Karim Benzema, dorsal 9 en el Real Madrid, dorsal 10 con su
selección, porque el 9 es Giroud. Esta frase resume a la perfección el nivel de
equivocación que existe en torno a la figura del “delantero” francés.
Desgraciadamente, el léxico del fútbol actual me obliga a entrecomillar la
palabra delantero porque, parece ser, que si a un futbolista se le etiqueta
como delantero, tiene que saber rematar, centrar, regatear, correr…y porque no
hay escoba como el curling, que si no, también se les pediría barrer.
Pero ser delantero no tiene porqué significar 30 goles por
temporada y poner, esa cifra, como baremo para evaluar la temporada de un
jugador es algo bastante burdo a la par que frecuente hoy en día. ¿Si mete 25
goles no vale, pero si mete 5 goles más entonces sí? Los goles, salvo para una
especie de delantero muy concreta (en peligro grave de extinción, por cierto),
es un criterio sumamente superficial para evaluar a un jugador. La
incoherencia actual nos lleva a decir que lo que valen son los goles. Pero por otro lado, a decir también que 60 goles de Cristiano Ronaldo no valen porque son
contra el Eibar o 50 de Messi no valen porque no son con Argentina…y antes de,
siquiera ponernos a analizar a un futbolista, me parece muy necesario
estandarizar (en la medida de lo posible y mesurable) los criterios. ¿Los goles valen como baremo o no? Pues mire usted, no. En mi opinión, no. Porque si que es cierto que un jugador como Andy Carroll, Lukaku o Llorente, que no hacen ABSOLUTAMENTE nada más sobre el verde que empujarla, está claro que no hay otra forma de calificar su actuación. Pero conste en acta que no es debido a que el gol sirva como baremo fiable, sino que, para esos señores, es el único dato variable. Porque si no han metido gol, no han aportado nada, eso es seguro. Pero cuando hablamos de futbolistas, no nos podemos ceñir sólo a eso.
Dicho esto, y volviendo a la frase inicial de este artículo,
analicemos a Benzema como si hablásemos de dos futbolistas distintos, a los
que, en adelante, denominaremos “el 9 del Madrid”, por un lado, y “el 10 de Francia”
por otro.
El 9 del Madrid, es mediocre. Necesita muchas ocasiones para
acertar y no tiene sangre ni olfato de gol para estar encima de la línea de gol
cuando el balón pasa por delante de la misma. No tiene mal golpeo a puerta, y
eso es lo que le salva. Golpeo muy pulido con ambas piernas y un remate al
primer toque que sólo rivaliza con el de Luis Suarez a nivel mundial (aunque, últimamente, ambos parecen haberse empeñado en demostrar que ésto no es así). Pero al 9
del Madrid le falla un punto esencial, la mentalidad. De nada sirve pegarle muy
bien al balón, incluso al primer toque, si no usas esa cualidad. Rara vez le
pega a puerta. Es cierto que muchas al primer toque, pero siguen siendo pocas,
y esa mentalidad suya que le lleva a pasar el balón antes de tirar, se agudiza
con la falta de confianza en su disparo, lo que le obliga a buscar siempre un
nivel de colocación y potencia (lo que comunmente se conoce como "reventarla a la escuadra") que, por muy bien que le pegues al balón, rara
vez acaba dentro; aunque cuando lo haga sea un golazo. Con este cúmulo de
carencias y virtudes, el 9 del Madrid es un delantero centro de un nivel
medio-bajo para lo que se le debe exigir a un delanterio centro de referencia que es marcar y no pensar. Ser consciente, al igual que sus compañeros, que si te la dan es para que la desintegres. Ese jugador que debe ser el último en tocar el balón antes de que la gente grite: ¡¡GOOOOL!!. En el caso del Real Madrid, todos sabemos quien, por mentalidad y carácter (sin entrar a valorar hasta que punto puede ser positivo o negativo tanto ímpetu), acaba siendo siempre ese último jugador. Y resulta que, en el esquema de Zidane todavía no sé, ni de Ronaldo ni de Benzema, si juegan de delantero centro, de extremo o de "mediopensionista". Porque uno pone las ganas (aunque sólo sea para atacar) y el otro la disposición en el campo. Pero esto es harina de otro costal, y si tengo que evaluar a Benzema como delantero centro, como 9 puro, me parece muy válido para aspirantes a ganar la Europa League, pero no da
talla para intentar llevar a hombros a todo un grande en busca de la ‘orejona’.
