miércoles, 20 de junio de 2018

KALINIC A SU CASA Y OTROS GRANDES SINSENTIDOS


Esta semana nos hemos quedado helados con la noticia de que Nikola Kalinic ha sido expulsado de la concentración de Croacia. Y es que los mundiales están tan bien impregnados de una serie de sinsentidos, tanto fuera como dentro de la cancha. Y aprovechando el tirón de otra de esas historias que se contarán dentro de unos cuantos años (o, por lo menos, deberían de contarse) vamos a recordar algunas de las más fuertes ocurridas en mundiales anteriores

En primer lugar, y aunque haya pasado desapercibido para el público en general, lo ocurrido con Kalinic es para despedir a más de uno, empezando por el seleccionador y, por supuesto, terminando con Kalinic, evidentemente. ¿Cómo puede ser que en el primer partido de la ronda de grupos, el entrenador le diga a Kalinic que caliente para salir y este le conteste que quedan sólo 10 minutos y que no va a jugar; que le duele la espalda? ¿Nos hemos vuelto todos locos? Pero es que la reacción de: "Pues te vas a tu casa", teniendo en cuenta que no hace ni un mes que podrías haber escogido a otro y no tirar a la basura una de las 23 fichas, igual es una 'calentada' mayúscula. Y es que Zlatko Dalić es un claro ejemplo de persona irresponsable. ¿Tu lo has traído? Asume. Porque la culpa de Kalinic esté camino de su casa, puede ser de Kalinic (en parte, insisto en que, primer partido, a tu casa, igual es una 'calentada' gorda), pero la culpa de que, hoy por hoy, Croacia tenga 22 jugadores y el resto de selecciones tengan 23 es, única y exclusivamente, del señor Zlatko Dalić. Pero no todos los palos van a ser para el entrenador, y así, de paso, enganchamos con la siguiente historia. Kalinic, amigo, ¿qué pasa por esa cabeza? que estamos hablando de un mundial; una competición que se celebra cada 4 años (si eres un fuera de serie jugarás 4 y si no hay otro en tu posición jugarás 5 mientras te preparan la jubilación) que casi todos los jugadores profesionales se retiran sin haber participado en ninguno, sean del país que sean porque tu país tiene clasificarse, lo primero, y lo segundo es que sólo van los 23 mejores de cada país. 10 minutos de un mundial son lo que todo jugador recuerda en su trayectoria futbolística y llegas tú, y te sientes despechado, ninguneado, maltratado o algo por el estilo porque "solo" ibas a jugar 10 minutos en el primer partido. Pues anda que tienes claras tus prioridades, campeón...

Y hablando de prioridades, ¿os acordáis de Fernando Carlos Redondo? Ese fenomenal mediocentro del Real Madrid que, en la convocatoria para el mundial de 1994 celebrado en EE.UU. tuvo que elegir entre cortarse el pelo por exigencia (algo extravagante, no lo vamos a negar) del seleccionador o no ir al mundial. ¿Qué decisión tomó? Correcto, se quedó sin mundial. Aunque lo cierto es que parece ser una leyenda urbana porque, según publicó Horacio Pagani en el diario Clarín, hubo una conversación posterior entre Passarella y Redondo en la que Passarella estaba dispuesto a transigir con lo del pelo si Redondo se comprometía a jugar por la banda izquierda. Redondo también dijo no. ¿Hasta dónde puede llegar el 'ego' de un futbolista? Es una pregunta que debe responderse en magnitudes astronómicas. Porque si lo del corte de pelo es, como dicen en Argentina, una leyenda urbana, menos aún entiendo lo de la posición. Lo del pelo lo meto dentro del saco de "excentricidades y demás enfermedades mentales asociadas al fútbol", lo que coloca el incidente en un segundo plano dado que no me queda muy claro cual de los dos personajes está peor de la cabeza (sigo pensando que Redondo, que era cortarse el pelo, no circuncidarse, compadre). Pero si aceptamos la premisa de que se trató de un tema posicional sobre el verde, la figura de Redondo cae mucho más abajo, si cabe, que con la historia de Daniel "manostijeras". Máxime cuando, a los pocos meses de haber acabado el mundial, el señor Fernando Redondo se cortó el pelo, como lo oyen. Absurdeces a parte, insisto en que ser llamado para representar a tu país con otros 22 tipos es dejar en casa a mucha gente que, además, va a gritar hasta la extenuación para apoyarte. Y en Croacia, como ocurre en el caso de Kalinic, igual no tanto, pero ¿ir a un mundial con Argentina? Que igual no son lo mejor del mundo, igual también es cierto que Maradona ganó dos mundiales cuasi-consecutivos y que, salvando esos mundiales, Argentina no ha empatado contra nadie, pero en Argentina dices la palabra "MUNDIAL" y la gente pierde la cabeza. Un país en el que la gente mata (literalmente) por ir a ver un mundial, imagínate por jugarlo. Pues Redondo no estaba dispuesto a jugar por la banda. Insisto, prioridades...

Y siguiendo con lo de hilar párrafos y lo de matar por mundiales, ¿os acordáis de Andrés Escobar? Para los que no sepan quién es, se trata de un jugador colombiano que, siendo capitán del equipo cafetero en el mundial de 1994, fue acribillado a tiros en Medellín 10 días después de meterse un gol en propia meta en dicho mundial. Ese gol le costó la eliminación a Colombia en fase de grupos y la célebre fase que se le recuerda, nada más acabar el partido es la siguiente: "La vida no termina aquí, es sólo un partido de fútbol". Pero lo curioso del caso es que, si bien es cierto que el asesinato está íntimamente relacionado con el narcotráfico colombiano, el bueno de Andrés nada tenía que ver con el famoso narcotraficante Pablo Emilio Escobar Gaviria. No eran familia, ni siquiera se conocieron. La coincidencia de apellidos provocó otra de esas leyendas urbanas que para nada tienen parecido alguno con la realidad. El asesinato de Andrés Escobar quedó relacionado con el narcotráfico por motivos de grandes sumas de dinero en apuestas realizadas por los narcos a favor de Colombia y que quedaron en nada con la eliminación del conjunto cafetero. ¿Liarse a tiros con el chaval? Exagerado, sin duda, pero desgraciadamente, los años del declive del narcotráfico en Colombia (Pablo Escobar fue asesinado en 1993) fueron muy duros en cuanto a atentados, muertes, etc...años en los que, si vemos el asunto con un poco de perspectiva, la vida carecía casi por completo de valor. Y esa falta de apego por la vida llegó hasta los campos de fútbol, llevándose por delante la vida un buen futbolista que estuvo en el sitio equivocado y en el momento equivocado. ¿Por qué hablar de Andrés Escobar? Porque creo que tanto lo de Kalinic como lo de Redondo son cosas que han ocurrido entorno a los mundiales recientes y que, en mayor o menor medida, podrán tener su recuerdo en el tiempo u olvidarse sin mayor trascendencia. Pero ya que escribo un articulo para sacar a la luz anécdotas inexplicables de los sinsentidos en los mundiales, desempolvando historias caídas en el olvido, me ha parecido más que apropiado hablar del mayor de los sinsentidos jamás producidos, y que nunca debe ser olvidado con el fin de evitar que se repita: Y es que un jugador fue asesinado por meterse un gol en propia meta.

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