Hoy venimos con uno de esos conceptos que están erróneamente calificados dentro del mundo del fútbol: la asistencia. Dentro de que muchos de los goles que se anotan tienen una sobre ellos la duda sobre fue la definición más valiosa que la asistencia, en otros casos está clarísimo. Hoy vamos a hablar de esas asistencias de "empujarla" y de cómo se confunde la dificultad del pase con la dificultad de verlo.
La máxima expresión acerca de la sobrevaloración de una asistencia la encontramos en Argentina, dónde Héctor Enrique "el negro", en un tono claramente cómico, dijo que "con el pase que le di a Maradona (en el segundo gol en cuartos del mundial del 86 contra Inglaterra), si no hacía gol era para matarlo". Recordemos que, aquel gol, lo anotó Maradona cuando recibió el pase de Héctor Enrique en el centro del campo y metió el balón en la portería tras haber dejado atrás a 6 rivales ingleses, incluido el portero. ¿eso es una asistencia? técnicamente, es el último jugador en tocar el balón antes de que lo hiciera el autor del gol, pero creo que el término asistencia le viene un poco grande. Desde aquí, hasta un remate a puerta vacía, hay muchos grises por el camino. Por eso, para no perdernos en otros debates distintos del tema que nos ocupa, nos quedaremos con las asistencias de remate a un toque (dos, como mucho).
En este sentido, tenemos dos tipos de asistentes: los que pasan el balón por dónde no se puede y los que ven dónde estarán situados sobre el verde los 22 jugadores dentro de unos 10 segundos. Los primeros, son los auténticos magos del balón, los que les da igual cuanta gente haya encima del delantero y el celo con el que se le esté marcando porque el balón va a llegar. No sabes cómo, pero va a llegar. En este grupo podríamos meter a una lista de jugadores brasileños casi interminable, desde Zico a Ronaldinho, pasando por europeos como Modric, Beckham, Bergkamp o Hagi. La pregunta que surge al ver las asistencias de estos jugadores es ¿cómo la has puesto ahí/así? Pases desde la banda izquierda con el exterior del pie derecho a la cabeza/pie del delantero que tenía a dos tíos encima. Son asistencias increíbles. Son pases al alcance de unos poquísimos privilegiados de este deporte que tienen en el pie casi más sensibilidad que en la mano. Desplazamientos de 60 metros al pie como Xabi Alonso o Koeman están también dentro de este grupo si dicho pase acabase en gol (que son los menos, pero alguno hay). "No todo el mundo puede hacer eso" es la sensación que despirtan en todos los aficionados dichas actuaciones. Pero insisto, estos arranques de genialidad tampoco son, hoy, objeto de nuestra reflexión.
Hoy quiero hablar de lo sencillo que es un pase raso. De lo fácil que es hacer pasar un balón entre dos rivales que, evidentemente no van a llegar a interceptar el balón, con la parte interior de la bota que llevemos puesta en nuestro pie de golpeo natural. Es la forma más sencilla y eficaz de sobrepasar una (o varias) líneas rivales. Estamos de acuerdo en que, para que un pase raso fructifique, requiere de un buen movimiento del receptor a la hora de desmarcase o coger la posición para recibir en ventaja, pero si hay 9 compañeros sobre el verde (10 si contamos al portero, que también juega), y vemos que, bien nosotros por tener el balón, o bien un compañero calificado de "peligroso" por el otro equipo, tenemos a dos rivales encima, la matemática no falla. Alguno de nuestro equipo está solo. Y si no lo está, es imposible de creer que, de 10 señores, ninguno esté realizando un movimiento correcto de recepción del pase. La cosa es verlo. ¿Es difícil verlo? no. Pero si es difícil, (sobre todo para los que no hemos criado con Oliver y Benji) jugar a eso tan aburrido de dar un pase fácil y moverse para provocar la aparición de otro pase fácil. Y lo siento mucho, señores, pero esto es el fútbol. Aquel que os dijo que el fútbol son elásticas, rabonas y chilenas os engañó de la manera más cruel. No hablaba de fútbol. Hablaba de recursos muy estéticos dentro de este deporte, pero al alcance de muy pocos...y sobre todo poco prácticos, más para un circo que para un campo de fútbol. Existen otros recursos como la espuela o tacón que, en