oro en la prórroga, este valdría doble. Y teniendo todos claro esto, el 27 de enero de 1994 arrancó el partido.
Al principio fue todo normal. Barbados buscando adelantarse y Granada defendiendo. Barbados se consiguió adelantar en el marcador, la clasificación estaba mucho más cerca, únicamente necesitaba otro gol. Todo parecía de cara cuando Barbados consiguió anotar el segundo tanto. En ese preciso instante, Barbados avanzaría a la segunda fase del torneo. Todo estaba relativamente controlado, pero cambió cuando Granada anotó el 2-1 en el minuto 83 de partido. A Granada le valía y a Barbados le quedaban 7 minutos para anotar el 3-1.
No obstante, Barbados vio la solución muy rápidamente y de manera más sencilla que anotar el 3-1. Terry Sealey, defensa, empezó a pasarse el balón en corto con su portero Horace Stoute, pases cortitos y al pie dentro del área, así hasta el minuto 87, en el que Sealey, ni corto ni perezoso, anotó en propia puerta el segundo tanto para los Granadinos, empatando así el partido.
Es importante recordar y recalcar la nueva norma. El partido no contemplaba la posibilidad de finalizar en empate y, además, si se anotaba gol de oro, este valdría doble, por lo que Sealey, le había dado 30 minutos más a Barbados para anotar un gol.
Los granadinos se dieron cuenta de eso, y aquí es donde viene lo raro. Granada sabía perfectamente que le valía igual ganar por uno que perder por uno, por lo que la selección de Granada empezó a atacar en ambas porterías y la de Barbados a defender también ambas porterías. Una cosa sensacionalmente surrealista.
Nada más sonar el pitido de saque de centro, 6 jugadores de Barbados corrieron a defender la portería de Granada, 4 más el portero se quedaron en la propia y Granada atacaba sin descanso ambas porterías con 3 minutos restantes en el crono. Finalmente llegó el minuto 90 y el partido estaba con 2-2, lo que le hubiese valido a Granada, pero con la nueva regla nos íbamos a la prórroga.
En la prórroga anotó Barbados un importantísimo gol de oro, que al valer doble, ponía el 4-2 en el marcador, provocando la clasificación de los barbadenses para la siguiente fase de la Copa del Caribe. No llegaron mucho más lejos, ya que en la siguiente fase fueron eliminados, quedando terceros en el grupo de Trinidad y Tobago (ulterior campeona), Guadalupe y Dominica, pero la anécdota ha trascendido lo curioso instaurándose como un capítulo propio de la Historia del Fútbol..
Una regla que no se le dieron las vueltas necesarias y que provocó uno de los episodios más extraños de la Historia de nuestro deporte. Una regla que tuvo a Granada clasificada durante 5 minutos al aprovecharla en el primer partido pero que Barbados supo aprovechar para sacar petróleo.
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