Bien es cierto que el empate cosechado este fin de semana ante el Spal no ayuda a que este tipo de rumores no se propaguen, pero los sendos empates de Juve e Inter ponían al Nápoles en una situación inmejorable para ponerse a 4 de la Juve con 19 puntitos. Un pasito para acercarse al puesto que se le exige desde aquella temporada 2016/2017.
La realidad, nos indica que en esta década el Nápoles ha sido un equipo muy a tener en cuenta en la península itálica. Hasta la irrupción de aquel Nápoles de Walter Mazzarri en 2010, el Nápoles era un equipo acostumbrado a la media tabla. Se movía muy bien en ese limbo que significan los puestos entre el 9º y el 14º de una liga de 20. Los maravillosos años de Maradona y los títulos habían quedado atrás para no volver, hasta que llegó 2010. Mazzarri armó un equipo con Cavani, Hamsik y Lavezzi como columna vertebral acompañados de buenos jugadores como Inler, Berhami o Pandev. El Nápoles, por primera vez en muchos años terminaba la temporada 2010-2011 en puestos de Champions League por detrás de los dos equipos de Milán, el AC Milan, 12 puntos por encima, y el Inter, 6 puntos por encima. Ese primer año en Champions le costó, como a todos, pero lo supo aguantar y adaptarse. Logró quedar 5º y jugar la Europa League. Ese año de aprendizaje le sirvió para entender a jugar en Europa, y a pesar de ser eliminado por un terrible global de 0-5 ante al Viktoria Plzen, supo rehacerse de la marcha de Lavezzi y acabar segundo en la Liga. A bastante distancia de la Juve, 9 puntos, pero segundo.
El buen hacer del Napoli puso a muchos jugadores en el escaparate de los grandes. Lavezzi, Cavani, Inler, Cannavaro, Behrami, etc iban dejando hueco a los Callejón, Insigne, Pipita o Mertens. Esa renovación constante, le hizo perder un poco de comba, quedando 3º la temporada siguiente y 5º en la 2014/15. Sin embargo, se veía otro espíritu. Se veía a un equipo más armado, más duro, con menos talento individual, pero con un bloque mucho más unido. En Europa League 6 de 6, 18 puntos y una diferencia de goles de +19 (22 a favor por 3 en contra), para caer contra un gran Villareal que llegaría a semifinales, y en la Liga, otra vez segundos, otra vez 9 puntos por debajo.
Para la 2016/2017 ya no pesó tanto la Champions. Fue eliminado por el Madrid, ulterior campeón, y en Liga quedaron terceros estando ahí durante todo el año: un puntito por detrás de la Roma únicamente y a 5 de la Juve. La temporada siguiente estuvieron a escasos centímetros de la gloria: segundo a 4 puntos del equipo de Turín.
Ahí es cuando empieza la era Ancelotti. Carletto venía a rematar la buena, no, buenísima labor de Benitez y Sarri a los mandos de la nave del sur de Italia, sin embargo, en su primer año, la Champions le fue regular tirando a mal, grupo complicadísimo con PSG y Liverpool, la Europa League acabó en cuartos de final, tras caer 3-0 contra el Arsenal, y en liga pareció dar un paso atrás de 7 años. Quedó segundo sí, pero a la friolera de 11 puntos por detrás. Cuando la tendencia iba en reducir esa diferencia de puntos con el primero, el año pasado se fue todo al traste ubicando al Nápoles en cifras de hace 8 años.
No es del todo preocupante, dirán algunos, sigue quedando segundo, pero el como ha empezado este año la temporada hace que haya algo que chirríe. Llevamos un cuarto de temporada y el Nápoles se ha dejado ya 8 puntos en lo que lleva de Liga, lo que le ubica cuarto a 6 puntos de la Juve y 5 del Inter y eso, señores, son números del Nápoles de hace 6 años.
Con esto no estamos diciendo que Ancelotti sea un mal entrenador, que el Nápoles lo tenga que despedir, que el Nápoles sea mal equipo o que el Nápoles esté en crisis. Decimos que empieza a parecer que un ciclo bastante espectacular de un equipo que hace 10 años no contaba para nadie y que ha sacado a grandes jugadores parece que empieza a tocar fin. El resurgimiento del Inter, la irreverencia de equipos como el Atalanta o la Lazio y la venta continua de jugadores han hecho que este proyecto se esté atascando.
Ancelotti y la directiva del Nápoles tienen hechuras para levantarlo y volver a ponerlo en posición de ganar una Serie A, pero en la actualidad parece atascado, dejándose puntos por un lado en liga, con partidos en Champions muy regulares como contra el Genk o sacando los partidos por inercia como contra el Salzburgo, pero jugando muy al tran-tran. Ha tenido partidos buenísimos, como contra el Liverpool, pero está siendo un equipo más de momentos, y eso no siempre sirve, como se vio en el 4-3 contra la Juve.
No sabemos si el Nápoles está esperando a algo que desconocemos, si está esperando a ver que le ocurre en Champions, o a qué, pero el Napoli lleva camino de lapidar sus objetivos demasiado pronto esta temporada y de dar por acabado un ciclo que ha sido espectacular a pesar de lo poco triunfal.
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