La expresión "en el fútbol está todo inventado" en muchas ocasiones nos parece algo exagerada, ya que de vez en cuando aparece un gran entrenador que se saca de la manga algo fantástico, un fichaje espectacular que parecía imposible o una acción individual digna de enseñarse en los libros de historia. Sin embargo hay anécdotas, historias o detalles que nos hacen darnos cuanta de que esa frase es muy cierta y hoy os traemos una de esas anécdotas.
Corría el año 1996, el Liverpool de Roy Evans empieza tener fuertes exigencias de ganar un título, evidentemente esa Premier que se resiste año tras año no ayuda a pesar de no hacer malos papeles en la competición doméstica, si a esto le sumamos la falta de definición en las rondas finales de las múltiples competiciones del KO en las que los "Reds" participan, la situación empieza a ser angustiosa. Hablamos de que el Liverpool se enfrenta a la temporada 1997-98 habiendo conquistado una solitaria Copa de la Liga desde que se levantó la FA Cup en 1991, a todas luces insuficiente para uno de los gigantes británicos.
En esa temporada, Roy Evans por fín empieza a tirar de jóvenes de la casa como Owen o Carragher con más asiduidad y junto con jugadores ya contrastados como Fowler, Riedle, Redknap o McManaman ensambla un equipo muy sólido, sin embargo la irregularidad es la nota dominante del equipo del Mersey. Una pronta eliminación en la UEFA, unido al batacazo de caer en la primera ronda de FA Cup, hace que el Liverpool ponga todo su empeño en la Copa de la Liga, donde cae en semifinales, y en la Premier. A pesar de dar bastante guerra en el campeonato de la regularidad se les escapa en favor de un Arsenal que les endosó mas de 10 puntos de ventaja.
Roy Evans es un tío muy querido en Liverpool, pero el que se haya cosechado otra temporada en blanco no es admisible en un equipo del calado del equipo inglés más laureado en Europa. En el verano de 1998 se toma la decisión de fichar a Gérard Houllier, ex-seleccionador francés en 1992 y 1993 y asesor y ayudante de Aimé Jacquet durante el exitoso mundial para la selección del gallo jugado ese mismo verano, pero ojo, que no todo es lo que parece.
A priori la idea es buena, hay un entrenador contrastado, con Ligas a las espaldas y que en el triunfo en el Mundial se le puede achacar un porcentaje alto de la culpa. Ahora viene lo raro. En la cúpula del conjunto de Anfield se decide que el fichaje de Hollier es necesario, pero que Roy Evans no ha hecho un mal trabajo, lo que provoca que en septiembre de 1998 el Liverpool se convierta en el equipo de los dos entrenadores. No un primero y un segundo, o un entrenador y un asesor, no, ambos técnicos tendrán las mismas competencias, ambos serán primer entrenador y tendrán que consensuar posturas.
La cosa no acaba de ir bien. Roy Evans es un entrenador que busca talentos fuera, con un estilo de juego muy británico y que los jugadores únicamente son competencia suya desde que saltan al campo hasta que lo abandonan. Por su parte, Houllier es un entrenador que busca un fútbol control con salidas espontáneas e implacables, que conoce absolutamente a todos los chavales del filial y que tira de ellos y que esta absolutamente convencido de que para que un jugador rinda debe cuidar la alimentación y evitar el alcohol. Ambos estilos chocan desde el primer día. El Liverpool no arranca. No hay comunicación en el campo y los jugadores parecen ausentes.
La temporada va mal. La Premier se escapa, y en noviembre los "Reds" están fuera de la Copa de la Liga y de la UEFA. Finalmente se toma la decisión de prescindir de los servicios de Roy Evans tras las dos eliminaciones coperas pero ese año es del todo irrecuperable, acabando eliminados en segunda ronda de la FA Cup y séptimos en Premier. Y aunque el esperpento duró tan sólo 3 meses es innegable que pasó a la historia ya sea como un hecho curioso, un motivo de mofa o como la idea genial de un loco que no salió bien.
Un experimento que salió mal pero trajo a Houllier hasta el banquillo de Anfield, no hay mal que por bien no venga dicen. Y ese bien es que de la mano del entrenador francés el Liverpool no tardaría en recuperar su gloria, y si bien es cierto que la Premier se le resistió, y se le sigue resistiendo, el triplete copero con FA Cup, Copa de la Liga y UEFA conquistado en 2001 introdujo un gen competitivo en torneos del KO a los "Reds" que supondría la quinta Copa de Europa con Rafa Benítez. Como curiosidad, la trayectoria Hollier en el Liverpool acabó tras un infarto durante un partido en 2004, se fue en el descanso a la enfermería con el dolor en el pecho y al ver que estaban tratando a Heskey, decidió esperar a que acabaran con su jugador para posteriormente descubrir la horrible lesión cardíaca, y aunque abandonó el Liverpool, no abandonó los banquillos.
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