momentos de acuciante necesidad, se puede tirar de ellos para evitar que la jugada pierda velocidad, con la idea siempre de que, si darla rasa, con el interior, y con el cuerpo bien colocado fuera viable sin ralentizar el juego, primaría sobre el recurso del tacón. A veces un taconazo es más fácil y eficaz que un pase raso y ha de primar sobre éste...pero los casos a lo largo de la historia han sido muy, pero que muy, contados. Y dentro de éste grupo tenemos a grandes figuras que han pasado (y pasarán) a la historia de este deporte como grandes pasadores: Guti, Xavi, Kroos, Pirlo, Kaká, Effenberg, Guardiola, etc... jugadores que sin intentar alardear de su golpeo (o técnica de golpeo más bien), buscan hacer de dicho toque de balón un arma, lo más contundente posible, para hacer gol. Porque los partidos se ganan con goles. Así de simple. En cualquier video (y os animo a ello) que podáis ver en internet sobre asistencias de éstos jugadores lo váis a ver clarísimo. El éxito de éstos reside en disfrutar con la parte "aburrida" del fútbol. Con los pases "fáciles". Porque, por mucha genialidad que viéramos en una asistencia de Guti o de Xavi, eran pases rasos. Y es que ya lo dijo Cruijff: "Jugar al fútbol es muy sencillo, pero jugar un fútbol sencillo es la cosa más difícil que hay".
Hoy quiero hablar de lo sencillo que es un pase raso. De lo fácil que es hacer pasar un balón entre dos rivales que, evidentemente no van a llegar a interceptar el balón, con la parte interior de la bota que llevemos puesta en nuestro pie de golpeo natural. Es la forma más sencilla y eficaz de sobrepasar una (o varias) líneas rivales. Estamos de acuerdo en que, para que un pase raso fructifique, requiere de un buen movimiento del receptor a la hora de desmarcase o coger la posición para recibir en ventaja, pero si hay 9 compañeros sobre el verde (10 si contamos al portero, que también juega), y vemos que, bien nosotros por tener el balón, o bien un compañero calificado de "peligroso" por el otro equipo, tenemos a dos rivales encima, la matemática no falla. Alguno de nuestro equipo está solo. Y si no lo está, es imposible de creer que, de 10 señores, ninguno esté realizando un movimiento correcto de recepción del pase. La cosa es verlo. ¿Es difícil verlo? no. Pero si es difícil, (sobre todo para los que no hemos criado con Oliver y Benji) jugar a eso tan aburrido de dar un pase fácil y moverse para provocar la aparición de otro pase fácil. Y lo siento mucho, señores, pero esto es el fútbol. Aquel que os dijo que el fútbol son elásticas, rabonas y chilenas os engañó de la manera más cruel. No hablaba de fútbol. Hablaba de recursos muy estéticos dentro de este deporte, pero al alcance de muy pocos...y sobre todo poco prácticos, más para un circo que para un campo de fútbol. Existen otros recursos como la espuela o tacón que, en momentos de acuciante necesidad, se puede tirar de ellos para evitar que la jugada pierda velocidad, con la idea siempre de que, si darla rasa, con el interior, y con el cuerpo bien colocado fuera viable sin ralentizar el juego, primaría sobre el recurso del tacón. A veces un taconazo es más fácil y eficaz que un pase raso y ha de primar sobre éste...pero los casos a lo largo de la historia han sido muy, pero que muy, contados. Y dentro de éste grupo tenemos a grandes figuras que han pasado (y pasarán) a la historia de este deporte como grandes pasadores: Guti, Xavi, Kroos, Pirlo, Kaká, Effenberg, Guardiola, etc... jugadores que sin intentar alardear de su golpeo (o técnica de golpeo más bien), buscan hacer de dicho toque de balón un arma, lo más contundente posible, para hacer gol. Porque los partidos se ganan con goles. Así de simple. En cualquier video (y os animo a ello) que podáis ver en internet sobre asistencias de éstos jugadores lo váis a ver clarísimo. El éxito de éstos reside en disfrutar con la parte "aburrida" del fútbol. Con los pases "fáciles". Porque, por mucha genialidad que viéramos en una asistencia de Guti o de Xavi, eran pases rasos. Y es que ya lo dijo Cruijff: "Jugar al fútbol es muy sencillo, pero jugar un fútbol sencillo es la cosa más difícil que hay".
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