El 10 de Francia es brillante. Es un jugador de esos que sólo salen 4 o 5 en una generación. De los que pasan a la historia. Es un segundo delantero que, acompañado con la referencia ofensiva adecuada, un 9 puro de verdad, (y a todos nos vienen nombres a la cabeza como Lewandowski, Dzeko, Harry Kane o el mismo Oliver Giroud) puede aportarte 25 asistencias en una temporada y ser el máximo goleador de su equipo. Porque sabe llegar. Lo que no sabe, como explicábamos en el párrafo anterior o en el artículo ¿FALTA GOL EN EUROPA?, es estar. Porque, como dijimos en aquel artículo, no todo se reduce a 9 o extremo. Y Benzema es un jugador, como tantos otros hoy en día, que necesita como el comer que se retome en los esquemas del fútbol mundial la posición de segundo punta. De ese 'no centrocampista' del que hablaban los italianos para referirse a Del Piero, Totti, Roberto Baggio, etc... nombre que toma origen de la idea de no saber dónde ubicar al jugador como posición fija en la delantera y que lo único claro y evidente es que más atrás no juega.
El cometido del segundo punta es: jugar y marcar. Por un lado jugar: servir de descarga para el 9 referencia, que tenga a quién echársela, ayudar a generar superioridad numérica en el centro del campo cuando el equipo tenga el balón,etc...¡Ojo!: SÓLO cuando tenga el balón, no olvidemos que NO es un centrocampista y, por tanto, pedirle que defienda como tal, es ampliar su zona de influencia unos 40 metros hacia atrás, cosa que, además de injusta, me parece inalcanzable para el grueso de deportistas profesionales por las dimensiones a abarcar. Por otro lado marcar: Si no le pido que defienda más, es porque lo quiero fresco para aparecer en el área. No quiero que las busques todas (para eso está el 9) pero sí que busques espacios dónde pueda caer el balón y la metas entre palos. Dicho esto, analicemos los goles de Benzema, hagamos un poco de memoria, y nos daremos cuenta de que, rara vez, Benzema marca yendo a buscar el balón que los defensas ya sabían que iba a tener al francés como destinatario. Por lo general, Benzema marca cuando Ronaldo arrastra centrales, cuando va al hueco dónde, en caso de rechace, piensa que va ir el balón, etc... pero si a Benzema le buscas para que se lleve el balón por cuerpo o velocidad...volvemos dos párrafos atrás.
En conclusión, Karim Benzema es un jugador con una posición natural muy clara y que, además, fuera de ella le cuesta mucho rendir al nivel que de un delantero como él se espera. La convivencia con CR7 no le beneficia en absoluto, la impaciencia de una grada como la del Bernabeu, tampoco ayuda, y encima sin poder ir con la selección, única plantilla que le permite jugar en su sitio...y ahí sigue. Mal que le pese a muchos. Porque me gustaría ver cuantos jugadores, con la mitad de inconvenientes y baches en su carrera, son capaces de mantenerse en la élite como lo está haciendo él. Porque por muy amigo que digan que es del presidente, no hay verano que no se hable de ofertas superiores a los 50 millones de euros por el francés. Debe ser que, no sé, igual es que los vale. Y ahora más que nunca, cuando las cosas no le están saliendo a este grandísimo futbolista, me veo en la obligación de decir: ¡bonne chance, monsieur!
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