viernes, 13 de julio de 2018

FRANCIA - CROACIA: ¿TODOS VAMOS DE AJEDREZADO?


Es increíble ver como todo el mundo se está volcando con la selección croata. Parece que Francia sea el imperio del mal, el enemigo a derrotar. Pero, ¿qué nos está motivando tanto para animar a una selección sin gran historia futbolística? ¿por qué queremos que gane Croacia a Francia y, si puede ser, con un marcador que quede para siempre recordado en los libros de historia? Vamos a ver en unas breves líneas cuales pueden ser las causas de esto y como vemos la final...


En primer lugar, es inevitable reflejar el hecho de que gran parte de la motivación para animar a Croacia es la novedad. Igual que en su día hubo una gran fiebre por el Mirandés en la Copa del Rey, o por el Leicester City en la Premier League. Lo nuevo siempre despierta simpatía. A lo que debemos sumar una cierta sensación de justicia si es Croacia quién levanta la Copa del Mundo. Porque han sido superiores en juego a casi todas las selecciones a las que se han enfrentado y, con sus limitaciones (sobre todo en defensa) no han renunciado a su juego de toque y control de la pelota, haciendo de su principal virtud un arma muy peligrosa: el centro del campo. Rakitic-Modric, Modric-Rakitic, llámenla como quieran, pero esa pareja de jugones nos tiene enamorados a todos, y más concretamente en España. Posiblemente, si se le pregunta a cualquier aficionado azulgrana sobre su jugador favorito del Real Madrid, la respuesta sea Modric. Y a la inversa, si obviamos a Messi, probablemente el resultado, por lo menos este último año, sea Rakitic. Yo siempre he defendido que Rakitic fue un fichaje del Barcelona para suplir el no haber podido fichar a Modric porque se adelantó el Real Madrid. Lo de la afición del Barcelona con Modric es un poco el caso de Neymar dado la vuelta. Y siempre dije que Rakitic era un "la marca blanca de Modric". Pero esta última temporada y, también durante el mundial, Rakitic me ha demostrado que es mucho más que un mero acompañante para Modric o Iniesta. Además de las virtudes conocidas de golpeo, control y visión de juego, he visto a un Rakitic queriendo tirar todas las faltas, queriendo tirar los últimos penaltis y con ganas de echarse a la espalda a una selección que parece vivir por y para Modric. Es cierto que el '10' del Madrid es muy bueno, muchísimo más de lo que se le ha venido reconociendo y que, para mí, hace más de 5 años que estamos ante el mejor mediocentro del mundo. Y digamos que ese problema que hace 6-7 años tenía Modric con Iniesta o Pirlo, a nivel nacional, siempre lo ha tenido Rakitic con Modric. Para los croatas, Modric lleva muchos años siendo el mejor del mundo...y también tenemos a Rakitic. Esa es un poco la sensación que se percibe con respecto al Suizo-croata (sí, Rakitic nació en Suiza y tuvo que tomar una difícil decisión cuando Slaven Bilic (seleccionador croata hace 10 años) se plantó en su casa de Basilea para pedirle que jugase para Croacia. Y ya sabemos cual fue la decisión final, aunque con Suiza jugó hasta la selección sub-21). Pero dicho esto, esta Croacia no son sólo Modric y Rakitic (aunque sí en gran parte). Rebic y Perisic también están aportando lo suyo. El primero mucho más de lo que esperábamos todos, y el segundo mucho menos de lo que esperaba la gente y mucho más de lo que yo tenía calculado. Ivan Perisic, sin ser el peor futbolista de la historia del fútbol es, en mi opinión, uno de esos jugadores sobrevalorados porque, de vez en cuando, le salen cosas bien. Y, reconozco que, cuando le salen, hay que quitarse el sombrero. Pero el porcentaje de acierto es tan bajo que, considerar que es capaz de hacer ciertas cosas es "cuasi-mentira". Casi más achacables a la suerte que al talento. En cualquier caso, Croacia ha juntado a un centro del campo con un talento que está por encima de 9 de cada 10 selecciones rivales. En este mundial, Alemania y España eran las únicas que estaban por encima de Croacia en cuanto al centro del campo. Y como último argumento para los nostálgicos está la Croacia de Súker, Boban, etc... que, tras adelantarse en el marcador con gol de Suker, vio como la Francia de Zidane, Djorkaeff, etc... le daba la vuelta al marcador con dos goles de...¡Thuram!. Es casi de justicia poética, karma o como quieran llamarlo que el domingo se consume la venganza de los croatas contra los franceses.

Y en el otro lado está Francia. La pegada. Esa selección con un centro del campo destinado a robar balones (Kanté-Matuidi son la antítesis de Modric-Rakitic) y un ataque que busca siempre salir como un rayo con M'Bappé (posible Balón de Oro con 19 años si lleva a Francia a ganar el mundial con una actuación brillante en la final), Griezmann y Giroud. Esta Francia vive de las carreras de M'Bappé y los balones en largo de más de 50 metros a la espalda de la defensa de Pogba. Paul Pogba, ese jugador que, siendo verdad que está jugando muy por encima de mis expectativas, sigue obsesionado con otro deporte: el rugby y sus famosas 'patadas a seguir' que es lo que le envía a M'Bappé para que corra. Si por lo que fuese, los delanteros ya estuviesen en la zona de recepción de la patada, será Giroud quién la baje para Griezmann que será quién asista/dispare. El plan no puede estar más claro, ser más simple... ni más efectivo como estamos viendo a lo largo del mundial. Además, el fondo físico de auténticos atletas de Pogba, Matuidi y, sobre todo, Kanté, está siendo definitivo para ponerle la guinda al pastel de un equipo que, siendo bastante peor de lo que dicen y de lo que demuestra, está sacando los resultados que necesita. Es impresionante ver a Pogba pegar un patadón, que Giroud la baje, que Griezmann piense que hacer con la pelota y que, en el entre tanto, sea el propio Pogba el que la pida dentro del área para rematar. La superioridad física francesa es incuestionable y, sinceramente, creo que será determinante en una final marcada por la calidad de los croatas...y los 90 minutos extra que llevan en el cuerpo respecto de los franceses, fruto de tres prórrogas en las tres rondas anteriores. Pero es que, aunque lo intento, la Francia de Deschamps no me da ni para escribir más. Porque no es más que lo ya expuesto.

En resumen, ir con Croacia es ir con la épica. Todo en su contra. No son favoritos, no son más fuertes y llevan más minutos en sus piernas que los minotauros favoritos a los que se van a enfrentar. Y quizás sea ese el mayor de los motivos para ir con Croacia. Son técnicamente superiores, por lo que no sólo no es descabellado pensar en su victoria sino que, para los amantes de este deporte es bastante más emotivo presenciar a un gran talento técnico que a un gran talento físico. Y, además, animarles es animar a la novedad y a la épica. Esa épica que llevamos echando de menos en el fútbol, en general, desde hace muchos años. Lo siento por los franceses, a los que reconozco como un equipo que ha realizado un gran mundial y que merecen, sin duda, estar dónde están. Pero un servidor, el domingo, se vestirá de ajedrezado.

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